El rostro de la geopolítica post Covid-19

La estructura geopolítica internacional post COVID-19 podría parecerse a aquella que se implantó luego de la extremadamente letal pandemia que afectó al mundo –la altamente contagiosa Peste Negra del siglo XIV. La peste bubónica mató entre setenta y doscientos millones de personas en Asia, Europa y norte de África. Se cree que la plaga bubo-neumónica portada por la pulga parasitaria de la rata negra que llegó a Europa y al Medio Oriente primero por vía de la Ruta de la Seda procedente de China y luego por los barcos mercantes genoveses que se desplazaban desde Crimea. La pulga se trasladó desde las ratas portadoras a los humanos. Una extraña similitud con el COVID-19 es que entre las primeras víctimas de la Peste Negra fueron en un ochenta por ciento de la población de la provincia de Hubei que incluye a la localidad de Wuchang, actualmente Wuhan.

A fines del año 1346, la India había sido grandemente despoblada y que los registros indicaban que los cuerpos de los fallecidos cubrían Tartaria, la Mesopotamia, Siria y Armenia.

En el año 1345 Damasco registraba dos mil muertos diarios. Alrededor del año 1349 la plaga se había extendido hacia Italia, Francia, España, Alemania, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Noruega e incluso a las lejanas Islandia y Groenlandia. Solo las regiones que tenían muy poco contacto con otros países a través del comercio se salvaron, relativamente. Entre ellas estaba la Región Vasca y bolsones de población aislados en los Alpes, los Pirineos y las regiones montañosas Atlas. La plaga regresó en fases continuadas a través de los siglos XV al XVII. Francia perdió un millón de personas en solo cuatro años, entre 1628 y 1631.

Al carecer de una vacuna adecuada para bloquear al COVID-19 el mundo podría repetir los estragos que la Peste Negra ocasionó sobre la geopolítica, el comercio, la economía y la estructura social.

La Peste Negra ocasionó la huida de los habitantes de las ciudades hacia el campo, los negocios cerraron sus puertas y los doctores se negaban a ver pacientes. La bubónica también se trasladó de una especie a otra. Los humanos contagiaron chivos, ovejas, ganado vacuno, puercos, perros, gatos y aves de corral y estos a su vez a los humanos. Actualmente se ha informado que el COVID-19 ha contagiado a perros, gatos, leones, tigres y visones.

Tal como se está haciendo actualmente, culpando del COVID-19 a los asiáticos a los musulmanes a los judíos y a otras minorías, la Peste Negra también tuvo su participación en el juego de las culpabilidades a menudo con mortales consecuencias. Entre aquellos inculpados durante el siglo XIV de ser los responsables por la plaga estaban los judíos, los gitanos, extranjeros en general, peregrinos religiosos, brujas, pordioseros, leprosos y frailes católicos. Las comunidades judías de Estraburgo, Mainz y Colonia fueron diezmadas.

Tal como se está viendo con el COVID-19 las "curas milagrosas" abundaron durante la Peste Negra. Los inefectivos tratamientos incluían el sangramiento y punciones. Una de las curas que se ofrecían era beber una cocción de leche y dientes de ajo. Otras incluían beber una solución de huesos de pollo molidos o agua fría mezclada con vinagre. Otros "remedios" consistían en quemar incienso hecho de la planta de Boswella, mirra, albahaca, sábila, ajo y hojas de parra, también la inhalación de olores pestilentes de letrinas con el objeto de suprimir el "vapor" infeccioso de la plaga, lavar las paredes con una solución de agua y vinagre; mantener una dieta de pan de trigo y frutas cítricas al tiempo de evitar las carnes rojas. Aquellos que creían que la plaga era un castigo divino participaban en procesiones a través de pueblos y aldeas durante las cuales se auto flagelaban. En la actualidad, ciertos líderes mundiales han apoyado el uso del cloro y otros desinfectantes, también el vodka, tónicos de yerbas, luz de sol y ultravioleta para la curación del COVID-19.

Las autoridades de Venecia comenzaron exigiendo que las tripulaciones de los navíos que llegaban se mantuvieran a bordo de sus barcos durante cuarenta días en lo que se denominó una "cuarentena". Esta práctica continúa hasta hoy en día como un método de las autoridades sanitarias para contener la expansión del contagio.

