Algunos ¿empresarios? nostálgicos contaban en una reunión que ellos llegaban a China, Estados Unidos, etc. y los recibían con alfombra roja, haciendo analogía con los famosos festivales de cine.
Los ¿empresarios? narraban con detalle: llegábamos a cualquiera de esos países con chequeras en dólares, nos alojaban en los mejores hoteles y nos trasladaban en limosinas.
Eso sí, estos ¿empresarios? se cuidaban de contar cuáles eran sus actividades empresariales, solo hablaban de bebidas, marcas, restaurantes, paseos, mujeres y consumos de lujo en las mejores tiendas de esos países.
Y de repente estos ¿empresarios? pasaron a los reproches contra el Gobierno, primero, del presidente Hugo Chávez y ahora del presidente Nicolás Maduro, culpabilizándolos de las limitaciones que hoy tienen sus lujos.
Lo que nunca contaron es que sus actividades se reducían a la importación de cualquier chatarra y uno que otro producto útil fabricados en esos países, con los dólares que gestionaron- a Bs. 4,30 provenientes del petróleo venezolano.
Se hacen llamar empresarios y son incapaces de solicitar un préstamo privado para invertir, fabricar, crear empleo, pagar impuestos y la seguridad social.
Distinto a los alemanes que prefieren y enseñan a sus hijos a consumir todos los productos hechos en Alemania, porque así respaldan a los empresarios que arriesgan su patrimonio, crean riqueza, generan empleo y producen con calidad, con excelencia.
Esos ¿empresarios? parasitarios viven del dólar barato, se imaginan a estos parásitos negociando con los empresarios alemanes: Señores alemanes traemos dólares ¿Nos venden papel toalet? ¡Pena ajena!
En la reunión surgieron los nombres Gonzalo Barrios (AD) y Rafael Caldera (Copei) y recordé los tiempos en que la suerte de Venezuela (economía, petróleo, etc.) se decidía en un juego de dominó de estos o entre estos señores.
