La política en Occidente parca y directa se muestra deshaciendo el ovillo, si no, leamos en vivo, declaraciones de políticos como Rodríguez Zapatero, expres., de España, quien desde hace años conversa entre tertulias cono pares y dispares, como un chaperón entre Gob-Mud, en su noviazgo senil y con altibajos, posiblemente debido a lo menopaúsico de la entente. La búsqueda de vías y caminos entre la guerra y la paz, son avenidas por donde circulan todas las naciones estados y el Estado nacional, desde aquella lejana provincia de donde arriba el arriba mentado que en una cita sobre consejos aquí, mientras desde allá nos atacan con ferocidad zaherí, y como buen pesetero propone que en Venezuela y "solo creyendo en el diálogo y renunciando a la pretensión de moral, llegamos a sociedades libres y que convivan soberanamente", negrillas nuestra. El testimonio de marras pone de anteojitos el tártaro que padecemos desde entonces en esta tierra de Gracia, gracias a la gracia de tantos que añoran volver al pasado que supuestamente fue mejor, cuando lo mejor es vivir hoy, aquí y ahora, donde el indio, el blanco y el negro, a empellones, a templadas y dimes y diretes, tratan de conciliar lo que aún queda para conciliar, mientras se concitan entre los recuerdos, y las ilusiones entre la III y IV repúblicas; en tanto que la V acontece y se escribe, ya la historia nos contará luego.
Hilvanando a largos trazos y en contexto, la tramoya urdida, no podemos pedirle más al eurocéntrico castizo, como funcionario de su majestad, que de anteojitos muestra desde el estándar, lo que entre los picarescos y tamizados hispanos en sus propios tránsitos aún no concilian entre los suyos, desde el franquismo. Hace apenas siglos se consideró a la moral como el impulso ético como categoría entre políticos, y llegaron las luces y se creyó inconcebible aplicar al Estado y sus acciones, las molestas ataduras de tales preceptos y los políticos justificándolas teóricamente se deshicieron de ellas. La consecuencia, sumieron al mundo en los avatares de torbellinos, revueltas y revoluciones, que descoyuntaron los antiguos esquemas, terminando en sendas conflagraciones que sumió en el desespero y el nihilismo al mundo. Aquellos parámetros morales de la sociedad, desdibujados entre las clases altas, entre sus estadistas y guías liberales, y los políticos ácratas, socialistas y comunistas dándole lata a los capitalistas de las oligarquías imperiales. Aquellos intereses de clases que son las mismas clases de intereses actuales, y respaldados entre aquellos miedos, y estos temores y angustias, imaginando que las postverdades siendo las nuevas mentiras, nos muestren en carne viva, hasta donde son capaces de llegar para cobrar deudas y afrentas fatuas, cuando el carrusel del destino manifiesto da otra vuelta en las manecillas del tiempo que llega.
En idioma corriente el guion está escrito, las diligencias y voluntades atadas por cadenas privadas, factores enlosados con sendos intereses sobre nuestros recursos, defendidos por la autarquía que dispensa la solvencia de un pueblo aguerrido, que a la hora de la chiquita se agiganta. Esta campaña en pocas horas despejará el velo y se entreverá en el marco de los comicios, la concreta y libre manifestación de la expresión soberana, que es la única que pone y quitan gobernantes, que confía en su gente y hay sobradas esperanzas que de esta también saldremos con bien. Todavía hay chance de apostarle a la paz, a concretar lo que tantas veces se anuncia que se dará cumplimiento, con la ley y el orden, que en definitiva sí alteran el producto. El futuro es mañana, los candidatos de izquierdas y derechas ya han anunciado con bombos y platillos sus embajadas, un fondo que solo muestra intenciones, corazones no vemos, sino el puro y sofisticado producto del márquetin, al que asistimos en justas políticas; donde no hay novedad, solo críticas a lo bien o mal que se hiso, y lo que se dejó en el tintero, entre los contendientes, incluso quien se reelige que le atribuye buena parte de lo que han sido entuertos, atribuyéndole a los propios las culpas de los fracasos, solo faltas tú y tú y tu.
Queda claro que desde este domingo para amanecer el lunes, Dios mediante, para involucrarlo también en esta justa, y le ajuste sus cuatro a los buenos y a los malos. Alguien ocupará la silla en Miraflores, vendrá la celebración y la algarabía hará fiesta y rebatiña, se repartirán nuevas prebendas, se distribuirán culpas y responsabilidades por los errores, y los deslices; alguien, algo, alguna cosa asumirá enhiesto en defensa de los fieles, y de los infieles, y serán los nuevos tiempos en desarrollo. Quien dijo que haría hará, se corresponderá con la realidad de los hechos, estará por verse. La gestión que debe arrancar deberá ajustarse a una agenda previa, a la planificación del gobierno, que las altas esferas y planas mayores debatirán sin demora, ordenes irán y vendrán, como nunca antes las acciones deben dar la talla, ajustadas a las presiones, los chantajes, y el desarrollo geopolítico, económico y financiero, como piezas del engranaje global, ajustados a las circunstancias irán calificando y calibrando cada detalle. De todas maneras, desde el fondo, detrás del telón siguen estando quienes monitorean cada movimiento, cada gesto, cada mensaje, cada mirada, en el mundo real, no son los políticos quienes tienen el control, sino quienes tienen la capacidad y el poder, del control de este sistema mundo, el del Nuevo Orden Global. De buenas intenciones, y sobre todo de yerros, están empedradas las bases de sustentación de nuestras maltrechas y endeudadas repúblicas.
Los regímenes políticos solo son el marco vivible que debe justificar o no los repartos a granel, de aquello que sobra, si acaso, para seguir moviendo la pesada maquinaria del Estado rentista en tránsito lento y pausado hacia el socialismo. A la espera de los que son, más que de los que están, de más y mejores componentes, de una sana competencia de talentos, de asesores y asistentes, dotados de cualidades mentales y morales, que eleven a la distancia la búsqueda de mayores logros sociales, como objetivos prioritarios, en la estrategia, sus planes y proyectos que pronto deben ponerle coto a tantos males que nos aquejan. Optimistas por la victoria del mejor, tocas trabajar con ahínco entre todos. En atención a los criterios morales que tienen que prevalecer en todos los estamentos, desde el comportamiento individual, familiar y social, sin eludir lo que de manera particular también debe corresponderle al Estado, donde los políticos medran, y desde donde delegados por el soberano, como los forjadores de las estructuras de gobierno, no olviden que también son personas como el común de quienes formamos la sociedad. Sus decisiones valen en tanto y en cuanto son positivas o negativas, ambas impactan directamente en la nación y se requiere poner por delante los imperativos de la patria. Entonces la diferencia debe establecerse entre los comportamientos honestos, no corruptos, la ética no la impunidad, la entrega, la bondad, y no la avaricia, ni el egoísmo, o la maldad. La política es servicio, y sin el acompañamiento moral como actividad vinculante, y con un alto componente desde el punto de vista cristiano; sería incompatible con políticas motivadas a criterios que en buena medida deberían aplicarse de igual manera a países, gobiernos y partidos políticos. De lo contrario solo responderían a meros intereses personales o sectoriales. El argumento tiene pertinencia en cuanto a que lo que nos debe importar son los ideales más sublimes que deben apuntalar lo humano, el vivir de acuerdo la verdad.