Jugarse el presente y futuro de la vida de los venezolanos en una política gubernamental de azares económicos, albures políticos propagandísticos y profundización de la represión; es la cábala de la crueldad, con la cual el gobierno quiere exorcizar al pueblo revoltoso y consciente.
Se debe dejar claro que, todavía no se le puede decir adiós al socialismo de Chávez, ni a la existencia del pensamiento socialista; pues ambos en Venezuela, son creaciones históricas que el pueblo revoltoso y consciente se niega a olvidar; y jamás contribuirá a su desaparición.
Pueden los reaccionarios pequeños burgueses acomodados, los burgueses y oligarcas vendepatria y los agresores imperialistas, hacerse sueños de tranquilidad, que todo está bajo control, que se puede disfrutar felizmente lo robado; y pensar que el socialismo como proyecto social y pensamiento revolucionario, están ambos derrotados en Venezuela o en vías de ser vencidos.
Pero, al valorar fríamente lo dramático de los últimos acontecimientos y la colindante ola de represión; lo que se puede derivar lógicamente es que, lo que mostraron todos: gringos, mercenarios, burgueses implicados, ejército y gobierno, son los albures políticos con los que pretenden burlar a los que creen y defienden al gobierno; lo mismo, aplicado a los sufridos y descontentos con el gobierno.
Yendo un poco más allá, se ve con claridad meridiana que la burla se convierte en amenaza, para quienes buscan la sustitución de Maduro. Ya sea para la burguesía opositora; con quienes pueden tranzar, pues están en contubernio; como para los socialistas que quieren volver al estatismo socialista de Chávez, a quienes va dirigido el exterminio.
Sigan soñando, siéntanse fuertes y poderosos; pero, cómo explican la necesidad de la represión y las incesantes capturas y asesinatos de ciudadanos descontentos y chavistas críticos.
El crimen constante, venga en forma de hambreadas, desempleo, bajos salarios, destrucción y robo de Pdvsa, prohibiciones a la opinión diferente, a la divulgación de las ideas socialistas. Y las persecuciones, juicios sumarios, secuestros, capturas, asesinatos y exilios de chavistas auténticos, no muestra algo más que la incapacidad gubernamental de detener y enfrentar a un movimiento popular profundamente chavista y socialista.
Ese es el fantasma que acosa a los traidores y los traidores no están en el pueblo; sino, en el gobierno, en el partido socialista y en el silencio de los comunistas.