En mis tiempos de estudiante en la UCV, y en mis primeros años de profesor, yo hacía intensa vida política y cultural con las diversas agrupaciones universitarias ampliamente conocidos que estaban conectadas con los sectores políticos de vanguardia. Por pertenecer a ellas fuimos perseguidos en 1989. En 1992, cuando el Comandante Hugo Chávez comando la rebelión del 4 del Febrero, aquellas agrupaciones fueron impactadas por el inédito acontecimiento que de inmediato relacionamos como consecuencia del 27F.
Chávez en la UCV
En 1994, estuvimos entre los que co organizaban la visita del Comandante a la UCV. Millares de ucevistas se volcaron a los pasillos y a la Tierra de Nadie para verlo y para tratar de ingresar al Aula Magna. Por ello pude estar en primera fila cuando Chávez subió a la magna tarima.
Su personalidad era avasallante. Se sumó a los gritos y trasnformó los vitores de aclamación a su persona por consignas patrias, por cantos de Ali, por vivas a Venezuela. Un aunténtico conductor de masas, un hombre que se conecta de inmediato con la gente. Ese día lo vimos a distancia y escuchamos su discurso cargado de historia, de amarga verdades, de lucha y batalla por el porvenir.
De allí, Chávez se fue a los caseríos, a los pueblos, a los barrios. Hizo el casa por casa más extenso del que tenga noción la cronología política de Venezuela. Estrechó miles de manos, escuchó sueños, desconsuelos y sembró esperanzas.
La universidad en la calle, con Chávez
En abril de 2003, a un año después del golpe de estado, el Grupo Universitarios por la Equidad organizó el Foro por la Equidad y la Inclusión. Fueron tres días de conferencias, reflexiones y cantos en el Teatro Municipal de Caracas. Se esperaba en cualquier momento la presencia del Presidente de la República.
Me tocó a mí moderar la mitad del segundo día. Hice mi mayor esfuerzo por darle dinamismo a la calurosa tarde. De pronto, movimiento total, murmullos, miradas recorriendo el segundo piso del teatro. Una persona se me acerca y me dice “Llegó el Presidente, vamos a cambiar de moderador”. Resulta que el Presidente llevaba algún tiempo en el balcón del Municipal escuchando las ponencias. Hasta allá le llevaron un microfono. La gente gritaba !Que baje! !Que baje! El tomó el microfono y expresó con mucha jocosidad “Voy a bajar, pero me dejan pasar”,
Después de unos 40 minutos logró llegar al escenario. A mi lado estaba el Ministro de la Secretaría, quien me dijo “Presentalo. Tú eres el moderador”. Con emoción anuncié solemnemente la presencia del Presidente que en realidad, no necesitaba esta introducción porque desde hacía una hora todos coreaban su apellido.
Él se situó en su lugar en el centro del presidio, rodeado por el delirio apenas contenido de varias profesoras de Equidad que pugnaban por saludarlo. De seguida, hizo un gesto y todos callamos. Y para sorpresa nuestra dijo algo como:
“Caramba, aqui no hay mucha equidad, porque el moderador de hoy ha presentado a los anteriores ponentes con mucha alegría, adornando sus nombres y a mí sólo me ha anunciado como Presidente de la Reppública. Con las ganas que yo tenía de estar aquí, con los universitarios... Profesor Reinaldo ¿No? Presenteme como uno de ustedes”. Aplausos, bulla y decenas de “Chavez amigo la universidad está contigo”. Y este llanero orondo, sonriente lo presentó: “Y para continuar este bonito evento sobre la Equidad y la Inclusión, a continuación vamos a dar la palabra a una persona que viene trabajando incansablemente por hacer letra viva estos temas. Engalana este foro, uno de nosotros, amigo de la Universidad y primer combatiente del pueblo venezolano, el Presidente de la Rebública Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías”.
Y juntos con los aplausos se sintió en el auditorio que estabamos en familia. El hombre sencillo, el que devolvió el Jardin Universitario a la UCV y pagó pasivos laborales universitarios que databan de 1975, sonrio grande, me hizo una seña para que me acercara y nos dimos un buen apreton de manos, el primero que entre nosotros.
La Universidad de los Pueblos del Sur
El asunto no quedo en aquel Teatro, ni en Venezuela. Aquel hombre comprendía que su peregrinar por una educación para el desarrollo debía ser en todo el Sur.
Siempre recuerdo de manera especial el 2 de julio de 2006 en Gambia, en una Cumbre de la Unión Africana. La cita cobraba diametral importancia porque Chávez se convertiría en el primer presidente no africano en dirigirse a dicha Asamblea. Así fue, a pesar de los esfuerzos de EEUU y sus aliados para evitarlo. Ese día hizo la propuesta de la Universidad del Sur.
Al Presidente le asignaron, una pequeña churuata para las reuniones bilaterales. Estaba situada cerca de un inmenso baobab. Luego de su memorable discurso, las solicitudes para saludarlo y respaldar sus ideas para el Sur para intercambiar palabras llovían. Los Presidentes de Níger, Malí, Centroafricana, Senegal, Benín, Zimbabwe, Congo, Cabo Verde, entre otros .
En un intermedio pidió algo de comer y nos invitó. Luego salió de la churuata causando un gran alboroto. “¿Ya comieron?”, preguntaba mientras departía y complacía con múltiples fotos. En un momento se me acercó y me dijo “Quiero saludar a Gaddafi. Dile que nos encontramos en algún sitio, por aquí”.
Me fui a buscar al lider. Ubicamos a su jefe de Protocolo. Por todas respuesta nos digo que era imposible ahora. Le informé al Presidente, Chávez me indicó “Insiste, dile que ya estoy por salir”.
Solicité apoyo a unos amigos libios. Prometieron ayudar. Volví. Ya la caravana presidencial estaba lista. El Comandante anunció “Vamonos. Será en otra ocasión” y mirándome “Te quedas Reinaldo”. “Sí Presidente”. Me dio una palmada mientras me encomendaba “Trata de hablar con Gadafi, le dices que pronto voy por Tripoli”. Sabía el Presidente Chávez lo fundamental para el proyecto de cooperación Anérica - África del liderazgo del líder libio.
Los alrededores de la moderna choza se despegaron. Apenas unos tres venezolanos nos quedabamos allí. La calma indica la ausencia del huracan Chávez. Algunos enviados presidenciales nos preguntaban si aún estaba que “Mi Presidente desea saludarlo”.
Cuando ya no ibamos a retirar del lugar, un gigante se nos acercó pausado. Un traductor nos digo “El lider quiere hablar con Chávez”. Y allí junto a mí, debajo del baobab, Gadafi.
Me tendió la mano. Le informé que el Presidente Chavez se había retirado y le di el mensaje. Me pidió le mostrará el lugar donde Chávez había dado las audiencias. “Saludame a mi hermano, dile que nunca he ido a América, y lo haré para conocer a su amada Venezuela. Muy bueno que tengamos una Universidad del Sur”.
Chávez iría pronto a Tripoli y tres años después de Gambia, Gadafi cruzaba por primera vez el Atlántico para participar en la II Cumbre América del Sur Africa en Margarita y reunirse con su hermano Hugo Chávez y conversar sobre la necesaria Universidad de los Pueblos del Sur.
Y siempre estuve allí. Entre tanta grandeza e historia.
(Originalmente publicado en “EL CHAVEZ QUE YO CONOCI”, Correo del Orinco)
@bolivarreinaldo