Buen síntoma: “El País” de España dejó fuera de sus noticias a Venezuela durante varios días. Si tomamos en cuenta que la patria de Bolívar es noticia diaria en este medio, este detalle dice mucho. A mi modo de ver, es una manera silenciosa de reconocer que la cantidad de votos en las elecciones primarias del PSUV les dejaron aturdidos. Se entiende que, a pesar de todo, gran parte de la militancia chavista dio un voto de confianza al gobierno.
A nosotros nos toca celebrar, pero con cuidado. El piso sigue resbaladizo, es mejor evitar una dolorosa caída. Veamos: como ciudadanos nos ha tocado hacer uso de oficinas públicas. En ellas encontramos el antichavismo que juega garrote. Y el garrote es principalmente contra el camarada Maduro. Entendemos que muchos de estos funcionarios, enardecidos por la falta de pañales o de papel higiénico, ocultaron su garrote el domingo y fueron a votar. También irán a votar el 06 de diciembre, sólo que ese día el secreto del voto tiene un valor especial.
Volvamos al voto de confianza. Existe la guerra económica, es una verdad que nos la grita la experiencia chilena en tiempos de Allende. Y el propio Obama la confirmó este año en palalabras muy claras. Pero reza el dicho: “guerra avisada no mata soldados”. Acá fallamos en algo, pues tantas empresas expropiadas y nadie se ocupó de ponerlas a funcionar al pelo para abarrotar el mercado con sus productos. Una manera de darle opciones al pueblo ante la escasez provocada. Grave falla, pero el chavismo la obvió para ir a votar.
Buen voto de confianza para el camarada Maduro; a pesar de que éste a principios del año pasado aseguró, anunció y juró que el dólar oficial se quedaría en 6,30 bolívares. Asumamos que su equipo económico, en su empeño de curarse de cualquier influencia de Giordani, no tomó en cuenta q ue el asunto del dólar en el caso de Venezuela no es económico sino político. Resultado: hoy la economía se mueve al ritmo del llamado dólar negro. A pesar de todo, el chavismo dio su voto de confianza.
Muchos no olvidan que el camarada Maduro, a pocas semana de aposentarse en Miraflores se comprometió a abrir 35 Supermercados Bicentenario en todo el país para enfrentar la guerra económica que daba sus primeros pasos. No se dieron, a pesar de su importancia para cumplir con el dicho: “guerra avisada no mata soldados”. El Presidente confió, pero alguien de su equipó se olvidó. Por ser vainas que pasan hasta en las mejores familias, el chavismo militante lo dejó al margen y fue a votar.
Es muy importante señalar que estos desaciertos en el campo económico han sido bien acompañados por los logros en el campo social, educativo y cultural. A pesar del precio del petróleo, siguen abriéndose Bases de Misiones en los sectores más humildes. Los antes excluidos se sienten incluidos. Tampoco se ha detenido la Gran Misión Vivienda. Cientos de venezolanos siguen estrenando casas. No paramos de ver niñas y niños con sus canaimitas. Los medicamentos de alto costo, si bien tienen fallas, siguen siendo un alivio para millones de venezolanos. Y así podemos continuar ennumerando otros logros que justifican el voto de confianza.