Ayer cuando escuchaba a Capriles decir que daría la nacionalidad a nuestros hermanos médicos cubanos, pensé: “ahora si es verdad que la oposición necesitará terapia, pero de la buena”.
Primero fue empezar a aceptar la gorra tricolor en sus cabezas cuando antes su bandera era negra, con las tres franjas negras y las estrellas negras (siempre siete y jamás ocho), y nuestro caballito blanco corriendo hacia adelante, hacia la izquierda, ellos lo querían de negro y con el cuello torcido anhelando eternamente la derecha.
Después les dio por aceptar que ellos también podían ponerse franelas rojas cuando ese color (rojo rojito bello, precioso y libertario) a ellos les producía pánico, tristeza y rabia. Luego comenzaron a ensayar su melodramática adhesión al 350 de la CRBV, y de ese artículo brincaban al 233, y entonces no era el 233 el que les gustaba sino el 234. Posteriormente no solamente querían al 350 y al 233 y al 234 sino a toda nuestra hermosa y maravillosa Constitución después de haberla negado en referéndum y de haberla violado y quemado aquel oprobioso 11 de abril de 2002.
De bajar y condenar a una sala de baño en Miraflores el cuadro de Simón Bolívar aquel 11 de abril ahora lo colocan de epónimo de su comando de campaña. De rallar y destruir los billetes con las caras de Guaicaipuro, Luisa Cáceres de Arismendi y de Negro Primero pasaron a atesorarlos con especial cariño (sobre todo para tener excusa de no dar vuelto cuando ejercen el comercio); de despotricar de los carritos chinos pasaron a ser los primeros en atiborrar las listas de espera en los concesionarios de esos carritos; de mi casa bien equipada no se pelaron pero ni los animes que el pueblo iban dejando por ahí después de desechar las cajas de donde salían sus dignas neveras, lavadoras y cocinas, y ahora también desean con fervor su casa bien equipada gracias a las facilidades que otorga el Gobierno Bolivariano y andan desesperados por el aire, el televisor, el vergatario, la tabla Vit y la laptop Vit y el kid de televisora digital abierta y la antena satelital de CANTV y la casa (si, la casa, o sea otra casa) y la canaimita y la leche de Mercal y los exámenes en el CDI y “Azul y no tan rosa” y “El manzano azul” y “La Ley” y todo lo que venga de la Villa del Cine Venezolano y el pescado bueno y barato y el crédito para el tractor o el financiamiento para desarrollar un proyecto innovador científico y la beca de madres del barrio y la pensión del Seguro Social… Quieren todo. Todo lo bolivariano y socialista de nuestra revolución, pero sin Chávez y sin Maduro. Ah, y si es posible por favor, también sin pueblo.
Ahora quieren o pretenden hacer creer que quieren a nuestros hermanos médicos cubanos.
Y aquí se le terminaron de volar los tapones a la MUD completa. Sus seguidores deben haber tenido pesadillas anoche y hoy, tragando grueso, me imagino que estarán llevándoles el cafecito y el desayuno a nuestros hermanos médicos cubanos. Algunos opositores lo harán de buena fe (creyendo en las supuestas bondades de su máximo líder) pero ojo, porque más de uno tratará de poner en práctica las verdaderas intenciones de Capriles y su combo que son acabar con la Misión Barrio Adentro y sacar de Venezuela a los cubanos y las cubanas que trabajan en ella. ¡Ojo pelao! Sé que no debo alertar exageradamente a los y las camaradas de Cuba en misión médica sobre este particular dada la formación y la experiencia que ellos y ellas tienen para no caer en este tipo de trampas, pero no está de más decirles esto que les digo.
Capriles le ofrece ahora la nacionalidad venezolana a nuestros hermanos médicos cubanos, no como algo sincero ni como expresión de unidad latinoamericana sino para tentarlos en la más clara estrategia pronorteamericana a abandonar no solamente a Cuba sino a toda la América rebelde que está luchando por su libertad y por el socialismo, y empujarlos hacia Miami para que vivan allá rindiendo culto al mercado y al egoísmo.
Esa estrategia burda no le dará resultado a la oposición, porque la gente que está en la oposición al acercarse ahora “autorizados” por su gurú Capriles a los cubanos y las cubanas “correrá el riesgo” de valorar la justa dimensión de la Misión Barrio Adentro y lo verdaderamente probable entonces que ocurra sea lo que ocurrió con el tricolor y todo aquello que es revolución y es patria y terminen en avalancha votando por Maduro el 14 de abril.
Dos más dos es cuatro Capriles. Nuestra revolución es indetenible e irreversible hagan ustedes lo que hagan. Sus maniobras para hacerse pasar por patriotas lo que harán es ponernos en bandeja de plata una avalancha de su propia gente hacia nuestras filas. Y eso no es malo, pero nosotros y nosotras preferimos ganarnos a la gente con la verdad y el amor, no con manipulación ni con mentiras. Su gente merece respeto como respeto merece todo nuestro pueblo.
De todas maneras si la avalancha llega será bienvenida y trabajada. Nos prepararemos para darle terapia de la buena a esa avalancha de ex opositores que se nos viene encima. Terapia de amor, solidaridad, dignidad, formación, respeto, salud y socialismo.
Hasta la victoria siempre amado Hugo Chávez.
Por ti venceremos y seguiremos venciendo.
Yo te lo juro Chávez. Mi voto es por Maduro.
Tecnólogo popular en Fundacite – Mérida y asesor voluntario de la Dirección Regional de Propaganda del PSUV en el estado Falcón.
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