Hasta en algunos sectores del proceso no se logró comprender en su primer momento la atención especial del alto gobierno con la institucionalización de la protección al estado Miranda; la propia contrarrevolución y el gobernador de dicha entidad, a la sazón, también líder único de la oposición, se reían a carcajadas hasta brotárseles las lágrimas por la estrategia gubernamental.
Guardando la distancia histórica y las circunstancias geográficas pero con el mismo enemigo de clases pero ahora cuenta con el apoyo irrestricto de EE.UU, adicionado el poder mediático de las empresas privadas de comunicación y la inmensa cantidad de dinero de por medio, pero notamos hay una similitud, entre la Batalla de Santa Inés de Barinas liderada por Ezequiel Zamora y lo ocurrido el día 8 de diciembre de 2013 en el estado Miranda por las elecciones municipales y sus alentadores resultados.
El triunfo electoral municipal en la mayoría de las Alcaldías y Concejos Municipales del estado Miranda obedece a la aplicación de una clara enseñanza de los estrategas de la Guerra, Sun Tzu, Carl Von Clausewitz, entre otros, donde la vanguardia y la retaguardia tienen importancia según la consolidación de las fuerzas propias.
La ultraderecha, focalizada en la burguesía amarilla, descuidó su propio patio y su retaguardia, despreció a sus aliados, se portaron sectarios y prepotentes, e involucraron lo local con las políticas e intereses nacionales colocando en un aprieto a los liderazgos territoriales que a pesar de ser opositores se quedaron sin argumentos ante los ciudadanos y ciudadanas de sus comunidades que los emplazaban o que no entendía que hacían los liderazgos nacionales en Caracas quienes enarbolaron la estrategia del plebiscito.
El camarada presidente Nicolás Maduro, Elías Jaua y los respectivos equipos políticos municipales y regional se armó y extendieron la mano gubernamental pero sobre todo elevaron el autoestima del pueblo mirandino que estaba como narcotizado por la predica del partido del Este de Caracas, Primero Justicia, se incluye en el menú contrarrevolucionario, las letales inyecciones de disociación psicótica y de resignación, pero…resurgió, se energizó, la virilidad y la femineidad de la historia que recorrió el torrente sanguíneo del gentilicio del estado Miranda.
Allí están los resultados, la revolución tienen que seguir haciéndolo bien y tener en mente el artículo 72 constitucional “Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del periodo para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria (…)”.