Comparto las opiniones del camarada Néstor Francia en su "Carta abierta a los disidentes del chavismo", en cuanto al tema al tema de "la contradicción principal". Más o menos eso lo he intentado explicar en otros artículos, sólo que lo hice sin la claridad mostrada por el camarada Francia. Me temo que después de leerlo tampoco podré explicarlo con tal precisión. Sólo agregaría a lo escrito por el camarada el asunto de la visualización del proceso bolivariano más allá de nuestro entorno, nuestras arrecheras ante los errores, la antipática posición de criticones y las innegables flaquezas pequeño burguesas que arrastramos. Se trata de vivirlo en directo en un barrio como Campomar (en la isla de Margarita). Parido por sus habitantes en terrenos "lomito" para los inversionistas, por lo tanto asediado, ahogado, vilipendiado, sitiado, militarizado hasta la llegada de Chávez a Miraflores. Hoy convertido en referencia de organización, combatividad y logros. Aclaro: lo de combatividad va más allá de la pelea contra la oposición, sino a lo interno: fue el único sector donde las Ubche no seleccionaron como candidata interna del PSUV a la Asamblea Nacional a la esposa del Gobernador de Nueva Esparta. Lo hicieron bajo un argumento: el camarada Diosdado Cabello dijo que no se debían aceptar imposiciones de gobernadores ni alcaldes. La lamentable respuesta del chavismo oficialista fue cercenarle recursos para algunos proyectos. Otro ejemplo para ver la revolución: hace años visitamos para proyectar una película a niñas y niños, el barrio Valle Encantado. Ranchos de tablas, piso de arena de playa: miseria a primera vista. El gobierno de Chávez les construyó viviendas, el de Maduro les hizo la Base de Misiones y el Ministerio de Cultura les atiende. Fuimos la semana pasada a proyectar unos cortos del Concurso Nacional de Cine y Video Comunitario. No fue necesario llevar equipos. Ellos tienen los suyos. La ONA les aprobó un proyecto: tienen su propio cine móvil. Sólo nos queda darle cierta orientación para la selección de películas (a lo mejor es una pedantería nuestra). No sólo eso: la ONA les aprobó dotarlos con dos máquinas industriales para hacer ropa. En Margarita hay otra comunidad que nunca visitamos antes porque la gente no sabía que existía, porque estaba oculta por el monte. Sólo se entraba caminando. Allí la Gran Misión Vivienda entregó la casa 400 hace, creo, dos o tres años.
Para mí esas son partes de las razones que tenemos para criticar este gobierno, caerle a piña, pero seguir apoyándolo. Podríamos resumirlo un poco drásticamente: "somos chavistas, a pesar del gobierno".
Vamos a la otra mirada, la de la arrechera honesta, sincera, sin cartas bajo la manga. La vivo con un gran amigo, hombre de izquierda, formado en la Juventud Comunista dirigida por Caraquita Urbina; luego fundador del MAS, y después alejado de esta organización. Chavista sin militancia partidista. Tan serio que no le gustan algunos "relajitos" dentro del chavismo. Confiesa que se hubiese ido del PSUV cuando en las primeras elecciones internas la militancia no le dio el voto de confianza a Diosdado Cabello. Willian Lara y Darío Vivas, pero a la final terminaron siendo los jefes del partido. No votó en la Reforma porque estudió, debatió, abrió círculos de estudios con los artículos a reformar en un principio, pero luego los parlamentarios chavistas, con Cilia a la cabeza, se aparecieron con otros artículos cuya reforma en esencia los favorecían a ellos. Le provocó imitar a Miranda: "Bochinche, bochinche". Esto es sólo un ejemplo.
Con el tema del referendo se agarra de Chávez cuando aceptó como buenas las firmas recogidas. Lo dijo claro: "si la mayoría del pueblo decide que me vaya, me voy". ¿por qué no lo asumimos hoy así? A partir de allí debatimos sobre los casos de Chile y Nicaragua, la presión del imperialismo, la guerra económica. Digamos que medio lo convencí. Entramos a otro asunto: si el referendo se da el próximo año, cuando ante la derrota de Maduro, asuma el VicePresidente, ¿qué hacer si la diferencia en votos es de 3 o 4 millones a favor de la oposición? Le respondí "tenemos que preservar la revolución". Me preguntó: ¿Aunque la gran mayoría del pueblo nos dé la espalda? Eso no fue lo que mantuvo Chávez". No es fácil responder. ¿Qué es lo más justo, democrático y revolucionario? ¿Acaso decir como Cilia Flores, el día de la juramentación de la nueva Asamblea Nacional, "nosotros somos mayoría"? Sólo en el país de VTV.
Esta reflexión de mi amigo se me vino a la cabeza en estos días cuando Capriles habló de diez millones de votos contra Maduro en el referendo. Sabemos que en Capriles no cree nadie, que es un bolsa y que es un aguaje lo de las cifras. Pero, camaradas, así como yo veo, tocó, acarició la revolución en los casos mencionados y en muchos otros, en especial donde existen Bases de Misiones, a pocos metros de mi casa queda el Mercado de Los Conejeros. Voy casi todos los días al mismo. Allí va la clase media, los un poco más abajo, los pobres y los más pobres. Gente a montón. Si lo trasladamos al número de electores de todo el país, si el gobierno no mejora aunque sea un poquito, de los 10 millones sólo nos salva la abstención de los radicales de la derecha que no van a votar si el chavismo de todos modos se queda en Miraflores. No sé si me explico.
Si Maduro, Jorge Rodríguez y otros del combo gobernante no entienden que deben escuchar a la gente, si no son capaces de sentarse con los aliados, si no aceptan a los giordanis, va a ser cuesta arriba decir "Perdimos, pero ganamos". La gente de Campomar, Valle Encantado, Los Pinto y otros tantos sectores populares no merecen que Maduro les eche semejante vaina.