La Tecla Fértil

Los atrasos del CNE perjudican al socialismo Democrático

Libertad, cuántos crímenes se cometen en su nombre. La expresión, profética y trágica, refiere a la exclamación de Madame Roland momentos antes de ser ejecutada en la guillotina, en nombre de la revolución que, en nombre de la libertad, impuso el terror en la Francia de fines del siglo XVIII. Hoy, tal vez, tendríamos que expresar una suerte de paráfrasis: democracia, cuántos crímenes se cometen en tu nombre. Es que los recientes acontecimientos trágicos, desnudaron una vez más la contradicción más dolorosa de una forma de gobierno llamada democracia: la de que la misma, dejada a sus solas fuerzas, se torna en su propio verdugo. Lamentablemente la democracia no puede redimirse a sí misma. No está para eso. Democracia es apenas un medio. Democracia apuntó, eso sí, al origen de la legitimidad del poder, la soberanía popular, ese querer de las mayorías que es fundamental para un gobierno razonable. Pero nada más.

La democracia, para que funcione debe ser autoritaria y populista, pero, sobretodo, socialista. Desearía ver a Freddy Guevara y María Corina Machado recorrer todos los días las calles de nuestros barrios, extendiéndole la mano a los más humildes, como lo hacíamos en Carabobo un grupo de dirigentes y militantes en la década 68- 79 y 80- 89. Esas ideas, fueron dejadas atrás. Al Estado o a la sociedad la colapsaron, algunos líderes corruptos que rompieron con La vieja Constitución y, ahora con la nueva, la violentan a cada momento con una FANB y GNB mamotreta, para no decir de los agentes que son la ignorancia pura, porque desconocen sus propias funciones públicas.

Nosotros, recorrimos las calles palmo a palmo y sin frenos, ejercimos el trabajo proselitista, sin violencia y sin ambiciones, porque, ahora todos somos profesionales de esta República Bolivariana de Venezuela.

Estamos frente a gente enfermiza, de parte y parte y lo peor, acompañados por militares que jamás han tenido un carácter republicano y se quieren legalizar imponiendo su dictadura, pero la soberanía del pueblo, lo impedirá, por eso, está en la calle exigiendo se restablezca la Constitución Bolivariana, violentada primeramente por las rectoras del Consejo Nacional Electoral,(CNE), al no llamar a elecciones de gobernadores y alcaldes en el momento oportuno e impedir el revocatorio presidencial que, ya se está convirtiendo en un relajo y se necesita mayor seriedad para su aplicación.

Algo deglute a la sociedad venezolana hacia su propia destrucción moral. Acá, solo deben existir dos partidos, quizás tres, pero, la corrupción es generalizada y los micro partidos han hecho historia en el país. Cada quien, busca lo suyo, es el turno y los riesgos para sumarse y constituir una mayoría. Esto, ha sido la tragedia política y Chávez quiso corregirla, pero, fue envuelto en crisis periódicas por gente de su propio gobierno bolivariano y sus continuos acuerdos con la oposición, Julio Borges, tiene la otra lista de Luis María Piñerua Ordaz.

Todos estamos enfermizos,

Ya, los tiempos revolucionarios pasaron y, las bases de los partidos, tienen otra realidad política, sus dirigentes se encuentran en la miseria y tienen hambre, los más altos, viajan al exterior a comprar mansiones, porque saben que deben partir de un momento a otro, dejándonos en el pelero y con una alta tasa de inflación, los esbirros militares nos mataran y de una manera coincidencial, los acontecimientos serán de construcción, tal como lo indica, Pérez Pírela y, que solo los filósofos entendemos ese lenguaje que el desmitifico en un programa televisivo con el Doctor Jorge Rodríguez, el derecho, lo jurista sigue su curso sinuoso de cada acto y acontecimiento, la izquierda ha perdido la patria, por los corruptos y el bachaquerismo y, no por la Guerra Económica y el Dólar Today.

Es nuestra historia política, muy deprimente Solamente, tiene aceptación por quienes mayoritariamente se benefician de ella.

Cómo ve el lector ese morbo democratista, donde el hecho político tiene primacía sobre la regla de la ley, no es nuevo. Goza de perfecta salud… No es de extrañar, entonces, que la falta de respeto a lo que es la ley –sea esta, la Constitución u alguna otra– sea un dogma para la clase política, y que dicho beneficio haya contaminado a algunos sectores de la sociedad. Que, se cree, dueños de los ciudadanos. Una democracia republicana está limitada, por acuerdo democrático, por la Constitución, donde las minorías y no solo las mayorías, serán protegidas en sus derechos. Habrá así, frenos y contrapesos.

Por esto, las rectoras han de ser juzgadas, hayan recibido o no directrices de sus partidos de origen, tienen un alto sentido de corresponsabilidad de lo que viene sucediendo actualmente y ponen en evidencia que no hay democracia, cuando La Constitución me expresa lo contrario. No es solo soberanía de las mayorías ni mero desborde de las mismas la fuente de poder sino, y sobre todo, el respeto a la ley. Por eso, no hay democracia sin un acabado sentido republicano, no solo del Estado como institución sino de la ciudadanía como tal.

La Constitución no está ahí para ser bastardeada por los intereses de grupos o mayorías coyunturales. Un republicanismo democrático se administra a través de instituciones, no de personas. Hoy, lamentablemente, muy poco de eso parece nutrir nuestra democracia.

Mientras no se detenga uno a pensar en esta dualidad, que se debe distinguir, pero no separar, de democracia-republicana, no solo nos toparemos con más tragedias y más acusaciones recíprocas sino que seguiremos, y es lo más preocupante, con el espejismo de la ilusión de que alguna "nueva" política, más "democrática", "la de otra mayoría" va a solucionar todas nuestras carencias.

Eso es falso, por lo menos en La Venezuela Bolivariana. Y así, solo continuará reinando, ese maquiavelismo, encubierto y rapaz, que nos ha hecho creer que, en democracia, lo que valen son los hechos, y nada más.

Estamos acorralados por las sospechas de corrupción, el Gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros y La Asamblea Nacional, confían en que las investigaciones que les acechan a funcionarios públicos, no retrasen la aprobación de unas polémicas reformas económicas que, por ley habilitante se le dio. Por el momento, han mantenido calmados a los mercados. La autorización de la Corte Suprema para abrir investigaciones contra casi un centenar de políticos y presos aforados ha sacudido al sistema político bolivariano y ha puesto en duda la pronta aprobación que exigía el sector privado para las reformas en trámite tanto del sistema de pensiones y jubilaciones, como la laboral.

Nosotros, queremos la cesta tiket, los ancianos me refiero, ya aprobada por la Cámara Legislativa. Las consecuencias políticas que ha traído esta nueva "turbulencia política" se viene notando de una manera muy vertiginosa. Pese a que se produzca una mayor presión sobre el gobierno y la Asamblea para aprobar las reformas, hay que apurar los trámites, aunque las consecuencias del escándalo sí podrían notarse a largo plazo. Pero, es necesario ir a elecciones y nombrar como es, a los magistrados del Tribunal Supremo y los diputados del Amazonas.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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