Ante la escasez de trabajadores los precios de los artículos y el costo de la mano de obra rápidamente subieron en la medida que la plaga se extendía por toda Europa y el Norte de África. Los campesinos fueron capaces de negociar las condiciones laborales con los latifundistas, el sistema feudal se convirtió en víctima colateral de la Peste Negra. Los trabajadores se tornaron libres para negociar sus servicios con el mejor postor y el salario promedio en consecuencia se duplicó. Pronto surgió una fuerza laboral móvil.

Con posterioridad a la Peste Negra se creó un clima político de desconfianza general lo que incluyó a viajeros extranjeros, comerciantes y cambistas. Nadie quería regresar al siglo XIV que en Inglaterra se caracterizaba como "despreciable, bruto y mezquino". En Inglaterra el clérigo John Wycliffe cuestionó la autoridad del Papa y abogó por la preeminencia de la Biblia. Wycliffe fue acusado de herejía el año 1377 pero John of Gaunt, el hijo menor del rey y máximo consejero de su padre, defendió a Wycliffe y dejó en claro que el rey también exigía algo más en impuestos de parte del clero. La Peste Negra pavimentó el camino para la Reforma Protestante en Inglaterra dos siglos más tarde.

Cuando se inició la plaga, Eduardo III era el Donald Trump de su tiempo. Insistió en la realización de torneos en el castillo de Windsor y en otros lugares de Inglaterra a pesar de que algunos de sus consejeros le recomendaron prudencia frente a la Peste Negra que azotaba Inglaterra. Los torneos de Eduardo comprendían competencias, banquetes y bailes junto a otro no bienvenido agregado: el contagio con la plaga bubo-neumónica a través del estrecho contacto social. No fue hasta que murió la hija del rey de catorce años de edad, la princesa Joan que estaba en viaje hacia España para casarse con el príncipe de la corona Pedro de Castilla, que el rey entendió la gravedad de la enfermedad y que la "comilona, la bebida y divertirse" solo acelerarían el despoblamiento de su reino.

Joan era la hija favorita del rey y murió en Bordó, Francia. Cuando la bien amada esposa de Eduardo, la reina Filipa murió por la plaga, Eduardo comprendió que su reinado corría gran peligro. Ordenó que el idioma inglés y no el francés fuera el idioma oficial de su gobierno y aceptó dirigirse personalmente al Parlamento, cosa que anteriormente había tratado todo el tiempo de evitar. Lo que ocurrió con la familia real inglesa sería similar con lo que Trump tendría que sufrir si su esposa Melania y su hija favorita Ivanka, fallecieran por el Covid-19.

En respuesta a la Peste Negra muchos monarcas prohibieron la exportación de alimentos como también prohibieron el mercado negro. La población tendió a confiar más en las autoridades locales para cuestiones esenciales como alimentos, agua limpia, ropa, servicios mortuorios y atención sanitaria al nivel de esa época. Algunas autoridades locales establecieron hospitales para atender la plaga, construyeron lazaretos (residencias de cuarentena) establecieron "cordones sanitarios", cerraron fronteras y exigieron el uso de mascarillas. Algunos dirigentes locales establecieron una red de agentes de inteligencia para advertir a sus gobiernos sobre el estallido de la plaga y brotes en otros países. Las decisivas acciones del Dogo de Venecia de confinar a las tripulaciones de los barcos y crear juntas de salud pública, el cierre de la ciudad de Milán por parte del gobernante Consejo Visconti e incluso los forajidos armados que custodiaban Bristol, Inglaterra contra aquellos que pudieran ser portadores, todos tendían a confiar más en sus autoridades oficiales locales.

