El domingo 6 de diciembre se volverán a enfrentar dos visiones antagónicas de país. Las tensiones, las presiones, el forcejo mediático para mentir por una parte y para esclarecer por otra vuelve a llegar al borde de la tolerancia. Desde que el comandante Chávez asumió la presidencia en 1999, todas elecciones son vistas por la oposición como la oportunidad para derrocar al gobierno bolivariano. Otra característica de las elecciones venezolanas es que desde cualquier parte del planeta los que comparten el planteamiento neoliberal de la oposición criolla, se creen con derecho a inmiscuirse en nuestros asuntos; así vemos como presidentes, expresidentes, cancilleres, diplomáticos, candidatos, escritores, músicos, cantantes, artistas se unen a la campaña internacional contra nuestra patria. Entre los países desde donde mas se originan los ataques se encuentra, por supuesto EEUU, le sigue España, Francia; en Latinoamérica esta Colombia, Panamá, México, Perú, Chile, Paraguay y Argentina, y no es simplemente unas declaraciones de estos personeros en contra del gobierno legítimo de la Republica Bolivariana de Venezuela, es toda una campaña sistemática de calumnias, de falsos positivos mediáticos, de montajes fotográficos; contando para esa bestial arremetida con el apoyo de los grandes medios de comunicación de esos países.
Sin embargo estas elecciones tienen una característica muy particular; ya no es que si tienes dos casas te van a quitar una, o que nos van a quitar la patria potestad sobre nuestros hijos e hijas, o que van hacer una fritanga de adecos, no, hoy no es el miedo, hoy es la rabia.
Tanto el miedo como la rabia son emociones y todos sabemos que esas emociones estimuladas al extremo impiden el razonamiento; ¿Cuantas veces bajo el influjo del miedo, del pánico una multitud ha provocado una mortandad? o ¿Cuántas veces ha pasado que dos hermanos llegan al extremo de matarse en momentos de ira?
Hoy la oposición vuelve acudir a la manipulación emocional para intentar derrotar a las fuerzas bolivarianas pero esta vez recogiendo la experiencia chilena de 1973, han acondicionado el terreno para que la rabia aflore; la guerra económica declarada por ellos mismo (como lo mencionó Lorenzo Mendoza) ha dado para la oposición resultados parciales; la gente esta caliente por no encontrar los productos que necesita, caliente de tanta especulación, caliente de tanto bachaqueo, está caliente de tanta cola y si no controla la rabia, podrá dar un salto al vacío; bajo esa ira la razón se inhibe y se acudirá al primero que les ofrezca cambio sin detenerse a pensar, sin hacerse la pregunta ¿ Qué cambio me ofreces tú?
No es extraño por ejemplo que en Maturín a la cinco de la tarde de repente en el centro, diez jóvenes de oposición tranquen el tránsito vehicular y provoquen un caos, o que se le pague a ciertos autobuseros para que no cubran la ruta del transporte público en las horas pico. Eso crea angustia, crea molestia, crea arrechera y esa es la política de la oposición. Ellos necesitan que los ciudadanos y ciudadanas se dirijan a votar motivados por la rabia, ellos saben que la rabia no los dejara pensar.
De parte de quienes defendemos este proceso bolivariano, apostamos a la conciencia, a que el pueblo analice, saque cuentas y conclusiones, mida lo que puede ganar o puede perder, que aun con la guerra económica, con la corrupción, la ineficiencia, con la inseguridad que provocan angustia y calentura, que esta no desborde el razonamiento, más bien afiance la convicción que todas esas deficiencias las podemos resolver dentro del proceso revolucionario; si logramos que la conciencia se imponga a la rabia ganaremos el 6 de diciembre.
ABREBRECHA Y DESPUES HABLAMOS