Porque he vivido buena parte del siglo pasado y comienzos de éste, haciendo uso de la poquita libertad de expresión y de pensamiento que según unos fulanos y zutanos tenemos, expreso esta "verdad con la que no ofendo ni temo".
Sin lugar a dudas, no ha existido en nuestra historia un Mandatario que se haya dado tanto por el bienestar de la gente que Hugo Chávez. Y digo de la gente, porque, no solamente se ocupó de la suya, sino, por la de todo el mundo.
"Obras son amores y no buenas razones", dice el refrán. Palabras acompañadas de buenas obras que demuestran su amor por la gente son las que sobran. Incluso, inspiradas en máximas del Manso Rebelde de Galilea, "Porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; fui forastero, y me recogiste; estuve desnudo, y me cubriste; enfermo, y me visitaste; en la cárcel, y viniste a mí". En cuanto lo hiciste a uno de mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste", Mateo, 25:35-40 (…) Misiones: Alimentación; Barrio Adentro; Vivienda; Madres del Barrio; José Gregorio Hernández; Guaicaipuro; Identidad; Negra Hipólita; Amor Mayor; Robinson; Rivas; Sucre; Sonrisa; Saber y Trabajo; Hijos de Venezuela; Cultura Corazón Adentro; Ciencia; Che Guevara; Árbol; Barrio Adentro Deportivo; Energética; Agrovenezuela… y, pare usted de contar, buscando el bienestar de la gente.
Esto, sumado al esfuerzo de unir la patria grande latinoamericana nuestra, con amor, complementariedad, cooperación, respeto, tolerancia, amén, de la solidaridad con los pueblos oprimidos allende de los nuestros.
Entonces me pregunto, ¿es que no ha valido la pena el amor y esfuerzo de este gigante visionario que al igual que Jesús, guardando las distancias, dio su vida por el bienestar del hombre?
Y, me respondo, ¡Sí! ha valido la pena, pero, lamentándolo mucho, ha pasado como con la obra de Jesús: "el mismo sujeto de ese amor y esfuerzo no ha entendido, no ha querido entender y/o mucho menos ha discernido lo grande de esa obra". Muchos actúan de manera egoísta y hasta perversa con el mayor desparpajo en contraposición con el pensamiento y causa del gigante.
Otro hubiese sido el cantar si los venezolanos fuésemos Chávez de verdad, como fuera otro el mundo si al menos nos pareciéramos al Maestro Jesús, claro, respetando ideologías y creencias: La dirigencia política en general–especialmente la opositora – actuara con "altura y postulara los mejores candidatos a ocupar cargos públicos y legislativos, altruistas, moralistas, patriotas, ejemplo para todos"; la "integridad" fuera el orgullo de Mandatarios, Ministros, Funcionarios Públicos, Poderes, Fuerzas Públicas, Autoridades Educativas y Religiosas, Profesionales, Empresarios, Comerciantes, Empleados, Trabajadores, Obreros, Amas de Casa, Pueblo. Cada quien en su sitio cumpliendo honestamente sus funciones por el bien de todos, por Venezuela, ¡carajo!
Pero, tristemente sucede todo lo contrario: "Esta verdad pueril –la raíz materialista de las cosas –es el fundamento de la política moderna, la clave de la historia y de la humanidad". "Todos tienen la mirada clavada en algo desligado del más elemental idealismo. Venezuela es un siniestro mercado". "Miremos los bolsillos de los enemigos que es ahí donde reposa la raíz de sus pasos (…), Miguel Otero. Y, "Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores", Saúl de Tarso.
Estas torcidas acciones las vemos claramente en la vil guerra económica que azota principalmente a la tan golpeada clase media, o lo que queda de ella, que vive de su trabajo, que no tiene el tiempo para calarse las consuetudinarias colas e irremisiblemente paga al precio que sea alimentos y productos básicos al inconsciente bachaquero –antes excluido hoy incluido– aliado, sin querer queriendo, del despatriado burgués que lo utiliza para aumentar groseramente su capital al tiempo que sabotea la producción, distribución y comercialización con el miserable propósito de hacerle mal políticamente al gobierno aupado por oposicionistas, medios y amos del norte. Algo atípico: "Los otrora excluidos, hoy incluidos, y, los ricos, hoy más ricos, agavillados en contra de la empobrecida clase media ya en proceso de extinción. El amo y el esclavo en contra del mayoral". ¡Vaya usted a creer!
Esto, aunado al desangramiento por las fronteras de mafias inescrupulosas de todo tipo colombianas y venezolanas, con la aquiescencia de burócratas, funcionarios civiles y militares, corresponsables de la corrupción, especulación y desabastecimiento; al dólar today; a la mala gerencia de muchas empresas del Estado; a la entrega de divisas; a la corrupción de encargados en las instituciones de distribución de alimentos y al saboteo de terroristas internos y externos.
Definitivamente, somos víctimas de una lucha de poderes entre el bien y el mal. Por un lado los que quieren de buena fe el bien para todos y por otro lado los de mala fe visiblemente y/o camuflados haciendo mucho mal, full negocios y dinero fácil.