Mis escuálidos son aquellas personas de alguna forma cercanas a mí, ya sea familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos que de pronto me interpelan preguntando sobre mi afiliación política. O más bien, comienzan a hablar pestes de la revolución asumiendo que también soy escuálida.
En más de una oportunidad he relatado mis grandes dificultades para defender el chavismo teniendo como interlocutores visiones unidireccionales, fanatizadas, impregnadas de odio. Dificultades para defender mis ideas en relación al apoyo que siempre he manifestado hacia el Presidente Chávez y, ahora, hacia Nicolás Maduro.
Mis dudas comenzaron a surgir desde que amigos muy cercanos, todos ellos intelectuales, académicos, honestos, progresistas, saltaron la talanquera, convirtiéndose en oposición. Naturalmente que más de una vez fui blanco de sus verdades, sus argumentos, sus consideraciones hacia su amiga ?ingenua? y pertinaz, defendiendo siempre como pude los objetivos finales del chavismo, la soberanía de la Patria, la igualdad para todos los venezolanos, la búsqueda del desarrollo tecnológico, la lucha tenaz contra las acciones de una oposición absurda, violenta, tramposa que se llevaba arrastrada en esa locura a mucha gente de bien.
A pesar de varias experiencias personales y de carácter individual por las que pasé y estoy pasando, atribuidas sin lugar a dudas a las políticas mal entendidas del chavismo, no he desistido de mi lealtad a la revolución. Y así innumerables veces me he sentido expuesta a la burla de mis vecinos, de mis amigos, de familiares que, incluso, he perdido porque tomaron la decisión de alejarse.
Son muchos los compañeros universitarios de los cuales sabiamente se acompañó el Presidente Chávez al comenzar su gobierno, entre ellos Jorge Giordani y Héctor Navarro. Para nosotros era un hecho significativo, la búsqueda de los mejores, del conocimiento. Mi opinión sobre la carta de Giordani ya la expuse en este portal www.aporrea.org/ideologia/a190263.html, muy semejante a la opinión del Profesor Navarro, www.aporrea.org/actualidad/a190398.html, con quien coincido plenamente. Recuerdo que algunos de nosotros, sin cargos en el gobierno, incluso decíamos que mientras José Vicente Rangel estuviese al lado del chavismo, nosotros ahí estaríamos también. ¿No tendrá el periodista algún confidencial más osado que presentarnos?
Naturalmente que ahora oiré muchos: yo te lo decía y tú no querías hacer caso. ¿Qué puedo responder? ¿Qué responder cuando una ya famosa lista de empresas de maletín no termina de publicarse luego de una denuncia elevada por el Profesor Giordani y refrendada por otra ministra, (que tampoco está ya con la revolución) hecha hace un largo año? Es triste pero parece el cuento del lobo va a venir, el lobo va a venir y nadie ya le cree porque nunca llega. Cuando al fin llega el lobo nadie está preparado. El escepticismo, la decepción, la falta de coherencia y de palabra en lo que se ofrece, lo que se debe, hacen mucho daño al proceso.
¿Qué dirá Miguel Ángel Pirela sobre la carta de Giordani? ¿Pondrá su tonta musiquita de siempre, hablará frente a las cámaras con sus compañeros en el estudio, hará las mismas bromas patéticas, y dejará así que pase con más pena que gloria la hora de su programa?
Hasta los programas que teníamos están perdiendo su calidad, originalidad, su incidencia en el público usuario. Y además nos quitaron (¿cuál es la razón?) a Vanesa Davies, que por lo menos confrontaba a sus invitados, de forma amable, inteligente, perspicaz. Y ahora la critican por reunirse con el conocido animador, por tener alguna debilidad en sus respuestas, algún asomo de timidez no inusual en ella. Si yo fuese Vanessa haría un programa, en el canal que fuese, y le haría una entrevista formal a Chataing.
Con personas como el animador, simpáticas, inteligentes, famosas, cautivadoras, profesionales, es que nosotros, los chavistas de la clase media, aquella clase media en positivo, muchas veces nos debemos confrontar. Y ha sido duro y difícil, lo será mucho más ahora que los argumentos en contra no son inventados, ni son productos de la oposición insana, ni del imperio, sino razonables, acordes con lo que vemos en la realidad de las calles, veraces, y testimoniados por verdaderos chavistas que han estado durante todo el período de nacimiento de la Patria Socialista al lado del Presidente Chávez.
¿Cómo haremos? Mantengo la esperanza, ojalá no la ingenuidad de la que me acusan, que el debate, y la publicación de la famosa lista, lo haga muy pronto el alto mando político, junto al Presidente y sus ministros. Un debate de altura, necesario, obligatorio, para todo el país y, en este caso, para muchas personas como yo que siempre hemos tratado, con nuestros modestos medios, en nuestro entorno inmediato, con nuestra verdad y emoción por delante, servir y dar la cara por el chavismo.