Crítica ácida

Democracia en plástico perversidad que aturde

La cantidad de masacres en Colombia, nación no oficialmente en guerra civil, y con el mayor desplazamiento interno y externo del mundo, por más de 70 años de inestabilidad, hoy ocupado su territorio por EE UU en nueve bases militares, donde la Ley colombiana no puede juzgar los neo conquistadores si cometen delitos. La democracia plástica colombiana la despliega su TV pro gringa, adulante, entreguista y comercializada al máximo, democracia plástica pitigringa insoportable, necesitada de un sacudón soberano digno de neogranadinos no santanderianos traidores, que ya eran vende patria entregados a la incipiente potencia norteña desde los albores independentistas.

No hay día en que el territorio liberado por Simón Bolívar y tropas patriotas para el sueño de la Gran Colombia, no sea ninguneado por el imperio del norte, hacen gala de su democracia plástica y más allá de ambigüedades propagandísticas del capitalismo depredador, le dan uso excesivo y cruel a las bolsas plásticas para cadáveres, cementerios clandestinos, fosas comunes y homicidios selectivos, cerca de 70 mujeres violadas por soldados estadounidenses, entre ellas menores de edad que por razones políticas del enseñoreamiento en el mayor tráfico de cocaína del mundo entero, los gringos no son juzgados por leyes colombianas.

En la próxima ácida incluiré la publicación que, de uno de estos escritos, hizo un rotativo periodístico colombiano, razón por la cual el venezolano periodista que las recomendaba para su difusión, fue despedido y es vigilado con obvia xenofobia. Palpable y elocuente diferencia entre la democracia socialista venezolana, y la vasalla actitud de gobernantes narco paracos en la vecina tierra hermana víctima de perros de la guerra y despreciable oligarquía.

La Venezuela digna y bolivariana no tiene la inmunda guerra mercantilista de vacunas, se van aplicando las provenientes de China y Rusia a nuestros héroes y heroínas médicos y de enfermería, personal sanitario y educativo, se expande la protección a toda la población, mientras en países de la "democracia capitalista endémica" mueren galenos, y personal de sanidad, a la par de parlamentarios que sugirieron no usar las chinas y rusas del combate a la Covid 19, aplicándose por imposición pitiyanqui, la Astra Zeneca británica, recomendada diplomáticamente por los USA y la Unión Europea bajo sectores de la derecha de Biden, y de varios gobernantes del viejo continente.

Venezuela no se roba fármacos, y si malos hijos de la patria lo hacen, una vez descubiertos van presos e identificados por la Fiscalía General de la República, poder moral sin importar condición civil, policial o militar. Vencida la tramoya con gasolina que nos piratean en alta mar, enfrentamos la guerra del gas y la desaparición del diesel. Dese cuenta como le aturde la nueva campaña para aterrorizar al colectivo con chismes, murmuraciones y situaciones no comprobadas, repetición pre elecciones que a la postre los llevará a otra decepción, por reiterarse su falta de credibilidad como factor oposición.



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Luis Sánchez Ibarra


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