Chávez nuestro que estás en el cielo y en la tierra

Estos han sido días de tristeza, de nudos en la garganta, de lágrimas, de recuerdos, de despedida al Comandante de la solidaridad. Millones de compatriotas han desfilado frente al cuerpo aprisionado de quien fue brisa y ventarrón. Millones que dan gracias, prometen y lanzan al aire su cometa de esperanzas y sueños. Millones que levantan sus puños de rabia, pidiéndole al creador una explicación, una sola explicación, un solo motivo, por habernos arrebatado de cuajo a quien regaba amor en cada uno de sus pasos.

Ya saben los detractores y enconados enemigos de la Revolución Bolivariana que Hugo Chávez Frías ha muerto físicamente. Saben quienes gritaban furibundos “Chávez vete ya” y luego, aferrados a unas cadenas, pedían a gritos que suspendiera su tratamiento en Cuba y se viniera. Saben, entonces, que efectivamente el heroico Presidente ha fallecido.

Es tal el miedo, la duda y la total ausencia de compromiso de esta oposición desalmada, que quien ha sido portavoz de la ofensa a familiares y pueblo chavista ni siquiera ha tenido la valentía de ir personalmente a inscribir su candidatura ante el CNE. ¡Tamaña irresponsabilidad! ¡Qué descaro! De gente como ésta en el gobierno... ¡líbranos señor!

Estos días se han convertido en la mejor lección para quienes el dolor de la muerte ajena es un jolgorio. Ha sido este pueblo de mil batallas victoriosas quien en cada palabra y en cada gesto sigue acusando a quienes ultrajaron la patria. Cada compatriota que desfiló con su morral de esperanza y sus ojos hinchados para ver de cerca a quien tanto amamos lanzó aquel grito de millones: ¡No volverán!

Quienes fueron derrotados por el Presidente Invicto, no aprenden la lección que cada día les da el mismo pueblo. Es tal su cinismo y desvergüenza que en medio de esta innegable tristeza se atreven a cometer todo acto de ofensa. Han pretendido ponerlo todo en duda. Para ellos Chávez ha sido una pesadilla. En el fondo lo que sienten es un miedo terrible. Los embarga la inseguridad y en cada paso que dan sienten la derrota. Ellos saben muy bien que en el corazón de millones de compatriotas venezolanos se acobija el amor sembrado por Hugo Chávez, para quien el pueblo venezolano lanza a los cuatro vientos la eterna consigna... ¡Chávez vive, la lucha sigue!

Para ti Comandante, hermano y amigo de los pobres, las oraciones de siempre. Compartir contigo un Padre Nuestro, tus cantos y fraterna sonrisa. Compartir contigo en esta hora el “Gracias a la vida” de nuestra Violeta Parra...”Gracias a la vida que me ha dado tanto./ Me ha dado la risa y me ha dado el llanto./ Así yo distingo dicha de quebranto,/ los dos materiales que forman mi canto,/ y el canto de ustedes que es el mismo canto/ y el canto de ustedes que es mi propio canto. ¡Gracias Comandante!


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Juan Azócar


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