En África las poblaciones que vivían en las riberas del Río Nilo, donde la plaga fue introducida por los esclavos y los mercaderes árabes, abandonaron sus pueblos ribereños, incluyendo Asyuty huyeron hacia las áreas más lejanas Nilo arriba para escapar de la pandemia. El erudito e historiador árabe Ibn Jaldún escribió que el espíritu de "asabiyya" protegió a algunos norafricanos de la plaga. Definió "asabiyya" como un agregado comunal de la tierra, ya se tratara del Desierto de Sahara o de los montes Atlas. Ibn Jaldún señala que la auto suficiencia y el compromiso compartido en la tribu es lo que salvó a los Beduinos y a los Sanaha del Sahara y a los Bereberes de la cadena montañosa Atlas. El mismo grado de autosuficiencia e independencia se vio en algunas partes de Bélgica, Suiza, Bohemia y Polonia como también en las ciudades-estado de Gaza de Benín en África Occidental debido a su alianza con el Reino Yoruba de Ijebu. Ellas representan los lugares donde la Peste Negra causó muy poco o ningún impacto.

Actualmente observamos la misma confianza se está depositando en las autoridades locales. Los gobernadores de estado en Estados Unidos, Brasil y México están siendo apoyados por la población por encima de los dirigentes del gobierno central. Las agrupaciones regionales de estados norteamericanos –en el Noreste en el Medio Oeste y en la Costa Occidental—se han adelantado para asumir la política hacia el Covid-19. Este apoyo a los gobiernos locales es visto según algunos sondeos ser del 59 por ciento entre los ciudadanos norteamericanos quienes consideran la respuesta de sus gobiernos locales al Covid-19 como "excelente" o "buena". Estos números caen dramáticamente cuando se trata de opinar acerca de la respuesta del gobierno de Trump.

El mismo aprecio por las autoridades locales y estadales existe en la India. A fines del pasado mes de abril los estados de Goa, Sikkim, Nagaland, Arunachal Pradesh, Manipur y Tripura fueron declarados libres de Covid-19. Estos y otros estados hindúes que ven un descenso en los contagios del Covid-19 harán todo lo que esté a su alcance para conservarlo de este modo. En la India y en otras naciones los controles fronterizos internos, los exámenes médicos para los viajeros, el reforzamiento de las autoridades policiales y otras medidas, podrían quedar como permanentes. Con tales controles tanto locales como regionales vendrá también el planteamiento popular para la devolución de otras atribuciones y ponerlas bajo control local y estadal, como ser la salud pública, los impuestos, el comercio, los permisos de residencia y otras funciones.

El concepto "asabiyya" de auto suficiencia en la protección ante la posibilidad de repetición de las fases del Covid-19 y de otras pandemias, eventualmente podría conducir a la formación o a la reformación, en algunos casos, de ciudades-estado independientes y asumir otras políticas que tuvieran como primera prioridad el cuidado de la salud y la seguridad de sus compactas poblaciones, ya se trate de áreas urbanizadas como Hong Kong, Singapur, Dubai, Venecia, Barcelona, Nueva York, Londres, Gaza, Adén, Labuan, San Pablo, Estambul, Bombay, Karachi, Bangkok, Saigón, Shanghai y Lagos o regiones y territorios diferenciados como el País Vasco (que sobrevivió a la Peste Negra casi intocado) Escocia. Kerala, Flandes, Puerto Rico, Sarawak, Sabah, Samoa norteamericana, Zanzíbar y Mindanao.

Las actividades del Bloque Comercial del Báltico y de la Liga Hanseática fueron en gran medida suspendidas durante la Peste Negra del siglo XIV. Actualmente, estamos siendo testigos de la suspensión de ciertas actividades de la Unión Europea. A pesar que la Liga Hanseática existió en el papel hasta el siglo XIX, la Unión Europea podría seguir el mismo camino y convertirse en una organización solo en el papel, nada más que una quaint noción, pero inefectiva en un mundo post pandemia. También vale la pena notar que las economías de la Liga Hanseática y de las repúblicas marítimas italianas, incluyendo también a Lubeck, Hamburgo, Danzig, Amsterdam, Venecia, Génova y Florencia se recuperaron más rápidamente que las monarquías nacionales como Francia, Inglaterra y España con posterioridad a la Peste Negra.

Tal como la Peste Negra alteró el curso de la historia del mundo, igualmente podría hacerlo el Covid-19. Existen alrededor de cinco mil áreas geográficas habitadas por pueblos homogéneos. Si ellos deciden no aceptar más que sus gobiernos centrales los pongan al final de la cola para recibir insumos médicos y otras asistencias durante la pandemia, podrían optar por continuar solos.

Traducción por Sergio R. Anacona Strategic Culture Foundation

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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