¡Amada Pachamama!

Muchas veces pienso que somos extraordinariamente irresponsables en el manejo de cuestiones esenciales. Por ejemplo, en el brutal mal trato que le damos a la tierra, a nuestra amada Pachamama. La codicia del oro, del petróleo y de minerales preciosos nos ha llevado a ser depredadores seriales del paraíso en el que vivimos: la tierra.

Como geógrafo siento la necesidad, en este mes evocativo, de transmitirles información puntual sobre este tema. Pachamama (Madre Tierra) o Mama Pacha es una diosa totémica de los Incas, representada por el planeta Tierra, al que se brindaban presentes. La ofrenda era para con ella y se hacían en las ceremonias agrícolas y ganaderas; cosa que todavía se estila en el mundo andino. ¡Cuánta magia y sabiduría ancestral!

La Tierra es pequeña, finita, megasecular y con bienes y servicios limitados, muchos de ellos no renovables. El capitalismo salvaje la ha exprimido convirtiendo desiertos a praderas fértiles, en paisajes lunáticos a zonas boscosas como el Amazonas. Y esto no para. Nadie parece poder detener este suicidio colectivo basado en la riqueza "como sea".

Venezuela debe integrarse con fuerza en este movimiento en defensa de la tierra. Los niños y adolescentes, con tanta tecnología comunicacional existente, deben recibir toda la información y los conocimientos, algo más constructivos que el Pokemon-Go. Trabajemos para que el primero de agosto de 2017 conmemoremos el Día de la Pachamama como corresponde. Con educación y gloria.

Asumamos el reto de comportarnos como verdaderos huéspedes de esta tierra, cuidando delicadamente de ella y aportando para que el ciclo de la vida continúe desarrollándose con normalidad. ¡Pachamama: gracias por tanto, ante la nada que te damos!



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Dante Rivas


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