Paremos de hablar paja - ¡La inseguridad en Venezuela es una fantasía!

Estoy arrecho, y discúlpenme por favor, esto va a ser bastante largo. Hace mucho tiempo que he querido escribir sobre este asunto, podría escribir un libro. Espero que lo que sigue sea algo coherente, hay demasiado que decir sobre este tema, y no lo puedo decir todo en tan pocas palabras.

Antes de comenzar: Cuando asesinan un una persona conocida por el público es una gran tragedia, pero cuando asesinan a un pobre negro inocente en un barrio, sea por error o a propósito, esa noticia no vale nada, absolutamente nada. Casi nadie escribe sobre esa tragedia, nadie comenta, y la vida sigue su rumbo, como si nada hubiera pasado. Pero cuando es una persona famosa, es como si todo el mundo embarcara de manera alborotada al mismo tiempo en el tren de lo macabro e irracional, escritores, periodistas, comentaristas, políticos, vecinos, vecinas, curas, ONGs, los medios de comunicación, etc. No lo entiendo, de repente la vida se congela, irónicamente, alrededor de alguna persona que “vale más que otra.” Eso es una desgracia.

Además, me canso de leer y escuchar tanta tontería sobre lo que, sin consciencia y sin lógica alguna, la gente repite como loros. Creo que no soy el único en sentir esto, y por esta razón escribo este artículo.

PARTE 1

Pongámonos a pensar lógicamente por un instante. Cada vez que leo algo sobre “la inseguridad” en nuestro país, me da un calambre mental, la gran mayoría de la gente habla de “la inseguridad” como si fuera un tema de alguna telenovela o de alguna película de “acción” de Hollywood, o como si fuera un asunto académico o de la matemática colonialista, es decir, como si fuera simplemente un asunto de números y estadísticas procesado por algún intelectual con un doctorado en colonialismo.

Lo que quiero decir aquí, es que casi toda la gente que habla de la “inseguridad” no sabe nada sobre la realidad de la delincuencia, sino que extrapolan sobre los efectos y las consecuencias de la delincuencia, es decir, sobre los síntomas y la “medicina” para disminuir los síntomas, y no sobre las causas y las correcciones necesarias para erradicar la enfermedad.

Es decir, la gran mayoría de la gente habla paja.

Para comprobar lo que digo en esta última frase, existe una prueba real y concreta: ¿Por qué la gente se refiere al asunto de la criminalidad como si fuera un asunto de “inseguridad?” La respuesta es la siguiente: Porque el concepto de “la inseguridad” es un concepto que fue inventado por los medios de comunicación de la oposición para generar zozobra – y lo repetimos como loros inconscientes - para que la gente asocie la criminalidad a ellos mismos de manera personalizada. La inseguridad como tal puede tomar muchas formas, y casi siempre, “la seguridad” se relaciona psicológicamente con el individuo, y no con la sociedad, es decir, cuando existe o parece existir “la inseguridad” – sea cualquier tipo de inseguridad (ver más abajo) - la persona tiende a buscar cómo protegerse a uno mismo y a su familia, no al vecino, o a otra persona que no conoce. La persona empieza a montar rejas eléctricas alrededor de SU casa, no la del vecino. La persona automáticamente piensa, a mí me pueden robar, a mí me pueden atracar, a mí me pueden asesinar, etc. A veces, los medios de comunicación utilizan la expresión, “integridad física” en vez de “inseguridad,” pero eso tampoco no significa nada. Simplemente, estas dos expresiones existen para generar zozobra y miedo, para controlar las mentes. Es decir, la expresión “la inseguridad” es totalmente errónea, y es importante que nos demos cuenta de este hecho, y que paremos de utilizarla como idiotas que repiten todo lo que escuchan.

¿Ven lo que estoy tratando de decir?

