Hay que admitir un par de cosas: La oposición venezolana/imperial ha obtenido un extraordinario avance en el campo ideológico al lograr posicionar en el imaginario colectivo mayoritario del país, vale decir, en el sentido común de buena de los venezolanos, unas cuantas ideas falaces y hasta absurdas, pero lo suficientemente potentes como para configurar un potencial cuadro de derrota estrategia para el chavismo si no se atienden a la brevedad:
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La idea de que Nicolás Maduro es prácticamente el culpable único y absoluto de todo cuanto de negativo acontece en Venezuela, incluyendo por supuesto el desabastecimiento, la inflación, la inseguridad, el fenómeno del Niño, etc. En consecuencia, que todo este desastre se resolverá apenas con que éste deje de ser Presidente.
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La idea de que la crisis venezolana no está para nada asociada a una crisis mundial del capitalismo, y ni siquiera a la brutal caída de los precios del petróleo.
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La idea de que lo que está en crisis en Venezuela es el "Modelo Socialista", de lo cual se deduce que en cuanto Venezuela sea "liberada" y se retome la senda capitalista, deberíamos ver resueltos de inmediato, todos nuestros problemas.
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La idea de que solo en un pasado que se remonta hasta antes de la Revolución Bolivariana en este país éramos todos felices y vivíamos sin problema alguno, período en el cual nadie carecía de nada, había de todo y todos podíamos acceder a ello sin limitación alguna.
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La idea de que la corrupción es un fenómenos eminente y exclusivamente "chavista", que antes del chavismo no había corrupción en Venezuela (y menos en la magnitud actual) y que la totalidad de los recursos que ingresaron a Venezuela durante la Revolución Bolivariana, fueron dilapidados, desfalcados, robados y derrochados por una caterva de ladrones y corruptos jamás antes vista. "Éramos felices y no lo sabíamos"…
Estás ideas y otras similares, están sólidamente posicionadas en la mentalidad del Hombre/Mujer común de este país, en la ciudadanía de a pie, que hoy por hoy conforma esa mayoría circunstancial con la cual la oposición Venezolana le arrebató al chavismo un espacio tan importante como la Asamblea Nacional y pone en jaque en este momento al gobierno todo.
En un ejercicio bastante inteligente aunque vaciado de toda consideración moral, la oposición venezolana, valiéndose de un extraordinario aparato comunicacional, ha logrado astutamente posicionar como sentido común, este conjunto de simples pero poderosas ideas en las cuales se mezclan medias y absolutas verdades, con medias y absolutas mentiras, aprovechando el estado de ánimo colectivo.
Evidentemente, cualquiera de esas ideas no aguanta la más mínima prueba de contrastación lógica, histórica, científica ni técnica, antes de quedar desnudadas como lo que en realidad son: simples falacias. Sin embargo, son las que están moviendo la voluntad mayoritaria que comúnmente encontramos en nuestra cotidianidad, que se expresó el pasado 6 de diciembre y que sigue expresándose en la frase "Maduro vete ya".
Como en el pasado, a la oposición le importa un comino engañar y engatusar a propios y extraños con tal de lograr su objetivo. Pero si desde el muy disperso y fragmentado conjunto de fuerzas revolucionarias, progresistas, de izquierda, chavistas; si desde el mismo gobierno no se es capaz de desmontar rápida y eficazmente este patrón de razonamiento, no habrá forma alguna de reencauzar el proceso y de recuperar una masa crítica proclive a continuar, -corrigiendo todo lo que es necesario corregir-, el proceso histórico de transformaciones revolucionarias. La oposición venezolana de derecha, se desliza con demasiada facilidad hacia el fascismo, y no perdonará a nadie, ni siquiera a quienes andan buscando salvar su pellejo intentando negociar con ésta. El fascismo no tiene moral. El fascismo no perdona. De nuevo, para mañana es tarde.