Mis queridos lectores, me veo en la obligación de tener que abusar de su paciencia para contestar al Sr. Bernardo Ancidey que me ha mencionado en dos de sus artículos para desacreditar mis opiniones. En todo caso, le agradezco al Sr. Ancidey porque me encanta el debate de ideas manteniendo la altura, es decir, atacando ideas y posiciones y no a las personas.
El Sr. Ancidey me confronta primeramente en su artículo "A propósito de los garrafales errores en el artículo "Las 22 claves para no entender la economía. Corrigiendo al corregidor". Efectivamente, yo escribí el artículo mencionado (http://www.aporrea.org/ideologia/a221202.html), en el cual quiero demostrar que es posible que haya un fenómeno de inflación, alza de precio de un artículo sin que exista un incremento de la ganancia del productor.
La polémica viene dada porque yo uso el precio como referente para el cálculo de la ganancia (costo+ganancia=PVP) o (costo+%PVP=PVP). El señor Ancidey señala que esto es un error garrafal que la ganancia se debe calcular sobre el costo. Cualquier economista, contador o administrador sabe que la que señalo es la forma correcta de calcular el margen de ganancia y no la que propone Ancidey que es (costo+%costo=PVP). De hecho, las calculadoras financieras traen incorporada una función para calcular el margen de ganancias usando las teclas CST, MAR y SEL, y calculan el margen de ganancias sobre el precio.
En todo caso, si suponemos que tenemos un producto que vale Bs. 100 y su costo es Bs. 70, entonces la ganancia de Bs. 30. Si se da un incremento en el costo de Bs. 20, el costo se eleva a Bs. 90. El empresario puede seguir ganando Bs.30 si sube el precio a Bs. 120. Como se puede ver se daría el caso de un alza de precios sin que se haya transferido al productor un valor mayor en términos de ganancia.
Por lo tanto, una afirmación general en el sentido que la inflación siempre transfiere mayores ganancias al productor es falsa.
Ahora bien, que si hay inflación por motivos de especulación, si la hay en muchas ocasiones, y esto lo dije en mi artículo de la siguiente forma:
Como se puede ver la aseveración del ministro Salas no es cierta por ser una generalización. En realidad si puede haber inflación por especulación, y hay casos bien documentados al respecto. Una confusión del sr. Ministro es no saber diferenciar el efecto de la causa, la inflación no es lo mismo que especulación, la especulación puede ser una de las causas de la inflación pero no la única. Puede haber inflación de costos, importada y de demanda.
También señalé que puede darse el caso de una concentración de la riqueza sin que haya inflación y lo planteé en los siguientes términos:
Ahora bien, la especulación solo es posible cuando el producto es muy escaso, hay poca oferta para la magnitud de la demanda. Además, debemos señalar que hay casos documentados de un aumento de la concentración de la riqueza sin que exista inflación. De hecho, Piketty un economista francés ha observado un incremento de la concentración de la riqueza en Europa sin que se haya dado un proceso inflacionario significativo.
No pretendo ahondar en lo anterior y pasar a revisar lo que dice el señor Ancidey en su nuevo artículo "El peligro con ciertos economistas" en el cual me vuelve a citar, obviamente como uno de esos economistas peligrosos.
El señor Ancidey abre fuego señalando lo siguiente:
Tengo suspicacia por ciertos economistas. Sé que hay unos muy buenos y serios, en especial los que trabajan con la llamada microeconomía, pero lamentablemente en esta "ciencia", sobre todo en la macroeconomía, predomina un espíritu más cercano a la brujería que a una actividad académica respetable.
El reivindica la microeconomía frente a la macroeconomía donde predomina la brujería. Debo decirle al señor Ancidey que la microeconomía se basa en un aspecto tan subjetivo como es la función de utilidad del consumidor, la utilidad marginal. De hecho, esto es tan subjetivo que todo lo que se dice es que una persona consumirá mayores cantidades de un bien hasta que la última unidad ya no le dé una satisfacción adicional. Por supuesto, no hay unidad de medida concreta que mida el grado de satisfacción del consumidor. Y esto es lo que llama el señor Ancidey un planteamiento serio. Me temo que el señor Ancidey no ha estudiado la microeconomía en profundidad.
Por el contrario, la macroeconomía tiene un carácter mucho más objetivo porque trabaja con conceptos mensurables, que se pueden medir en dinero o toneladas producidas. La macroeconomía trabaja con variables medibles como el Producto Interno Bruto, el consumo, la inversión, las exportaciones, las importaciones, la masa monetaria, las reservas internacionales, etc.
De verdad, no sé de dónde saca el señor Ancidey que la microeconomía es más seria que la macroeconomía, creo que es una afirmación que no tiene ningún sustento.
Ahora bien el Señor Ancidey enfila sus baterías contra mí de la siguiente manera:
Me explico, Hernán Luis Torres dice que "que la especulación solo es posible cuando el producto es muy escaso, hay poca oferta para la magnitud de la demanda", pero olvida la realidad muy conocida por todos que en el capitalismo que los actores económicos son profundamente desiguales, de modo que los pesos pesados tienen toda la capacidad para producir escasez si se lo proponen, como lo viene haciendo la Polar, las trasnacionales farmacéuticas y las grandes cadenas de supermercados.
