El camarada Juan Carlos Dugarte debió ser un excelente parlamentario, si nos atenemos al concepto generalizado en el pueblo de lo que es un buen parlamentario: el tipo o tipa de buen verbo, con facilidad para discursear, cautivador con su palabra, independientemente de su práctica. Del dicho al hecho hay mucho trecho, reza el refrán.
Hacemos esta referencia porque es usual ver al camarada Dugarte en los medios del Estado discurseando sobre el número de pasaportes entregados, la cantidad de citas dadas, el pocotón de ciudadanos atendidos. Cifras que de seguro también irán en los informes presentados a las autoridades superiores hasta que llegan al escritorio del Presidente Maduro, y éste, confiado en el contenido de los papeles, las señala en público.
Aplausos, entonces, para el señor Dugarte. ¡Bravo por el camarada Dugarte! ¡Listo! Ratificado en el cargo. Buen verbo, ¿verdad? Pues, bien, en medio de tantas palabras, el pocotón de cifras y los informes de gestión, el pasaporte de mi compañera no aparece. No sabemos si el camarada Dugarte lo sumó en su cuenta, si ya al Presidente Maduro se lo entregaron en cifras, pero en la realidad no aparece. ¿Será mala leche la de mi esposa que es una excepción en medio de tantas cifras, informes y méritos?
Según el estado de trámites del SAIME a mi compañera le asignaron la cita el 04 de octubre del año pasado. Asistió a la cita el día 17 de octubre en la oficina del SAIME ubicada en Boca del Río, Península de Macanao, estado Nueva Esparta. Para ese mismo día parece como todo listo hasta el chequeo Dactiloscópico. Esperó el mes, que según la promoción del SAIME, tarda en salir el pasaporte. En su caso, tenía una invitación para estar en el Festival de Cine de La Habana Cuba a una disertación, con pasaje comprado con recursos propios para el 03 de diciembre de 2013. Razones que le motivaron a enviarle un correo al camarada Dugarte, confiada plenamente en que ante la urgencia del caso, por la necesidad de su viaje, además atenida al compromiso revolucionario que debe tener un camarada para atender y responder solicitudes de este tipo. Pero de nada sirvió. Nunca el camarada Dugarte tuvo tiempo para atender tal nimiedad. Estaba en los medios discurseando.
Envió cartas acá y allá, y más allá, con los soportes necesarios y requeridos. A la final viajó, pues le dieron un pasaporte provisional. A fin de cuentas, en este gobierno no todos los funcionarios del SAIME se dedican sólo a discursear y a dar cifras. Hay quienes resuelven. Aclaro: el pasaporte provisional lo resolvieron en Nueva Esparta, porque el camarada Dugarte estaba muy ocupado dando cifras a la prensa.
Estamos arrancando el mes de febrero del 2014. Leemos otra vez al camarada Dugarte en los medios del Estado. Más cifras. Más operativos. Nuevos informes a Maduro. La vaina está de pinga.
Revisamos la página del SAIME en Internet. La información sigue siendo la misma. Parece una foto clavada allí. La vainita no se mueve del 17 de octubre del 2013, a las 8 y 34 de la mañana. El cheque Dactiloscópico está listo.
¡Que regrese Dante, camaradas!