¡El gobierno no debe meter la mano en la economía del país, el gobierno debe dedicarse a gobernar los asuntos que le son de su competencia!... Esta es la cantaleta que cargan los directivos de los organismos y federaciones de empresarios, a raíz de la firme decisión del presidente de la República de ponerle punto final al atropello permanente que realizan algunos empresarios en contra del pueblo venezolano
. El ejecutivo en cabeza de su comandante Hugo Chávez Frías acaba de promulgar la Ley Especial de Defensa Popular contra el Acaparamiento, la Especulación, el Boicot y cualquier otra conducta que afecte el Consumo de los Alimentos o Productos Sometidos a Control de Precio. Tres medidas fundamentales acompañan esta poderosa ley que ha puesto en jaque a los especuladores y hambreadores de siempre. La primera de ella está referida a la novedosa forma de tipificar este delito, que por muchas décadas era visto como algo imposible de controlar y castigar; al respecto el articulo 2 señala: “Toda conducta que signifique acaparamiento, especulación, boicot y cualquier otra que afecte el consumo de los alimentos o productos sometidos a control de precios, se considerará contrario a la paz social, al derecho a la vida y la salud del pueblo”.
La otra medida recoge la máxima presidencial de, ¡si quieren acabar con la pobreza, denle poder a los pobres!, y precisamente es lo que reivindica el articulo 6 del instrumento de marras, al darle fuerza de ley a los Consejos Comunales para que constituyan los “Comité de Contraloría Social para el Abastecimiento” y que tendrán como fin supremo la defensa de sus derechos e intereses económicos y sociales. Esto significa que los Consejos Comunales con sus respectivos comités serán responsables de meter en cintura a tantos especuladores y empresarios inescrupulosos, pero con las debidas garantías y derechos que deben tener todos los ciudadanos y ciudadanas que participan en los procesos de producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización de alimentos. Por último, y como tercera medida fundamental son las que están contenidas en el Capitulo V, referida a los delitos y las penas, donde sin tapujos ni recursos leguleyos se penalizan pecuniariamente y con pena corporal el acaparamiento, la especulación, la alteración fraudulenta de precios, el contrabando de extracción y el boicot.
Dos actores también son fundamentales, y por primera vez desde los días de la crispación política originada por el Carmonazo y el paro petrolero, la sociedad venezolana se someterá a prueba de nuevo, el mismo decreto con rango de ley le otorga al Ejecutivo Nacional y a los Consejos Comunales todo el poder para doblegar la voracidad capitalista, si ganamos esta pelea comenzáremos a sembrar las primeras semillas del socialismo, de lo contrario todo será un fraude como a los que nos acostumbraron los gobiernos de la cuarta república. Estamos ante la verdadera prueba de fuego de la anunciada explosión del poder popular y aquí en el Zulia ya se escucharon los primeros fogonzazos en el frigorífico de Perijá.