La petromoneda venezolana fue lanzada en preventa el pasado 20 de febrero. Este instrumento digital permitirá realizar transacciones comerciales -con proveedores foráneos- sin necesidad de utilizar el dólar yanqui. Además, es el primer signo monetario, en 46 años de experimento fiduciario, que es respaldado por una materia prima como el crudo. La criptodivisa criolla es una genial manera de burlar las draconianas sanciones de Washington a Caracas y establecer un activo que sea una indiscutible reserva valor. Ahora bien, ¿cómo puede el petro propinar un certero zarpazo a "Narco" Today y revertir el perverso proceso de especulación con los importes en nuestro país? Ésta es una persistente interrogante que nos formulan desde varias latitudes del país y el orbe.
Lo primero que debe concretar la petromoneda es hacer irrelevante o innecesario el emplear dólares estadounidenses para adquirir bienes o servicios en el exterior. Para esto, el petro debe hacerse atractivo en otros rincones de la esfera azul y ello es un "tiro al piso" por el hecho de que está sustentado por los yacimientos de hidrocarburos más vastos del mundo. ¿Quién no va a querer como dispositivo de desembolso una herramienta electrónica avalada por un Estado nacional y más aún si ésta se halla convalidada por recursos tangibles? Bajo este prisma, el petro se hace más apetecible que el mismísimo billete verde, la libra esterlina o el yen japonés, por citar algunos componentes de la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Durante las primeras 20 horas posteriores a su lanzamiento, la petromoneda recaudó unos 735 millones de dólares y hasta la fecha ha acumulado unos cinco mil millones, lo cual puede considerarse un rotundo éxito y coadyuva al posicionamiento de ésta en el ámbito planetario. Igual acontecería con el anunciado "petro oro": cualquier instrumento de cancelación de pagos que sea en sí una reserva de valor, será aceptado con los "ojos cerrados" por cualquier vendedor o país. Por lo tanto, si nuestras transacciones comerciales comienzan a pivotar sobre la petromoneda, empezará a carecer de sentido el hacerse de dólares con el propósito de viajar o efectuar compras de bienes o servicios allende nuestras fronteras.
En un escenario donde sólo bastase con el petro para negociar con el exterior, páginas terroristas como "Narco" Today yacerían neutralizadas debido a que perderían su principal "encanto": ser la referencia de precio de un medio de pago requerido para travesías globales u operaciones comerciales. ¡Así de sencillo! Esto tendría un efecto dominó en los importes ya que se acabaría el primordial pretexto de los usureros para inflar las valías de sus baratijas. Sin duda, lo pretérito no sucederá por "combustión espontánea", por ende, el Gobierno Bolivariano y los consumidores deben obligar a la clase empresarial-comerciante parasitaria (con multas y contraloría social) a detener la escalada de precios, incluso si desapareciera "Narco" Today como elemento distorsionador.
Lo segundo que debe emprenderse es una reconversión monetaria que -al eliminar de nuevo tres ceros- constituya una equivalencia mínima entre el petro y lo que sería el Nuevo Bolívar Fuerte (NBF). Si un barril de crudo corresponde a un petro y 159 litros de "oro negro" son 62 dólares aproximadamente, entonces cada litro son 39 centavos en promedio. Si en diciembre establecimos que el verdadero valor del dólar son Bs. 1.323,48 (*) y aplicamos a este guarismo la hipotética reconversión que proponemos, cada billete verde sería igual a NBF. 1,32. Podríamos redondear esa cuantía y sugerir una relación "uno a uno" con el engendro de la Reserva Federal, lo que arrojaría NBF. 62 por cada barril de crudo. O sea, un petro valdría 62 Nuevos Bolívares Fuertes ó 62 mil bolívares actuales. Voilá! Cada petromoneda tendría un piso de NBF. 50, c'est-á-dire, así el petróleo se desplomase a 20 dólares, verbigracia, la criptodivisa tendría un soporte básico de 50 dólares o NBF. 50. ¿Cómo se lograría esto? Simple. El instrumento digital podría asentar su cotización no sólo en crudo (60%) sino también en oro (30%) y diamantes (10%). Con la versión alterna del petro acontecería así: metal amarillo (60%), crudo (30%) y gemas (10%). Por lo tanto, nuestras monedas cibernéticas quedarían blindadas ante los ataques especulativos en contra del petróleo y el oro. Eso sí, no podemos depender nada más del petro porque es perentorio y obligatorio disponer de un dinero físico revaluado (**).
