Nuestro héroe de América libró una dura batalla para liberarnos y pasó por circunstancias similares a las actuales, donde los enemigos del gobierno y la naturaleza parecieran aliarse para derrocar un gobierno legítimamente constituido.
El 26 de marzo de 1812 (jueves Santo), un terrible terremoto destruyó las ciudades de Caracas, Barquisimeto, Mérida, El Tocuyo, San Felipe, causando estragos en otras poblaciones. Fue aquí cuando el Libertador Simón Bolívar pronuncio las palabras: "Si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".
En virtud de que el 19 de abril había caído también en jueves Santo, los realistas aprovecharon esa circunstancia para hacer creer a los venezolanos que se trataba de un castigo del cielo.
Transcurrido el movimiento telúrico, Bolívar se dirige a la plaza de San Jacinto (Caracas), cuando supo que un grupo de frailes predicaban a la aterrada multitud concretada en aquel espacio abierto, haciéndole creer que el terremoto era un castigo divino por haberse separado la Provincia de Venezuela de la autoridad del Rey de España. Mismo papel que actualmente juega la iglesia conspirando con sectores radicales de oposición.
Aunque la frase fue tergiversada porque la misma era contra los españoles –realistas; porque los verdaderos enemigos para el Libertador eran los realistas; la naturaleza, era un obstáculo transitorio a vencer.
Este 2016 estamos viviendo una crisis nunca vista, porque además de la guerra económica y el recrudecimiento soterrado de las guarimbas nos encontramos con los embalses totalmente secos, lo que implica que nos quedan muy pocos días para disfrutar del vital liquido, sino se adelantan las lluvias; amen del suministro eléctrico por el bajo caudal que presenta también el Guri.
El Presidente Nicolás Maduro tiene un duro enemigo por delante. Con medidas económicas acordes y revisión de los niveles de producción de todas las empresas del estado y privadas; podremos ir saliendo poco a poco de la crisis de abastecimiento. La naturaleza al igual que cuando Bolívar representa un obstáculo transitorio y estamos seguros que Dios no nos desamparará; debemos tener fe y trabajar mancomunadamente todos los sectores de la sociedad sin mezquindad ni politiquería; pensando en la supervivencia y el bien común. ¡Viviremos y Venceremos!.