“La inseguridad” o “la seguridad,” o “la integridad física,” o cualquier otra expresión de carácter altamente subjetiva e imprecisa, es utilizada por los medios de comunicación para generar una matriz de opinión basada en la tendencia del ser humano de personalizar la tragedia, exactamente como se hace en la producción de las exitosas telenovelas y películas de Hollywood – se manipula en cerebro y los sentimientos de la persona para que esa persona sienta el dolor, la tristeza, o lo que sea de manera personal. Es por esta misma razón que mucha gente llora cuando ve una película triste, y es por esta misma razón que mucha gente de la oposición grita su rabia en las calles, o llora su desespero, o tiembla de miedo irracional al ver a alguien vestido de rojo.

Es una táctica muy eficaz.

Eso dicho, lógicamente, uno debería hablar de la criminalidad, y no de la inseguridad, ni de la seguridad. Hablando de semántica, lo cual nos afecta de manera subconsciente aun si no lo quisiéramos, la seguridad puede referirse a la seguridad económica, alimentaria, financiera, inversionista, de salud, de empleo, del crimen, de las cárceles, del tiempo, del pensamiento, o del conocimiento, etc.

¿Entonces?

La seguridad NO es específicamente relacionado con el crimen – y no debería ser - pero los medios de comunicación de la oposición nos han erróneamente convencido que sí lo es – y esto es un asunto muy grave – tan grave que aun muchos de los más conocidos académicos, periodista, opinadores, intelectuales, políticos chavistas, escritores, y comentaristas utilizan esta expresión sin jamás preguntarse por qué la están utilizando – es decir, los medios de comunicación, que son expertos en la manipulación psicológica, han podido aun lavar los cerebros de buena parte de los chavistas, sin hablar de los opositores, quienes se tragan cada porquería que sale en esos medios.

Esta situación es muy grave, y creo que es tiempo que nosotros los chavistas nos demos cuenta hasta qué punto la oposición nos ha estado manipulando. No existe “la inseguridad” en Venezuela, eso es falso, es un concepto mediático inventado para crear zozobra. Lo que sí existe, es la criminalidad, como en cualquier país del mundo.

PARTE 2

Entonces, ¿Cuál es la realidad cuando nos referimos a la situación de la criminalidad dentro de nuestra sociedad?

La realidad es que la criminalidad es un fenómeno social y mundial, y no solamente un asunto de barrios, o de delincuentes comunes, o de atracos en busetas o en las calles o callejones, o algo que ocurre gratuitamente, y tampoco es algo que tenga que ver únicamente con bandas criminales organizadas, o con los pranes dentro del sistema carcelario. Tampoco tiene nada que ver de manera substancial con la experiencia propia de cada uno de nosotros, y eso lo digo, porque muy poca gente que habla sobre este tema ha crecido, vivido, o trabajado con delincuentes o con bandas del crimen organizado. La gran mayoría de nosotros nunca hemos ido a cárcel, pero, por alguna ilógica razón, pensamos que podemos hablar sobre el tema de los pranes o del sistema carcelario, como si conociéramos esa realidad. Aunque sea muy subjetivo el asunto, matemáticamente, muy poca gente ha experimentado de primera mano el atraco personal donde su vida se ha puesto en riesgo, pero hablamos como si lo supiéramos todo, o como si fuera algo que nos hostiga en cada instante. Matemáticamente, muy poca gente ha recibido una bala gratuita, pero gritamos, “¡¡¡Inseguridad, inseguridad, inseguridad!!!”

Es más, cuando hablamos de “la inseguridad,” casi NUNCA se menciona los actores involucrados en la especulación, el acaparamiento, la corrupción, o las bandas del crimen organizado que controlan el dólar paralelo, o los precios de carros, o las estafas y la mala práctica de las clínicas medicas, o los banco y el seguro . Es decir, generalmente, la manera en la cual la expresión “la inseguridad” es utilizada, tiene que ver casi exclusivamente con los atracos perpetrados por jóvenes en las calles y busetas que pudiesen afectarnos personalmente. Pero, la realidad es la siguiente: el ATRACO por parte de los especuladores, acaparadores, algunos banqueros, médicos, aseguradores, gestores, jueces, abogados, y otros corruptos, también es un CRIMEN. Es decir, ellos también son criminales y delincuentes comunes, y eso hay que reconocerlo. Es más, matemáticamente, es evidente que existen muchísimos más crímenes perpetrados por especuladores, acaparadores, banqueros, gestores, corruptos, clínicas medicas, aseguradores, abogados, jueces, etc. que el número de atracos en las calles o en busetas por parte del hampa común.

