El Arco Minero hace tiempo debió ser declarado zona de desastre ambiental

No sé si es una desgracia o una bendición haber estado 9 meses de mi vida compartiendo la suerte de los hombres y mujeres que se atreven irse a la Gran Sabana, específicamente a las minas de Zapata entre Santa Elena de Uairen y el pueblo de Icabarú y vivir en la base de un tepuy, esperando un día de suerte para hacerse rico con un diamante como el que encontró Barrabas en el rio Polaco.*

Si alguna de mis aventuras me enseñó algo, en estos 76 años vividos a plenitud, fue la de haber decidido irme a la Gran Sabana y por desdicha convertirme en minero y con ello ayudar a depredar la región más bella que tiene nuestro país. Eso fue en 1.983. (Tenía 43 años de edad). Quise comenzar una nueva vida, y como muchos soñadores me fui con la idea de ayudar a construir una nueva sociedad donde el "Ser" fuera más importante que el "Tener"; fue mi etapa metafísica.

A los 9 meses regresé derrotado, acabado físicamente y sin un centavo en el bolsillo, la minería me había cobrado su tarifa. La tierra arrasada de árboles, la vegetación que yo ayudé a destruir y los cráteres que hicimos para obtener unas gramas de oro y el mercurio que vertimos en sus aguas tenían un precio y yó pagué bien caro. La tierra es un ser vivo que cuando le caen parásitos depredadores como son los mineros, ella se defiende creando sus propios anticuerpos.

Más de 50 mil personas diariamente y sin ningún control ni beneficio para la Nación hacen la función de "termitas", destruyendo la principal fuente hídrica-energética del país y cuando al fin el Estado se apersona de eso y trata de darle un orden y reglamentar esa actividad para que sus efectos no sean tan nefastos, entonces surgen los defensores de las "termitas", aduciendo que se van a violar sus derechos humanos si se trata de reglamentar la depredación que desde hace más de 70 años se realiza en el llamado ahora "Arco Minero".

HAY QUE SER BIEN CARA E’TABLA PARA HABLAR DE VIOLACION DE LOS DERECHOS HUMANOS, EN UNA ZONA DONDE ESO NO SE CONOCE Y LOS QUE ALLI TRABAJAN LO HACEN PARA DESTRUIR A LA MADRE TIERRA DE DONDE PROVIENEN.

Si en alguna actividad humana se puede apreciar la verdadera cara del capitalismo es en la minería. Allí sí que el capitalismo se manifiesta en toda su vileza. No sólo destruye a la naturaleza, sino que destruye a los seres humanos con más rapidez que en cualquiera otra área productiva. Un minero no dura más de 5 años en esa actividad y si logra salir con vida es ya un guiñapo, destruido moral y físicamente. Minería significa depredación, degradación, prostitución, contrabando, epidemias, hambre, miseria y muerte. Si alguien duda de lo aquí dicho, que sólo se tome el trabajo de investigar la vida de uno de su más exitoso exponente: BARRABAS.

  • El diamante de Barrabás resulto ser el más grande de Venezuela y uno de los más bellos del mundo. Era realmente de una gran pureza y cuando los compradores internacionales supieron del hallazgo, llegaron hasta la Gran Sabana y compraron a Barrabás el diamante por un precio inferior al real y del cual sólo correspondió al minero 68 mil bolívares. Más tarde fue vendido a la casa Harry Wiston de Nueva York por más de medio millón de bolívares. La piedra fue fraccionada en una impresionante ceremonia por el experto gemólogo mundial Adrián Gracelli y se informó que dos de sus partes fueron vendidas en cinco millones de dólares.

Barrabás, con lo poco que le tocó de lo mucho que valía su diamante, perdió el sentido de la realidad y se dedicó a una vida de mujeres y dispendio. Finalmente, explotó un bar llamado "La Orchila", donde los buscadores de diamantes cuando visitaban el bar y se entusiasmaban, entonaban frente al negro de El Callao este melancólico estribillo: "El diamante de Barrabás... el viento se lo llevo".

Si el Estado decidió tomar en sus manos la regularización de esta actividad y tiene un relativo éxito, lo más que puede lograr es retardar unos años más la depredación y contaminación del ambiente y que por lo menos parte de esas riquezas ingresen a las arcas nacionales para cubrir costos sociales que esa misma actividad genera. La minería es una actividad económica muy parecida a la de licores, a cuyos productores el Estado les hace pagar altos impuestos, pero que a la larga no cubren los costos que las instituciones de ese mismo Estado deben sufragar por la atención médica y daños materiales que producen los que consumen ese alcohol .

Cualquiera actividad humana en la cual la madre naturaleza salga perdiendo es contranatura. Si para vivir en sociedad un hombre debe destruir el medio ambiente, en detrimento de los demás seres humanos con los cuales convive, ese hombre en particular es un enemigo de esa sociedad. Salvar al planeta y a la especie humana, pasa por identificar, aislar y detener la acción depredadora de la actividad minera en nuestras fuentes acuíferas .

En principio la actividad minera no tiene nada que ver con el socialismo. Es imposible que existan minas socialistas, ni mineros socialistas. El hecho de que El Estado sea el dueño o explote las minas no las hace socialistas ni al Estado tampoco. Quizás pueda darse que una Comuna se haga dueña y explote una Mina, pero a partir de ese momento lo que era "de todos" se convierte en propiedad de "una parte" que van a apropiarse del producto de la mina. Este es un tema que merece una mayor profundidad y sería muy valioso si lo comenzamos a tratar para ir clarificando las cosas que giran alrededor de la actividad minera.



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Juan Veroes


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