Ese llamado eje del mal (Capriles, Leopoldo López y María Corina), confundiendo política con tremendismo, a la final en medio de su loquera terminaron echándole tremendo vainon a quienes hacen causa común en la MUD. Por novatadas de vivos pendejos, el trió maloso paso por alto que los venezolanos no tienen de tonto un pelo, ni se dejan manipular por quienes tienen la mala costumbre de tirar la piedra y esconder la mano, creyendo que echándole el muerto a otro colocan en apuro al gobierno. A todas estas valdría la pena preguntarse: ¿Quién dijo que nuestro Estado, minero por naturaleza, fabrica papel higiénico, jabón de baño y pasta dental, para citar algunos de esos rubros que acaparadores y especuladores esconden, provocando de esta forma una escases artificial en el mercado? ¿O será la burguesía parasitaria que juega sucio cuando mantiene ociosa la capacidad instalada de sus empresas, saboteando así la posibilidad de potencial la producción, de acuerdo con la creciente demanda de una población que ahora tiene mayor ingreso per capital gracias a la política social de la revolución?
Para nadie es secreto que por años nuestro Estado fue rentista, deformando el aparato productivo y engendrando una oligarquía holgazana que solo centra sus actividades en el ramo de las importaciones. Producto de esta deformación en la actividad económica se afectó la diversificación del aparato productivo, empujándonos a una economía de puerto, con sus correspondientes vicios en las aduanas, y haciendo deficitaria nuestra balanza comercial. De modo que esta realidad impone la necesidad de elevar los niveles de producción nacional de bienes y servicios indispensables para mejorar la calidad de vida, así como también debemos combatir esos vicios colaterales que ocasionan los empresarios de maletín que solo prefieren dinero fácil, en vez de lidiar con contrataciones colectivas, pago de utilidades y demás obligaciones laborales que se derivan de la relación capital-trabajo.
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Ahora bien, si bien es cierto que el gobierno se tardó en apretarle duro el alicate a los infractores con todo el peso de la ley, también no es menos cierto que no existen Estados perfectos, o que no es primera vez que al mejor cazador se le escapa la liebre. De modo, pues, que sean bienvenidas todas estas medidas anunciadas por el Presidente Maduro con el fin de combatir el monstruo de mil caras que representa esa guerra económica que busca desestabilizar nuestras instituciones. Desde luego, nadie discute que otro gallo cantaría, si esas medidas hubiesen llegado mucho antes, evitando mayores incomodidades a una población consumidora, que hoy por falta de conciencia y en determinada porción se deja seducir por ese voto castigo que no reconoce razones sabias ni mide consecuencias nefastas.
Y como en política los errores se pagan muy caros-- así estos sean por mampuesto--, quisiéramos pensar que AD y COPEI, esta vez no cometerán la tontería de resignarse a pagar justos por pecadores, pues cavarán su tumba por solidarizarse automáticamente con Primero Justicia, facción del fascismo que insisten en suicidarse en primavera. Total, a esos tontos útiles de la oligarquía parasitaria le importa un bledo el resultado electoral, porque igualito se irán en vuelo privado a Miami Beach, a disfrutar de esa dolce vita que les proporciona la fortuna mal habido y hedionda a cloaca. Entre tanto, adecos y copeyanos después del 8 de diciembre quedaran atrapados en un callejón sin salidas, por andar desestimando su experiencia de más de medio siglo en la arena política. Qué tal, tan viejos y tan zoquetes.