Esta fecha de navidad y de fin de año debe ser tiempo de paz, reflexión y unidad tanto familiar como en lo colectivo. Es la oportunidad de mirarnos, revisar profundamente nuestra propia vida y de prepararnos adecuadamente para afrontar los nuevos retos que nos depara el próximo año. Más allá de las creencias religiosas, la celebración de la Navidad se ha transformado en un acontecimiento anual universal que traspasa las culturas y los credos, hay un sentido más íntimo en este tiempo que nos invita a deponer las violencias, a trabajar por la amistad y a construir confianzas, en especial en nuestros propios hogares.
Ante un mundo que por momentos se sume en la desesperanza, donde las personas viven crecientemente la inestabilidad e inseguridad, en el que el encierro en sí mismo se ha tomado gran parte de nuestras vidas y donde las relaciones humanas han sido invadidas por el utilitarismo y mercantilismo, esta navidad nos abre a las familias un horizonte diferente, nos vuelve a colocar frente a la gratuidad como fuente de vida, nos da un aire revitalizante, de vínculos basados en el amor y que proveen de sentido a la rutina diaria, ilumina los dolores y sacrificios con un bálsamo de significado alentador y llena de sencillas riquezas la vida cotidiana, sin la necesidad de ir tras experiencias extraordinarias para mantener la unidad y concordia familiar.
Navidad es el tiempo la esperanza. La esperanza es la puerta que nos abre a nuevas oportunidades para todos, que nos permite derribar las paredes de nuestro hogar para salir a levantar una sociedad más tolerante, inclusiva, justa y solidaria, para que efectivamente hagamos de nuestra querida Venezuela una nación acogedora a la vida; manteniendo el apoyo y protección a nuestro pueblo para que lo que hemos avanzado en seguridad social estos 16 años no se nos desmorone y marchemos juntos hacia la consolidación de un sistema de justicia y equidad que dejó sembrado entre nosotros ese grande de la Patria; Hugo Rafael Chávez Frías.
A mi familia, a mis apreciados lectores, a los amigos de este medio de comunicación que me permiten llegar todas las semanas a sus corazones, mi mayor gratitud y me despido, por este año, deseándoles una feliz navidad y un venturoso año nuevo. Desde los primeros días del 2016 estaremos nuevamente compartiendo nuestros análisis semanales con ustedes. Se les quiere mucho.