El marketing político, viene causando serios estragos en el campo socialista por la invención de programas de una manera progresiva y sin análisis de sus consecuencias. La gestión social, enmarcada en el Legado presidencial del Comandante Hugo Chávez Frías se queda de manos cruzadas ante el avance arrollador de las mafias militares y civiles que controlan el espectro agroalimentario y, el presidente Nicolás Maduro Moros le otorga a los militares nuevas responsabilidades estratégicas en el campo productivo y alimenticio, lo que ocasiona una carencia de supervisión efectiva en el campo territorial de seguridad pública local y globalizada, donde Venezuela es constantemente atacada en el campo telemático.
Por donde uno camina, observa una histeria de ciudadanos frente a los grandes abastos, bodegas y pulperías. Ninguna de ellas va a una compra personalizada, un cuarenta, (40%) por ciento, les trabaja a marchantes ya establecidos alrededor de dichos establecimientos y en pequeños cuartos guardan la mercancía para su traslado en horas nocturnas. Por ejemplo, en el Supermercado Madeirense de La Isabelica desde un día anterior piperos, indigentes y personas de un estrato social bajo traen sus bancos para dormir y pasar la noche, entregarle a la milicia o GNB los carnets o cédulas de identidad para luego vender los puestos a trescientos y quinientos bolívares, o en su caso, sacar la mercancía y recibir por la entrega al comerciante mayor un pago de quinientos bolívares, una verdadera cadena de corrupción a lo largo de dicha cadena.
La primacía en la comercialización de productos básicos, lo pierde el Estado Venezolano por las corrientes liberales y militaristas que se mueven en su propio seno dañando la pequeña economía doméstica que, se encuentra aislada de cualquier contexto económico. La oposición tiene su enlace con el oficialismo en la misión de desmontar los programas sociales del gobierno bolivariano y el ejemplo más claro es Misión Sucre controlada por Voluntad Popular y Primero Justicia, Hay compromisos políticos internos en Carabobo para controlar los poderes en su esfera universal y telemática.
Hay un gran silencio, en todos los sectores económicos del país y el neoliberalismo en su faceta socialista y mercantilista ocasiona una gran daño al presidente Nicolás Maduro Moros en su esfuerzo titánico en abastecer el país de alimentos de producción interna y del exterior, pero, quienes controlan los mercados mayoristas- GNB, expendedores y mafias contrabandistas- establecen los nuevos precios de bultos de productos de la cesta básica con un precio exorbitante.
En una oportunidad, el presidente Moros exhortó a la FANB con sus fuentes de poder que deben regresar a los cuarteles para regularizar las estrategias de defensa del país. No se puede seguir jugando al gato y el ratón. La sociedad civil revolucionaria debe regresar a sus puestos en la estructura geopolítica de defensa de la nación y los militares, con el debido respeto, no pueden seguir vendiendo verduras y monitorizando con los cubanos, los registros administrativos de Venezuela.
La baja de popularidad del presidente se hace notoria y los chavistas amantes del Plan de la Patria y el Legado de Chávez son aislados por ésta confubalización del espectro político nacional, el país está siendo entregado a las multinacionales de alimentos