Ayer cuando vivíamos en abundancia material y espiritual, apoyados y respaldando un proyecto socialista que llevó en la delantera a Hugo Chávez; gritábamos viva la revolución. Ahora, sub empleados, migrantes, clapeños (sobrevivir del CLAP), con el cincho bien apretado, incrementado el IVA, ganando 6 dólares al mes, viendo las desigualdades entre los que obtienen dólares y los que nos fajamos con Bolívares, sufriendo las consecuencias de la falta de ingresos petroleros, causadas por el inhumano bloqueo económico gringo y por la destrucción de PDVSA, viviendo en un caos económico, ¿Qué gritamos?
Gritemos ¡Yankee go home!
Pero simultáneamente arreglemos la cuestión de la ruptura que le metió Maduro al proceso revolucionario socialista de Chávez. Arreglemos la situación de los obreros de PDVSA secuestrados, los miles y miles de despedidos de los trabajos, los migrantes forzados a buscar dólares fuera del país, la cuestión de los bajos salarios y de los sindicalistas perseguidos, apresados o en arresto domiciliario. El deterioro del Estado de Derecho y de la violación de los derechos de los ciudadanos y los trabajadores. La impunidad judicial con la que se mueve la derecha: "Guaidó no es nada", "No vale la pena meter preso a Guaidó". Y la dolarización y las privatizaciones; el desempleo, el sub empleo, la migración de la juventud venezolana. Qué se hace con las drogas decomisadas a las 182 naves provenientes de Colombia; bueno, en fin, cómo se va a resolver todo esto.
Con la vuelta al capitalismo y a los juegos azarosos de la bolsa de valores, el Estado ha obligado, a que los trabajadores y ciudadanos que no tienen acceso a los dólares, busquen ellos con la "creatividad popular" su propia solución. Como le llaman en otros países, sean "emprendedores", les vamos a dar un capital "semilla" para que funden sus propias empresas: vendan bisuterías, refrescos, hot dogs, pongan su peluquería en las aceras, una ventecita callejera de crepas o ropa usada…A la gran puta, la hermosa, progresista, revolucionaria y socialista Venezuela, convertida en un paisito subdesarrollado, bananero, con dictaduras derechistas amarradas al poder por la fuerza de la represión, con uno de los mejores músicos que le costó tanto a la revolución, sirviéndole y divirtiendo al público norteamericano. Venezuela jugando al pensamiento mercantilista que suprime todo humanismo. Sin melancolía, pero con ira contra los que arruinaron el proyecto socialista de Chávez, qué debemos gritar ahora: …