Los partidos políticos en Venezuela siempre estuvieron en la picota, en un caos constante, donde los movimientos contemporáneos del poder político nunca comprendieron a fondo su proceso global y, el pueblo se alejó al no reconocerle su tendencia venezolanista. De verdad, la conciencia de transformación poco ha existido en los espacios de prosecución política y, vemos constantemente una estructura en vacío que resulta poco perceptible en los hechos reales y sociales originados por la sociedad.
En América Latina, es imprescindible que se restablezca el Estado de Derecho. La fuerza que corresponde a los municipios y regiones deben fortalecerse para complementar a nivel nacional, los elementos primordiales de una negociación política. Los actores, deben tener la seguridad jurisdiccional de su territorio y avistar el desarrollo de un Estado fuerte.
La estrategia integral como tal, no se ha aplicado en todo el país y, los elementos fiscales algunas veces han sido evadidos, porque, nadie del tren ejecutivo desea una correspondencia vital con las políticas del Estado.
Las organizaciones de dirección civil dañaron al Estado como tal y su estructura en Venezuela. En este contexto se desató una campaña critica, pero en COPEI, el único que se mostró plausible a un conjunto de reformas fue Eduardo Fernández, el resto la aplaudía y mostraba su cordialidad, pero, la izquierda copeyana se venía encriptando en un futuro Golpe de Estado que tuvo su principio y gestación en Rafael Caldera y su prosecución en Luis Herrera Campins, en relación con este último fui invitado en calidad de periodista y escritos a una humilde vivienda rural de la Avenida Bolívar de Naguanagua, donde uno de los exponentes dio esta aproximación.
Necesitamos una visión más integral acerca de la agenda de trabajo con sus propuestas y luchas por el bien de todos.
De verdad, necesitamos un verdadero enfoque ideológico sobre la cristalización de las instituciones.
La mayor o menor evidencia sobre el ancho mundo político, vino bajo la convicción del amplio espacio del pensamiento que ha existido desde el mundo democrático, que se gestó después del gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez. Entonces, tenemos una dualidad en ese testimonio que se unieron bajo un solo perfil, lo sucedido en COPEI con relación con la avanzada socialcristiana en Hugo Chávez Frías, luego tutelada por Rafael Caldera para ser presidente por segunda vez, lo histórico desde Gómez hasta el momento de Nicolás Maduro Moros en asumir la presidencia del Estado como presidente, luego los embates de esta crisis.
Esto, me hace recordar a la COPRE, un organismo creado en la etapa democrática para reformar al Estado, bajo la conducción de Arnaldo Gabaldón, pero, hoy ese mismo Estado se encuentra completamente destruido.
En 1987, Carlos Andrés Pérez se vinculó al tema de las reformas, era el segundo semestre de ese año, días más tarde se alcanzó el Pacto de la Reforma., Lusinchi aminoro su impacto social, el cual fue tomado más tarde por Hugo Chávez Frías, bajo otra concepción de carácter socialista.
En Venezuela, se particulariza la situación de los venezolanos y se contrasta con sus hechos. Es que se viene mostrando una fragilidad política en todo su sistema y se rompe la confianza para dar pasos acertados hacia el desarrollo de nuestra economía, sin duda, las molestias no acaban y todavía estamos transitando la vía incierta de la Asamblea Nacional, que no define su postura ante la verdad de algunos hechos.
Como dice Alejo Carpentier, acá los muertos prosiguen con los ojos abajo y pegados sobre la tierra y más allá de las fronteras ladran los poderes. Todos, estamos encapillados, rozando por la solución económica del país, pero, nunca pensamos deslastrar de seres nauseabundos a quienes residen y trabajan dentro de sus fronteras.
Estamos apegados a los mitos religiosos, un paganismo frecuente, las nuevas religiones del cristianismo que nos llevan a una ignorancia completa, estamos exaltados por los vicios de los dioses y poco nos preocupamos por el desarrollo económico del país. De un modo u otro, ese pasado restringe nuestro paso a través de las vertientes del desarrollismo urbano.
Los movimientos cristianos arropados en el campo político han ocasionado una perturbación contumaz en el desarrollo del Estado Bolivariano y pervertidos controlan su sistema económico para adueñárselo que no es suyo.
Mientras entre el Tigris y Éufrates se desarrolla la otra guerra. La del Medio Oriente, cuán ignorante somos.
Nos encontramos en un largo viaje neoliberal que intenta despertar en los movimientos sociales y clase trabajadora una resistencia ecológica. Aislando y empujando a sus líderes hacia la derecha. Pero hoy, el neoliberalismo se encuentra desacreditado. Su estructura económica y financiera están moviéndose lardamente y es necesario revisar la necesidad de un cambio, pero, con otros líderes.
No será fácil como rápido. Pero, es lo mejor para las generaciones futuras. Es la nueva historia del mundo, un poco diferente-
El gran proletariado latino que no es fuerte y se ha dejado dominar por el Estado Delictivo y los dirigentes de baja calaña, cuando en verdad necesitamos una acción liberadora que defina la reacción que provoca cada uno de sus actos,
Nos encontramos ante una caricatura de la revolución, apoyada por la burguesía y es poco lo que se puede hacer, avanzar. Las clases populares se encuentran oprimidas, atajadas por los burgueses.
Nicolás Maduro Moros, es la gran incógnita, no sabemos a quien representa. Genera desconcierto ante la mirada del Medio Oriente, abrirles el camino a los árabes hacia el Sur. Por esto, las mezquitas se suman ante un modelo de país que busca construir una alternativa de poder.