En el marco de las diferentes tácticas en el que se desarrolla el golpe suave que contra el Presidente Nicolás Maduro aprobó el gobierno norteamericano y que está en pleno desarrollo y ante la derrota paulatina que viene sufriendo esa intentona en Venezuela a manos del Gobierno y del pueblo chavista en la calle, hay un nuevo elemento de extrema gravedad que se desprende de las declaraciones que dio este 22 de febrero el Secretario General de la decadente OEA y sin discusión agente imperial, Insulza, que no sólo da declaraciones injerencistas en los asuntos internos del país, sino que habla de la posibilidad de una invasión a Venezuela por parte de un ejército colectivo de los países miembros de la OEA.
Plantea el jefe formal de la Organización de Estados Americanos, Ministerio de Colonias como se conoce la desprestigiada organización San Benito que le encasquetó el Comandante Fidel Castro en 1960 y que lo seguirá teniendo hasta su cercana desaparición la abierta injerencia en los asuntos internos de Venezuela, país indiscutible libre y soberano y deja ver la posibilidad de una intervención colectiva en nuestro país. Leamos.
Sin embargo, los que deben lograr ese acuerdo son los venezolanos, antes de que sea demasiado tarde. Pero si ya no hay confianza en nadie, ninguna institución o personas que garanticen una postura ecuánime y no comprometida, tal vez el recurso a actores externos, provenientes de nuestra propia América y designados en común, sea una alternativa posible.
Imaginamos que nuestra Cancillería esté evaluando seriamente el dar una firme y contundente respuesta a tamaña afrenta por parte del señor Insulza. En primer lugar ¿por qué este personaje que llega a ese alto cargo gracias al apoyo generoso y desinteresado del Comandante/Presidente Hugo Chávez y del Gobierno de Venezuela apura un supuesto encuentro y diálogo entre venezolanos, derecha opositora y Gobierno revolucionario, antes que sea tarde. ¿Tarde para qué señor Insulza, para un golpe o una invasión?
Que sepamos los venezolanos el Presidente Nicolás Maduro apenas comenzando el año 2014 llamó a palacio a los Alcaldes y Gobernadores opositores a trabajar junto al gobierno nacional y ofreció todo su apoyo para todos construir el bienestar popular a través de proyectos que presentaran las alcaldías y gobernaciones de todo el país. Nunca antes en el gobierno revolucionario se había logrado un encuentro de esas características. La esperanza se abrió por aquella iniciativa unitaria.
Pero poco dura la alegría del pobre. Aquella auspiciosa iniciativa iba contra los intereses golpistas del gobierno norteamericano que tenía otros planes sobre Venezuela, ejecutar el plan golpista que no se pudo realizar totalmente el 2013, plan subversivo preparado en comandita con el Capo Álvaro Uribe que dio a conocer un tenebroso programa terrorista que por la lucha ofensiva de la Revolución y del pueblo chavista no pudieron ejecutar en su totalidad, aunque recrudecieron con sus cipayos de la oligarburguesía la guerra económica contra el pueblo, la estafa con el dólar negro subversivo y la penetración de Cadivi, la usura, la carestía, el ocultamiento de los productos de primera necesidad, el contrabando de alimentos hacia Colombia y las islas holandesas, sabotaje eléctrico, huelgas de hambre, la inflación artificial y, sobre todo, el plebiscito electoral en las elecciones municipales que se les convirtió en un boomerang y la Revolución le sacó más de un millón largo de votos a la derecha y alcanzó el 75% de las Alcaldías, lanzó la contra ofensiva contra la corrupción, y aprobó la ley de precios justos que le dio en la madre a la burguesía.
Por supuesto que Insulza sabe eso perfectamente, pero ¿quién le dio la patada a la mesa de la unidad tan hábilmente trabajada por Maduro y el gobierno? ¿Para que el secretario general diga que es demasiado tarde cuando las hordas fascistas de la ultra derecha mercenaria no sólo se han planteado incendiar a Venezuela sino subvertir el orden establecido y están siendo derrotadas, el golpe está siendo derrotado?
Para Insulza no hay en Venezuela ninguna institución o personas que garanticen una postura ecuánime y no comprometida. Semejante exabrupto lo que daría es risa si de por medio no está que el diplomático uruguayo está diciendo lo que le ordenaron decir sus jefes yanquis. Para él, el gobierno venezolano, como institución, no es ecuánime tampoco Universidades, Iglesia Católica, grupos representativos del pueblo y la sociedad, nadie se pone de acuerdo, según él o el gobierno norteamericano, mejor dicho, y la salida decisión ya tomada por el Pentágono, la CIA y el cipayaje a sus órdenes en Colombia y Venezuela es una invasión colectiva a Venezuela o, en el pastoso lenguaje de Insulza tal vez el recurso a actores externos, provenientes de nuestra propia América. Es decir, plantea por lo claro, una injerencia descarada y sin dudas una intervención militar colectiva.
Ya conocemos, por experiencias anteriores de invasiones yanquis a naciones como la de República Dominicana en 1965, la composición de esos ejércitos: 98% de militares norteamericanos y un escuálido 2% de militares de países dóciles al gobierno norteamericano.
Creo que la presencia de Venezuela en la OEA debe replantearse, para nuestro país esa institución está agotada y no representa nuestros intereses. Salirnos es un hecho de dignidad. Además, ¿qué países latinoamericanos acompañarán al gobierno norteamericano en una aventura tan extremadamente peligrosa como intentar una invasión a Venezuela, después de la extraordinaria reunión de la CELAC en La Habana que unificó al continente?