Talvez, las categorías físicas-fisiológicas que se usan para caracterizar la situación crítica del país, nos dejan una connotación peyorativa de la revolución y de los revolucionarios; a tal grado que nos sitúa a los revolucionarios o en un plano de caníbal troglodita o en una metafísica de agujero negro.
El hecho de la reflexión filosófica existencial de Chávez, más que alejarnos del chavismo nos acerca cariñosamente al personaje mitificado por el pueblo. Quizás decir caudillo, es una frase neo colonizadora que pretende consciente o no, negar el amor, el respeto y la fe que nos lleva voluntariamente a aceptar emocional, ideológica y políticamente el papel conductor del líder, Chávez-Pueblo
Si los rusos prohibieron el uso de imágenes del Che Guevara en las campañas políticas electorales, allá ellos. Poco falta que se prohíba la imagen de Chávez en esta realidad venezolana, al carajo con tales amagos.
La economía en crisis no es ningún agujero negro movido por fuerzas metafísicas extraordinarias, sino un fenómeno social real no imaginario, manipulado por quienes tienen la posibilidad de crear esa relación social concreta.
Es una creación burguesa oligárquica-terrateniente, con la complicidad de los socialdemócratas.
Sino, como nos explicamos la existencia de latifundistas y la especulación inmobiliaria: ¿Cuántas fincas, cuantas casa de campo con caballerizas o con hatos ganaderos, cuantos latifundios están en el negocio inmobiliario, menos en la producción agropecuaria?
Lo mismo sucede en el área financiera, comercial e industrial.
Ya Marea Socialista se preguntó por los responsables directos en el desfalco mil millonario a la nación, a donde fueron a parar esos recursos financieros del Estado. Y por las sanciones a los implicados. Y ese problema continúa.
El problema del retraso en las importaciones, aún con el financiamiento gubernamental previo…lo demás es conocido sobremanera.
A pesar de todo, los venezolanos no son tan tontos para dejarse arrebatar en una elección, el mayor logro de Chávez: la revolución.
Ni trogloditas, ni agujeros negros, ni seguidores ciegos de caudillos; sino que revolucionarios creadores junto a los socialdemócratas, unidos para ganar las elecciones de diciembre. Guste o no, casi es un imperativo categórico político para el triunfo electoral.
Ya, en enero de 2016, el reafirmar la naturaleza socialista de la revolución implica una batalla descomunal por superar las relaciones económicas sociales creadas por la oligarquía y sus cómplices socialdemócratas y una nueva lucha por retomar la super estructura política del partido y del Estado.
En esa lucha se restablecerá Chávez y el chavismo popular, entusiasta, alegre, revolucionario y humano, es decir: el socialismo auténtico latinoamericano.
Esto no es utopía, es el camino más acertado que se puede recorrer todavía, antes de optar por una salida diferente.