Yo solo dije que es necesario que el producto sea escaso sin referirme a los motivos por los cuales puede escasear un producto en particular. Efectivamente, un producto puede escasear por motivos de acaparamiento, también puede escasear porque aun cuando se esté usando toda la capacidad instalada no se logre cubrir la demanda, en este caso se recurre a las importaciones. Un producto agrícola puede escasear por problemas de sequía. Como se puede ver la escasez es necesaria para la especulación ya sea por motivos naturales o por la acción de las grandes empresas.
Más adelante el señor Ancidey señala lo siguiente:
De modo que si bien es cierto que la escasez genera inflación, la primera en el caso de Venezuela, es inducida artificialmente tanto por motivos políticos como económicos. Y sabemos esto no por convicciones políticas radicales…
En el párrafo anterior el señor Ancidey me da la razón, en primer lugar, reconoce que existe la inflación y en segundo lugar, que la misma es generada por la escasez. A confesión de parte, relevo de pruebas. Con esto, él termina refutando al ministro Salas a quien ha salido a defender. Parece haberse olvidado que el ministro dijo que la inflación no existe.
Por último, mi estimado amigo Ancidey me menciona de la siguiente manera:
Motivación para acabar con el proceso bolivariano e incrementar ganancias------→generación artificial de escasez--→especulación---→inflación---→ malestar popular ---→ derrota del proceso bolivariano .
He aquí la verdadera relación que nuestro Economista no ve. Seguir alegando que es culpa del gobierno la crisis económica por los controles a la economía o por no darle las divisas a las empresas, es simplemente una posición interesada políticamente sin ningún sustento, similar a las declaraciones anticientíficas de declarar un "invento de Chávez" el trabajo de reconstrucción de la imagen del Libertador, tirando por la borda el serio y dedicado esfuerzo histórico, artístico, científico y tecnológico realizado por un equipo de alto nivel internacional.
La verdad es que este economista si ve la motivación expresada por Ancidey. Sin embargo, era algo de esperar, de cuando acá los empresarios han visto con buenos ojos a cualquier cosa que se llame socialista. Lloriquear por lo malvados que son los empresarios con el gobierno socialista es patético. Es que acaso no hay del lado del gobierno desde hace mucho tiempo un lenguaje de confrontación con el sector empresarial, y acaso este último, no intentó derrocar al gobierno del Presidente Chávez y llevó a cabo un paro general, guerra avisada no mata soldado.
Ahora el señor Ancidey habla de la entrega de divisas al sector empresarial, es que acaso el gobierno no tenía en sus manos los mecanismos para controlar el buen uso de las divisas. De quien es la culpa, del cochino o del que le da de comer. Es que acaso podemos ser tan ingenuos de no sospechar la complicidad entre los funcionarios que entregaban las divisas y los empresarios de maletín. Si el gobierno maneja el 95% de las divisas que entran al país, a quien vamos a culpar que la fuga de capitales haya continuado con el control de cambios. ¿Cuánto tiempo llevamos esperando la lista de los que estafaron a la nación llevándose los dólares?
A quien vamos a culpar de la inflación si el gobierno impuso un control de precios que ha sido imposible implementar y tenemos una inflación de más del 200%.
Señor Ancidey, todos sabemos que la experiencia de las empresas nacionalizadas ha sido catastrófica, ahí tenemos al elefante blanco de SIDOR, a quien vamos a culpar por la ineficiencia y la falta de productividad en las empresas del Estado.
También el señor Ancidey se queja de la situación de los precios del petróleo. El petróleo es una materia prima y si se revisa el comportamiento del precio de estas se puede ver que el mismo siempre ha sido fluctuante con lazas y bajas. Era del todo previsible que el precio del petróleo pudiera bajar, sin embargo, nada se hizo al respecto. El gobierno en la época de las vacas gordas no tuvo la previsión de crear un fondo de ahorro como han hecho la mayoría de los productores. Muy por el contrario, se dedicó a gastar todo lo que entraba y ahora vienen las lamentaciones. El gobierno hizo crecer desproporcionadamente la liquidez monetaria sin contrapeso en las reservas internacionales, cualquier aficionado a la economía sabe que eso tiene un impacto inflacionario y conlleva a una devaluación de la moneda. ¿A quien vamos a culpar de eso? Es que acaso el manejo de la política monetaria y de las reservas internacionales no es responsabilidad del gobierno?
Por último, tenemos el caso exitoso de un gobierno progresista como el boliviano, donde no hay control de cambios, no hay controles de precios, no hay inflación y hay una moneda estable. Y por favor, no me vengan con cuentos que la burguesía venezolana es malvada y la boliviana patriota, la burguesía boliviana en su momento estaba dispuesta incluso a dividir el país. Aparentemente, hubo una negociación que ha permitido estabilidad política y económica. También tenemos a Uruguay, Ecuador y Nicaragua como ejemplos positivos.
Mientras se siga con el lloriqueo histérico de la guerra económica, y el gobierno no se amarre los pantalones y se dedique a resolver todos los problemas que está en sus manos resolver, seguiremos en el mundo de las excusas y de echarle la culpa al universo que conspira contra la revolución bolivariana, como dijera Trotsky, toda revolución necesita el látigo de la contrarrevolución. Bueno ahora el látigo está fustigando, qué propone el señor Ancidey más allá de lamentarse de la maldad de la clase capitalista.
Como me dijera un amigo la ignorancia es audaz, y en el manejo de la economía hemos tenido y seguimos teniendo al hombre araña en su conducción.