Diosdado, el sucesor

Son varios los que dentro del Psuv aspiran heredar el poder político luego de la salida democrática de Maduro, y es bueno aclarar, por si acaso, que no creo que ellos jueguen a una salida accidentada. Aunque esto me haga ser miembro de la clase evitadora, pero prefiero eso a ser acusado de instigador de un final abrupto del actual presidente de Venezuela. Lo cierto es que hay sucesores de todos los colores y razas, uno que está haciendo, mucha bulla gastando a la vez numerosas cuartillas denunciando lo que nunca vio cuando era presidente de Pdvsa. Se dibuja como el más chavista de los chavistas con suficiente patente de corso para regañar y criticar a quien le venga en gana. Por otra parte Aristóbulo, luego de la derrota en Anzoátegui y la salida de una importante posición pública, se le ha ido quitando la idea de convertirse en el Obama latinoamericano. El trió de los Rodríguez que sin ser cantantes ni tocar guitarra tienen bastantes influencias en el alto gobierno de Maduro, convirtiéndose en los seguros componentes de todos los enroques del gabinete del presidente obrero. Pareciera no haber alcanzado la suficiente proyección nacional, quedando como eficientes oficiales capaces de ser leales hasta la muerte, hasta allí llegan, desafortunadamente para ellos Ni Jorge, ni Héctor mucho menos Delcy, alcanzan los puntos para un liderazgo revolucionario. Dijera un técnico en imagen, carecen de carisma. Quien sí ha sido muy inteligente es Diosdado, con la excusa de defender al gobierno y a la revolución, viaja constantemente por todo el país con su programa Con el mazo dando, una campaña muy bien disimulada lo hace seleccionar a los presentes, en una inmensa asamblea que maneja al mejor estilo de Amador Bendayan o Don Francisco. Poco a poco fue eliminando esa imagen del hombre fuerte del régimen, los chistes, la misma sinceridad en su manera de ser le ganan los aplausos del auditorio. Reconocer que no baila, que no canta o que después de las 11 se pone a hablar pendejadas, lo asemejan aquel eslogan que supo esgrimir Lusinchi "Jaime es como tú". La irrestricta defensa a Maduro lo borran de la lista de enemigos internos del presidente. Los seguidos comentarios de su Furrial natal dibujan la humildad del hombre de provincia, muy diferente al político prepotente que por segundos pareciera convertirse. Se preocupa más porque el partido crezca, como preparando el terreno para cuando le corresponda ser candidato. El tumbaito con que habla, moviendo el cuerpo como si boxeara en un ring, deja saber sin ser un Rocky que es un hueso duro de roer, no lo vencerán fácil. Como si fuera poco, en cada programa hace gala del alto mando militar de cada región, a quienes reconoce con nombre y apellido. A estas alturas no se sabe si en la última encerrona del comandante supremo le ordenó a Maduro, primero tú y luego Diosdado, pero con o sin la venia del actual jefe de Miraflores, Diosdado será su sucesor.

pedrodanieldelilla@gmail.com



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Pedro De Lilla

Cronista e investigador social

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