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Porque voy a correr todos los riesgos que haya que correr al lado de los millones de proletarios que irán a votar el 30 de julio contra el fascismo y contra Donald Trump. La mayoría de nuestro pueblo está dotado de un sentimiento y una convicción antiimperialista, socialista, bolivariana y profundamente chavista.
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Porque es un problema de dignidad personal, familiar, patriótica e internacionalista que reafirma toda mi herencia y formación revolucionaria.
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Porque es mi manera de condenar, sancionar y enfrentar los crímenes de odio, los actos terroristas contra los bienes del pueblo y la traición a la patria de quienes son cómplices de la injerencia extranjera.
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Porque por primera vez, después de la gloria independentista del Ejército Libertador, existe una FANB con una doctrina militar bolivariana emancipada del anticomunismo inculcado por Washington. A esa corriente militar histórica que aplaudió la entrada al Panteón Nacional de Fabricio, Argimiro y de la FALN hay que apoyarla con la Constituyente.
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Porque con la iniciativa del CLAP se están dando los primeros pasos para la intervención socialista por el estado de los medios de producción y distribución de alimentos contra el desabastecimiento inducido por el capitalismo.
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Porque la Constituyente aprobará una Ley Constitucional contra la especulación y otras medidas económicas en defensa de nuestras divisas para ponerle coto a la inflación.
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Porque el pueblo que apoya la Constituyente es el mismo que tiene como bandera el programa de gobierno del Plan de la Patria para la transición al socialismo.
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Porque la batalla política de la Constituyente es la continuación de aquella que se dio en el 98 para derrotar al Pacto de Punto Fijo.
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Porque la Constituyente es democrática, constitucional, legal y profundamente chavista.
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Porque la Constituyente es la respuesta política del poder popular al golpe de Estado imperialista que busca para Venezuela la destrucción del Estado Nación concretada en Irak, en Libia y casi lograda en Siria.
