Cada vez que hablamos de gobernar con todos y para todos encontramos expresiones de sorpresa o de estar frente a algo nuevo, y esto no es así. Simplemente hablamos de manejarnos dentro de los cánones de la democracia participativa promovida desde nuestra Constitución. A la oposición pareciera que le cuesta mucho entender este espíritu, porque pretende invertir los términos en la relación sentenciada en elecciones libres.
Nuestro Plan de la Patria se fundamenta en valores superiores: la vida, libertad, justicia, igualdad, solidaridad, la democracia, la responsabilidad social, la ética y el pluralismo político, y en general, la preeminencia de los derechos humanos. Para que todo esto sea real y se concrete debemos cumplir una de las reglas más importantes de la democracia verdadera: el que gana gobierna, el que pierde ayuda.
Infelizmente en Venezuela este concepto se ha transformado en "el que gana gobierna, el que pierde conspira". Y naturalmente eso en lo que se convirtió es una crónica de una crisis anunciada, que nace en el golpe frustrado del 2002 y se reimpulsó el 5 de enero con el fatídico discurso de Ramos Allup señalando que en 180 días, que ya pasaron, derrocarían al presidente Nicolás Maduro. A eso se adelantó "la salida" y entonces los venezolanos quedaron encerrados en un callejón de alta combustión.
Lo vamos a decir de manera simple, fácil y sencilla. La cuestión de fondo es perjudicar al Gobierno, ¿para qué? para desestabilizar, ¿para qué? para voltearlo y asumir el poder sin planes ni programas que permitan superar la situación presente.
Por eso rechazo esa politiquería. La Real Academia Española (RAE) define politiquería como la acción de politiquear, es decir, intervenir en política, tratar la política con superficialidad y a la ligera y específicamente en América, hacer política de intriga o bajeza.
Politiquería es entonces un término derogativo de política, al cual entendemos como el arte del ordenamiento ciudadano, de la disciplina social y del gobierno dentro de un proyecto mancomunado. Para los griegos, que la llamaban politikos, era el arte del gobierno de la ciudad que en griego es Polis. Por lo general, la politiquería se asocia con corrupción política.
Cualquiera que sea la evolución de los acontecimientos en marcha, mi promesa es estar siempre del lado de la ley y la Constitución defendiendo los legítimos derechos del pueblo.
Un abrazo bien venezolano para todos.
Dante Rivas