Uno a veces se pregunta ¿porqué soy chavista? Y ahora que el comandante no está físicamente me atrae la idea de aclararlo. En los cercanos años 80, formé parte de unas cosas promovidas en los liceos llamadas las sociedades bolivarianas. Fui presidente de dicha sociedad y llevamos a nuestro liceo, el Federico Carmona, en Barquisimeto, a representar al estado Lara en un encuentro nacional a celebrarse en Ciudad Bolívar. Discutíamos la Carta de Jamaica y el poder político de la misma. Hablamos de la trascendencia del pensamiento bolivariano. Así me formé. Dos años después, al llegar a la Universidad Central de Venezuela, el país parecía otro. Las discusiones de algunos estudiantes se centraban en la descalificación del ideal Bolivariano y de Bolívar como personaje histórico. Chávez me alivió el alma. Puso el acento debido al ideal Bolivariano, y fue más allá. Nos hablo de Miranda, uno de mis preferidos, pero me incorporó a Zamora y reforzó con Simón Rodríguez. Y eso concluyó en un reordenamiento del sentimiento Patrio. Mis referentes históricos, patriotas eran llamados de nuevo y atacaban directamente a otra corriente que se imponía en la nefasta época de finales de los 80 principios de los 90, la negación del nacionalismo.
Chávez nos habla de atrevernos a creer. De hacer, intentar y redescubrir en nosotros todo lo bueno del ser humano. El pensamiento de Chávez reclama un esfuerzo particular, porque nos aleja del conformismo y nos acerca a un ideal nacional capaz de enfrentar sus problemas y resolverlos por sus propios medios. Es decir: no existen sociedades u hombres superiores sino complementarios. Y, en esa corriente, impulsó el acercamiento con nuestros vecinos latinoamericanos y nos hizo sentir parte de un todo grande, imponiendo la solidaridad como norma y la complementariedad como norte. Ahora somos orgullosos de ser venezolanos y americanos. En medio de esta diatriba impuso el renacimiento de los símbolos patrios. Hoy el himno se entona y se escucha distinto. La bandera se avista más viva. El escudo cobra más fuerza, los colores nos representan más.
Hoy la principal industria nacional es un sentimiento. Pdvsa, dejó de ser la empresa cerrada con trabajadores prácticamente anónimos desvinculados totalmente del asunto nacional. A mi entender, y al de muchos otros compañeros, esta empresa debería formar parte activa del desarrollo nacional, de otra forma, ¿cómo hacer comprender al colectivo la importancia de la misma?, Chávez le cambió la cara, la hizo cercana y más comprometida.
Cuantas discusiones no se dieron en cada una de las casas venezolanas en torno al rol de la Fuerza Armada Nacional. Llegamos a llamarlos parásitos, y se consideraba un despilfarro los sueldo de los militares. Hoy la fuerza armada es (además de bolivariana) un ejército formado para la defensa nacional y entrenado para atender emergencias internas de orden social y estructural. En definitiva Chávez refundó la república. Nos dio luces sobre el valor de la independencia y nos devolvió el sentimiento de orgullo hacia nosotros mismos.
El presidente nos demostró que otra forma de conquista es posible. El método del asalto del poder por la fuerza, quedó atrás. La lección venezolana busca espacios para la paz en Colombia, y eso ya es mucho cuento. Chávez enseña que la paciencia vale más que la fuerza o potencia bélica, cuando se cuenta con el respaldo popular. La paz es un valor redefinido por estos tiempos. Por si fuera poco redefinió la retórica política y la cargó de un leguaje directo, sin ambigüedades, en el cual se llaman a las cosas por su nombre.
Cada vez que alguien para argumentar ideas opositoras a los ideales difundidos por Chávez se apoya en su origen marcado por la pobreza, grita su equivocación y afianza el sentimiento de que con empeño y formación podemos hacer lo que queramos. El hombre más grande de los últimos tiempos no se formó en Harvard, Oxford, Yale o el MIT. ¡No!, se formó en la Academia Militar Venezolana y en la Universidad Simón Bolívar. Es paradójico escuchar a vecinos, profesionales con un buen nivel económico que, cuando Chávez se expresaba de los ricos, ellos se sentían aludidos porque trabajaban para ellos, ¡Por favor!
Chávez recargo de significado el ideario nacional. Eso se nota en los discursos, en la estética de los medios, en el lenguaje de los políticos, y en la búsqueda de oportunidades de los jóvenes.
Lamento profundamente la mezquindad de quienes no ven lo positivo de este proceso de cambio y se suman a las voces que pretenden retrotraernos 40 años atrás, cuando el modelo de desarrollo era foráneo, cuando lo mejor no estaba dentro de nosotros, cuando nos veíamos como flojos, incapaces y ladrones. Chávez nos enderezó la espalda y nos hizo ver al futuro. Nos levantó la frente y el puño, nos hizo fuertes, dignos herederos de Bolívar y la raza Caribe. Chávez nos reivindicó.
juanc.garciav@yahoo.com
* Este artículo fue escrito después de la muerte del comandante pero antes del proceso electoral. Por diversas razones no fue enviado. Hoy, luego del resultado electoral, cobra mayor vigencia, a la luz del proceso de revisión profunda de la manera de comunicarnos y de expresar nuestra verdad. Que el pensamiento chavista nos oriente.