"El Acidito"

Quien no cumple las normas es por falta de educación en su hogar y carencia de principios morales

Hay quienes se llenan la boca diciendo "soy el jefe", además amenazan indicando que son guapos y apoyados, y lamentablemente la mayoría de la gente hace como los animales cuando entran en conflicto o pelea, agachan la cabeza o se acuestan, en señal de inferioridad o darse por vencido ante el contrincante; los simios se agachan, bajan la cabeza y estiran la mano con la palma hacia arriaba en señal de sumisión; lamentablemente así actúa la mayoría de la gente en todos los sectores, por temor tomen represalias en contra de él, y su grupo familiar se quede sin trabajo; trátese de una institución pública, privada o simplemente un trabajador en cualquier hogar familiar.

Lo cierto es que, quien tiene el poder puede cometer cualquier tipo de desafueros, si nadie lo para de frente y le dice: "Jefe está equivocado"; continuando la situación de mal en peor.

Todos sabemos que la educación primaria parte de casa; por ejemplo: en la mesa no se juega con la comida, no se grita para pedir algo de una habitación a otra, no se corre por los pasillos, recogemos nuestro dormitorio antes de salir de casa... Son algunas normas básicas de comportamiento que nos han enseñado a todos. ¿Cómo hacer que los niños entiendan las normas de casa, las cumplan y las consideren importantes?

Las normas de casa fomentan las virtudes, y a su vez las virtudes, el orden, la generosidad, la reciedumbre, la honestidad, el respeto hacia los demás, no abusar de su presunta superioridad ante terceros (por ser de mayor estatura, tener más dinero, tener cargo de poder, tener los juguetes mas caros), no aprovecharse en beneficio propio de recursos que no le corresponden, entre otros; construyen a la persona y posibilitan la formación de comunidades humanas en las que reina la concordia, el respeto y la búsqueda de la excelencia. Es tarea primordial de los padres formar a sus hijos para que sean personas virtuosas, y las normas de casa son instrumentos que les ayudan a conseguirlo.

Existe el riesgo de que los hijos perciban las normas como límites a su libertad y las rechacen, con lo que se dificulta la consecución de su fin último. Por eso, es bueno realizar una serie de reflexiones que nos ayuden como padres a no errar en un asunto tan importante: ¿Por qué las normas son buenas y necesarias?: 1) Ayudan a los hijos a crecer en virtudes y convertirse con el tiempo en personas de bien. 2) Proporcionan seguridad y protección a nuestros hijos, porque les permite saber qué se espera de ellos en cada momento y lugar. 3) Fomentan en los hijos la tolerancia a la frustración, que es la capacidad de aceptar con naturalidad que no siempre es posible obtener lo que uno desea, no se pueden obtener las cosas por la fuerza. 4) Fomentan una convivencia ordenada y gratificante en la familia y en las demás comunidades. 5) Previenen la realización en el futuro, de conductas de riesgo. Los niños que crecen sin normas no tienen referentes para ordenar y organizar su vida.

Por otro lado, tenemos el tema político, donde algunos incumplen las normas por la mala formación de la que hablamos previamente, y les gusta meter zancadillas a sus contrincantes en plena batalla, utilizan medios no aprobados para promoción de sus intereses y otras cosas que no quisiera mencionar, pero que son producto del irrespeto a las normas, por la mala formación desde pequeños. En cualquier batalla se debe respetar al contrincante; así nuestro triunfo o cualquier logro será respetado por todos; pero sino respetamos a nadie, seremos el centro de críticas y el hazmerreír de todos los ciudadanos.

Luchemos por hacer de nuestros hijos mejores seres humanos, y tendremos ciudadanos de bien, que enderezaran el rumbo de cualquier hogar, empresa, institución o nación.



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Reinaldo Silva


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