Chávez está allí, presente en el corazón de los desposeídos, amenazante frente a la traición. Ahora, guaidoses y maduristas van a un diálogo donde en el fondo, en últimas cuentas, buscan borrar a Chávez, destruir su obra económica y el olvido de su pensamiento. El diálogo es entre dos fracciones de la burguesía rentista: una, la madurista, burguesía reciente, nuevos ricos, creada aceleradamente a la luz del secreto de la ley antibloqueo, de la subasta de las riquezas nacionales; la otra burguesía, más antigua, surgida igualmente del aprovechamiento de las sobras de la renta petrolera. Es una negociación entre socios de Ali Babá.
Los mercachifles de la Patria tienen un obstáculo mayúsculo: Chávez. Está allí presente, su recuerdo los condena, los acusa. No han podido borrarlo del imaginario popular que lo elevó a sus altares sin pedir permiso a nadie. A Chávez este pueblo, esta gente que camina por las calles, que anda en el metro, lo conoció, lo acompañó en las siete avenidas, con él se emocionó, con él luchó y lloró, lo recuerda. Allí están sus poderosas ideas, sus sentimientos, que no se pueden borrar, viven en el alma popular.
Los burgueses, capitalistas, guaidoses y maduristas, saben que mientras existan las ideas, mientras perdure el recuerdo del Comandante, ellos y su mundo de injusticia corren peligro. Es inevitable que un día esas ideas se encuentren con hombres justos, honestos, capaces de concretarlas, y ese día, en la madrugada un rayo de dignidad rasgará la oscuridad, y el rebaño asombrado despertará de su letargo, y volverá a ser masa actuante, capaz de romper las manipulaciones, engaños. A ese encuentro entre las ideas justas y los hombres justos temen en las mesas donde se reúnen los traidores, los apropiadores de ayer y de hoy.
Chávez es peligroso para los capitalistas, intentan deformar su imagen, hacernos creer que ahora es capitalista, que los apoya en sus fechorías contra la Patria; ocultan su pensamiento, sólo propagan sus frases aisladas. Todo es esfuerzo inútil, no pueden acallar la voz del pueblo que frente a la injusticia grita: "Con Chávez esto no pasaba", "si Chávez estuviera esto no pasaba", "Chávez le daría un golpe a este mal gobierno".
Chávez volverá, como volvió Bolívar el 4 de febrero. Y volverá pronto, es inevitable, lo traerá el pueblo dirigido por sus líderes genuinos. Podrán negociarlo en la mesa de diálogo, podrán hacer mil tropelías, podrán sacarlo del Cuartel de la Montaña, pero no podrán nunca sacarlo del corazón popular.
No hay que perder la esperanza, en algún lugar hay un grupo de hombres justos, jóvenes capaces de temblar de indignación frente a la injusticia, capaces de romper el cepo del individualismo egoísta, de ir más allá del mezquino presente, con el vuelo alto de los que sueñan con un futuro diferente, de los que se emocionan leyendo Venezuela Heroica, esos hombres, esos jóvenes, de edad y de espíritu, se encontrarán con Chávez y juntos tomarán de nuevo el camino de la construcción del mundo donde todos vivamos como hermanos, fundarán el reino "del amaos los unos a los otros". Serán ejemplo, devolverán la esperanza al planeta extenuado.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ!