La derecha siempre actúa igual. A pesar del fracaso del 11 de abril, intentan repetir el libreto simplemente agregando malos actores, en este caso lo más repulsivo del mundo: jóvenes conservadores, reaccionarios. Esos cavernícolas son ancianos de poco más de 20 años, menos sus líderes, estudiantes profesionales que frisan los 40. Luego, y ése es su juego en todas partes, acusan a su enemigo de hacer lo que en realidad ellos hicieron. Durante semanas preparan violencia, la anuncian públicamente, le fijan fecha y lugar, para luego, después de producirse los hechos violentos, culpar al gobierno por los mismos. Porque en Venezuela nadie tiene dudas acerca de cuál fue el origen de la violencia, ni de quienes la anunciaron, organizaron y desataron.
En esa línea anda uno de los personajes más sucios y cobardes de la política criolla: Henrique Capriles Radonski. El sórdido gobernador mirandino, que participó en la planificación de la violencia, ahora culpa de ella al gobierno y pide que acabe con los supuestos grupos armados chavistas. La violencia no la organizó ni desató el chavismo. Las imágenes, incluso algunas muy difundidas, muestran cómo esas piltrafas a sueldo de la derecha atacaron instituciones, destrozaron bienes públicos y agredieron a ciudadanos. Por cierto, sería muy bueno si ahora, y por primera vez, se emplean esos videos para apresar y encarcelar a los criminales. Durante una década y media, el Ministerio Público engaveta todo caso donde estén involucrados escuálidos en hechos delictivos, desde algaradas callejeras a asesinatos. Por cierto, la honorable Luisa Ortega Díaz no habla ni de pasada del juicio contra los asesinos que el pasado 14 y 15 de abril mataron a varios chavistas, incluyendo a una niña. Esos hampones ya pagaron y están en libertad.
Es evidente que la MUD ya cambió de línea. Las órdenes de Estados Unidos son claras y terminantes: hay que salir del rrrégimen por la violencia, ya que electoralmente el chavismo demostró ser invencible. El imperio se convenció de ello con la pela de Maduro al Capriles en 14 de abril, ratificada y aumentada en las Municipales de diciembre. Por eso partidos, grupos e individuos que rechazaban las salidas de fuerza, ahora se subordinan a María Corina Machado y Leopoldo López. La Malinche es ahora la jefa de la oposición, impuesta por el Departamento de Estado. En definitiva, se aplicó el viejo refrán de que “el que paga, manda”.
Dicho sea de paso, los chavistas tienen que estar muy pendientes de lo que viene. Es obvio que la oposición va a jugar a la violencia. Aunque la tarea de impedirlo y controlarlo corresponde a las autoridades, es fundamental que el chavismo esté en las calles, listo para actuar de ser necesario. El gobierno tiene que mostrar su fuerza, no sólo apresando y sancionando a los autores de hechos violentos. Es indispensable que muestre su poder con acaparadores y especuladores, pues esos hechos elevan, y mucho, la moral de los revolucionarios. A ningún chavista le gusta que el gobierno se deje tocar el culo por especuladores y compañías trnsnacionales, por más que esas empresas sobornen a varios cortesanos y otros corruptos.
En Venezuela nada cambia. Tras 15 años en la oposición, los partidos escuálidos no aprenden. No son capaces de sacar lecciones de sus errores y derrotas. El chavismo, por el contrario, tiene varias fortalezas -también varias debilidades- y casi siempre aprende de sus errores. Eso sí, ninguna fortaleza chavista es tan grande como la increíble torpeza opositora.
Aragua está entregada al hampa. Tareck el Aissami abandonó su cargo como gobernador y está todo el tiempo en Caracas, jalando y organizando el lanzamiento de su precandidatura presidencial. Mientras tanto, en apenas dos días asesinaron a dos policías aragüeños. Son casos de esos que los pajúos como el Tareck o la Soraya al Achkar consideran apenas “daños colaterales”. Están asesinando a los policías como consecuencia de la ley del desarme, que hace que los hampones usen esa sencilla y económica fuente para proveerse de pistolas y municiones: matar funcionarios.
El hampa simplemente impide que en Venezuela pueda desarrollarse el turismo, por más embustes y estupideces que digan los pajúos. En Margarita, con mucho esfuerzo oficial y privado, se había logrado que algunos cruceros tocasen la isla. Representan miles de pasajeros que gastan divisas. De ellos viven, y muy bien, otras tierras caribeñas mucho menos atractivas que Venezuela. Como consecuencia del asesinato de un turista alemán, los cruceros ya no vendrán a Margarita. El daño causado por unos hampones -que todavía están no sólo con vida, sino en libertad- es inconmensurable. Por eso indigna tanto cuando los pajúos salen en defensa del hampa, a pedir comprensión para los delincuentes, en lugar de perseguirlos a sangre y fuego como lo que son: los peores enemigos de la patria.
Dos problemas amargan la vida cotidiana del venezolano: inseguridad y desabastecimiento. En ambos se observa mucho aguaje, mucha pajudez, mucho hacer que hacen, por parte de los funcionarios encargados de enfrentarlos. El combate a la especulación es esencialmente demagógico y verbal. Por ejemplo, en Guayana detectaron un enorme alijo de azúcar. La respuesta oficial: una multa y la venta del producto decomisado. Nadie preso, nadie imputado. La pregunta obvia es para qué el aguaje de aprobar leyes como la ya vieja contra el acaparamiento y la especulación, o la novísima de precios justos. Son leyes que no se aplican, que los empresarios saben que es una farsa y que no existe voluntad política de erradicar los vicios de los comerciantes.
Ojalá el gobierno no se baje los pantalones ante el chantaje de las aerolíneas. Actualmente, esas empresas prácticamente suspendieron la venta de pasajes, para presionar que les entreguen varios miles de millones de dólares, para enviarlos a sus países. Buena parte de ese dinero que ahora exigen esos hampones se debe a lo robado a los pasajeros. Ninguna aerolínea, ni ningún vocero del gobierno, ha explicado jamás porqué un pasaje desde Venezuela a cualquier destino en el extranjero cuesta cuatro o cinco veces más que desde Colombia o cualquier otro país cercano. Las transnacionales del transporte aéreo simplemente venden tan caro porque además de robarle al pasajero, le roban al país obteniendo un ingente volumen de divisas. Ya hay varios funcionarios sobornados que están presionando para que les den “sus” dólares a las líneas aéreas y se dedican a hacer lobby, incluso dentro del Consejo de Ministros, para convencer de la necesidad de quedar bien con esas empresas delictivas.
Otra empresa delictiva que se mueve muy bien sobornando funcionarios es Movistar. Esa compañía se da el lujo de patear a sus clientes, porque sabe que no le pasará nada. Medio Conatel está en su nómina. Pedro Cortez, el actual capo de Movistar en Venezuela, obtuvo el cargo gracias a que cuando manejaba las finanzas de esa empresa, estableció relaciones muy útiles para conseguir dólares y bloquear cualquier castigo por lo que roban a sus clientes o su pésimo servicio. Unas autoridades serias ya habrían encarcelado a un gángster como Pedro Cortez.
Las alcabalas, aunque se las rebautice pajudamente como “cuadrantes de seguridad”, son simple demagogia. No sirven absolutamente para nada y por eso jamás se escucha a un vocero policial explicando cuántos delitos frustraron o cuántos malandros apresaron en una de ellas. Son parapetos para que el ciudadano los vea y piense que se está haciendo algo. Es como los vehículos policiales patrullando con las cocteleras prendidas; los malandros las ven y se hacen los decentes, pero hay ciudadanos tan pendejos que al notar la unidad, piensa que en su municipio se combate el hampa. Uno de los efectos de esas alcabalas es que facilitan el “trabajo” de los atracadores. En la carretera vieja Caracas-Los Teques el hampa asesinó a una señora que no quiso pararse en una alcabala montada por delincuentes, que en nada se diferencian a primera vista de las que instalan las autoridades. La señora en cuestión se negó a detenerse y los choros -que están vivos y libres- enviaron a un par de motorizados a perseguirla. Cuando la alcanzaron, le dieron dos tiros en la cabeza. Ése es el resultado de las políticas pajúas en materia de seguridad ciudadana. La demagogia sólo genera más muertes.
En el desabastecimiento influye, aunque el componente principal es el sabotaje, el caos en los puertos. Mientras de un mamonazo Bolipuertos casi duplica los gastos para manejar la carga portuaria, la negligencia e ineficiencia allí es de coger palco. Por ejemplo, barcos cargados con pernil, que llegaron al país en noviembre obviamente para venderlos antes de Navidad, fueron descargados a finales de enero. Por estos casos no hay castigo, no hay sanciones y revela la increíble desidia de las autoridades portuarias, pero también de los entes que realizaron la importación, que no presionaron ni denunciaron los hechos. Obviamente, cualquier ciudadano pensante supone que a los funcionarios responsables de importar comida lo que les interesa es hacer las compras en el exterior, para cobrar la comisión, y les da igual si el producto llega o no al consumidor. El periodista chavista Andrés de Chene lleva años señalando el caos en los puertos, con una enorme cantidad de ejemplos y casos de negligencia. Por lo visto, nuestros ineptos y corruptos se encargarán de que todo siga igual.
Ejemplo de aguaje: el general García Plaza detectó numerosos casos de mercancía sobrefacurada almacenada en el puerto de La Guaira ¿Alguien ha visto a un delincuente preso por esa estafa a la nación? En Cadivi roban con la mas absoluta impunidad y los empresarios que detectan sobrefacturando, al día siguiente reciben una nueva asignación de divisas. De hecho, son los ladrones quienes con más facilidad consiguen dólares, porque pagan sobornos y comisiones. Puro aguaje...
Entre asco y vergüenza ajena producen algunos “investigadores” de las universidades escuálidas. Publican trabajos que dan grima y luego difunden los medios opositores. Es increíble la ausencia de metodología y cómo la sustituyen con prejuicios, inventos, cifras amañadas y estupideces similares. En estos días divulgaron el trabajo de un bacalao llamado Iván de la Vega, que es un buen ejemplo de lo que no debe ser una investigación. Ese sujeto se dedica a asegurar que en Venezuela las personas con más educación académica simplemente se marcha del país. Sin la menor demostración ni explicar de dónde sacó la cifra, afirma que se marcharon un millón doscientos mil criollos, en su mayoría jóvenes universitarios, muchos con maestría o doctorado. Para más inri, este “sabio” dice que se invirtió el flujo migratorio y que ahora Venezuela envía más gente al exterior de la que recibe. Se ve que no se ha enterado, por ejemplo, de más de un millón de colombianos que ingresaron al país en pocos años. La verdad es que a Venezuela le iría mucho mejor si sujetos como el tal de la Vega decidieran marcharse, a ver si en otros países les permiten difundir bodrios con cifras inventadas, sin el menos basamento, violentando todas las normas metodológicas, simplemente para hacer politiquería barata. Por eso da como repulsión cuando uno escucha que la la Simón Bolívar es una universidad seria.
Habrá que ver cuánto le cuesta a Venezuela la disolución del fondo de jubilaciones de la UCV. Los robos en ese ente lo desbancaron. Tal y como ocurre en todos los organismos profesorales controlados por escuálidos, la corrupción da po'el pecho. Pero los profesores votan por sus directivas simplemente porque se presentan como ladrones, pero antichavistas. Con los recursos de los docentes de la UCV guisaron de manera colosal e impune. Hasta invirtieron en inmuebles basura en Panamá, sin que haya nadie preso por ese delito.