Esa es la realidad.

En nuestro entorno, cada día de cada hora, en todas partes, hay por ejemplo, bodegueros que acaparan y especulan, nos sacan los ojos de la cabeza, nos ROBAN cada vez que compramos algo, son ladrones comunes y corrientes, pero nadie dice nada, y nadie hace nada, y casi nunca los consideramos como delincuentes, son simplemente [e irónicamente] bodegueros. Nunca van presos por los robos descarados que cometen cada día. El hecho verdadero y real es que esos bodegueros son LADRONES, son criminales, pero irracionalmente, el que le roba al bodeguero un pedazo de pan, va preso, pero el bodeguero que cada día roba a cientos de personas, nunca va preso. Conozco a un joven de 19 años que está preso en Táchira por robo de moto, pero el padre e hijo que se robaron millones de dólares de CADIVI, ¡¡¡andes felizmente libres!!!

¿Cómo les parece eso?

Otra cosa que me arrecha es cuando escucho la gente hablar del número de asesinatos que ocurren en Venezuela, hablando como paranoicos y de manera despreciable, o prepotentemente, como si fuera algo horrible o único en el mundo, como si ellos mismos supieran algo sobre el tema, cuando no saben un coño.

La realidad es que no saben lo que dicen, son unos ignorantes, además cobardes, escribiendo y hablando paja desde sus oficinas y en programas televisivos - entre ellos muchos académicos, intelectuales y periodistas, que no saben nada porque no crecieron en la calle, nunca vivieron en la calle, ni en barrios marginales, no han sufrido hambre ni marginalización social, ni el racismo, ni la verdadera miseria, ni los traumas psicológicos que llevan a la desesperación, y no saben nada sobre cómo funcionan las bandas de calle o el crimen organizado.

Yo crecí un tiempo en la calle, y siendo adulto también me tocó un periodo en la calle, crecí con delincuentes, y pasé muchos años con los Hell’s Angels, con la mafia siciliana, y un corto tiempo con las mafias griegas y de armenia en Montreal, Canadá.

Les doy aquí un ejemplo de cómo funcionan las cosas dentro del mundo de la delincuencia y del crimen organizado.

Conocí a un joven guatemalteco en Montreal y cuando tenía 19 años de edad se unió a los Hell’s Angels. Un día en su apartamento, me dijo, con orgullo, “Mira este dineral que me robé de una viejita después que salió del banco.” Yo le respondí, “Tu sabes que lo que hiciste es muy malo, no te lo van a perdonar, eres hombre muerto.” Él, con su manera arrogante me dijo, “No, soy miembro de los Hells, y ellos me protegerán.” No dije nada, y me fui. Al día siguiente recibí la noticia de su novia, lo habían matado. Los mismos Hells lo habían matado, y la policía, quienes trabajaban mano en mano con los Hells para deshacerse de las RATAS de la calle, nunca investigó nada, porque lo sabían, sabían que ese joven era una RATA de calle.

Mucha gente no sabe que las bandas del crimen organizado trabajan mano en mano con la policía, y que una de las tareas de las bandas delictivas es de deshacerse de las RATAS en la calle, es decir, deshacerse de los jóvenes que se creen fantásticos y que causan problemas para las bandas delictivas o para las mafias policiales (sobornos, secuestros, etc.), o que andan asaltando o violando a niños, mujeres, o viejitos, o que les roban a los pobres.

Existe en todas partes del mundo una regla de calle: No se toca a mujeres, ni a niños o ancianos, porque todos, incluso los delincuentes, deben respetar a sus madres, a sus niños, padres y abuelos. No se les roba a los pobres, solamente se les roba a los ricos o a instituciones y empresas. No se mata a nadie a menos que sea por defensa propia o por venganza y ajustes de cuenta, pero nunca se involucra a inocentes.