El tercer paso con el objetivo de abatir a los usureros de nuestra clase empresarial-comerciante parasitaria, es adjudicar un petro a cada venezolano mayor de 18 años y que éste sea depositado en el monedero del sistema Patria. Ello sería una alternativa de ahorro a prueba de la inflación inducida e incentivaría a sus tenedores a adquirir más unidades de la criptodivisa. El petro sería para compras a proveedores foráneos o periplos fuera del país y el NBF podría usarse dentro de Venezuela o para viajar al exterior. Así se asegura la cohabitación y supervivencia de ambas divisas, ya que si la petromoneda se permite para mercar en el ámbito nacional nuestro bolívar se extinguiría: las personas preferirían -por practicidad y estimación- utilizar la primera en desmedro del segundo. En cambio, con un NBF funcional en ambos sentidos se estimularía a la gente a poseerlo, puesto que sería ineludible en la adquisición de los petros y también admitido como medio de pago en otras latitudes. Otra cosa: el aliciente de ostentar petros nunca se esfumaría porque estos siempre valdrían más que los NBF. Recordemos que la equivalencia mínima sería de NBF. 50.
Ante la irrupción de la petromoneda en la escena pública, "Narco" Today está condenado a perder vigencia como marcador de índices especulativos en nuestras coordenadas. El caballito de batalla de la guerra económica quedaría herido de muerte y la derecha global obtendría una implacable derrota. El "leitmotiv" de la dupla Miami-Cúcuta es destruir el bolívar y nuestra economía. Crear un "Petro Today" sería un absurdo porque el propósito del imperialismo yanqui es pulverizar el valor de todo lo que emita el Estado venezolano, no impulsarlo. En tal caso, tratar de boicotear a la baja la cotización del petro sería un combate perdido de antemano debido a que la oscilación de éste no estaría determinada sólo por la Cesta OPEP, el WTI (West Texas Intermediate) o el Brent, sino por la tasación internacional de otras "commodities".
Que cada petromoneda esté sustentada en más de cinco mil millones de barriles del Bloque Ayacucho de la Faja del Orinoco, es una verdad avasallante de las dimensiones de una catedral y ningún sitio de internet logrará menoscabar eso. ¡Olvídense!
Transitamos una senda histórica en la que estamos a punto de hacer morder el polvo, no sólo a los capitalistas locales apátridas sino a la Reserva Federal y su maléfico papel de curso legal de estatus universal. La petromoneda es la primera fase para detener la erosión del poder adquisitivo de la clase obrera en Venezuela y liquidar la hegemonía criminal del billete verde.
P.D. Atisbamos con preocupación que gente de nuestro bando ha empezado a platicar de "hiperinflación" en Venezuela, con lo cual repite el mantra de la derecha vernácula. Nuestra nación está experimentando un salvaje trepar de importes como consecuencia de una especulación delirante, por parte de empresarios y comerciantes inescrupulosos, mas no es un contexto de hiperinflación o algo parecido. El proceso de hiperinflación debe ocurrir en un período de 365 días y el umbral de éste es de 12.875%. ¡No le hagamos el juego a la oh-posición! ¡Por favor!
(*) https://www.aporrea.org/internacionales/a256230.HTML
(**) El petro es una genial solución para evadir la persecución financiera de Washington, aunque es inexorable reeditar una reconversión como la de 2008. Una moneda física fortalecida es imperiosa puesto que la internet se puede tumbar o sabotear. El Tío Sam está en capacidad de lo pretérito y debemos ser conscientes de ello; el Nuevo Bolívar Fuerte (NBF) no nada más debe ser el complemento de la petromoneda sino un punto de apoyo de ésta.