Esto me recuerda cuando por un acto de ajuste de cuentas entre los Hells y los Rock Machines en Montreal, un miembro de los Hells hizo explotar una bomba en un Jeep de un miembro de la otra banda, pero al explotar la bomba, mató a un joven inocente de 12 años de edad, quien por casualidad andaba caminando cerca del Jeep. El tipo no lo vio. El jefe de los Hells anunció en público que fue un grave error, y el día siguiente lo encontraron muerto al que puso la bomba. Creo que el joven se llamaba David.

Un joven RATA en Las Minas de Baruta, entró a la casa de un amigo mío y le robó los juguetes de navidad a la hija. Ese joven no duró mucho. Fue asesinado como un año después.

Quería aclara esto para los lectores.

Por esta razón (eliminar a las RATAS) la mayoría de los asesinatos en Venezuela ocurren entre bandas o en los sectores donde viven esas RATAS, es decir, esos delincuentes prepotentes que atracan a mujeres, viejos, o niños, o que atracan busetas llenas de gente pobre que van a trabajar. Como lo vieron en los dos ejemplos arriba, es muy rara vez que esas RATAS llegan a cumplir los 20 años de edad, son asesinados antes. Las RATAS no sobreviven en la calle. Pero al contrario, y mucha gente no sabe esto, pero hablan como si lo supieran, si uno se porta bien en la calle, y si uno respeta, a uno no le pasa nada, uno vive en paz, y las bandas delictivas te protegen de las RATAS. Yo, por ejemplo, pasé muchos años en compañía de bandas delictivas y con personas del crimen organizado, pero nunca robé nada, y nunca participé en actividades criminales – mi rol con ellos era de escribirles poesía para sus mujeres, sus novias, y sus madres, y hacerles dibujos, caricaturas, y cuadros – siempre me trataron bien porque yo no soy una RATA.

Por estas razones, me da muchísima rabia escuchar a gente que no sabe nada hablar sobre la delincuencia.

El problema de la delincuencia es un problema social y criminalístico, que involucra a TODA la sociedad, y no solamente a la delincuencia callejera cometida por las RATAS. No tiene absolutamente nada que ver con “la inseguridad” como tal, tiene que ver con el PERVERSO CONCEPTO de que el corrupto, el bodeguero, el acaparador, el médico ladrón, el especulador, etc., no son considerados criminales – cuando lo son – mientras que el delincuente callejero, sea RATA o no, es considerado un criminal.

Eso no tiene ningún sentido.

Es absolutamente estúpido e irracional pensar que cuando salga de la cárcel (ya van casi 8 meses) el joven de 19 años que robó una moto en Táchira, saldrá pensando, “Soy un delincuente de mierda, pero ese padre e hijo que se robaron 2 millones de dólares de CADIVI no lo son.” Si yo fuera ese joven, al salir de la cárcel, me pondría las pilas y empezaría a usar mi cerebro para robar de manera más “inteligente,” copiando e ese combo criminal de hijo y padre, o montando una empresa comercial donde me dedicaría al acaparamiento y a la especulación. Eso sería lo lógico.

Robar es robar.

Para finalizar, quiero decir que es completamente irracional hablar de la situación del crimen en nuestro país hasta que estemos completamente claros en que hay que considerarlos y catalogarlos como CRIMINALES y DELINCUENTES a los banqueros, efectivos policiales, bodegueros y comerciantes, funcionarios, gestores, abogados, jueces, y políticos, etc., que son corruptos, y que nos roban por todos lados, todos los días. Son como cualquier delincuente de calle común y corriente, y así deberíamos considerarlos antes de lanzarles piedras a los jóvenes delincuentes de calle (no a las RATAS) - y hasta que esto no sea reconocido de manera clara y contundente, no sirve para nada hablar de cómo solucionar el crimen en Venezuela. Es un ejercicio totalmente ilógico.

Paremos de hablar paja – ¡La inseguridad en Venezuela es una fantasía!


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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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