Vos sabéis que a Isaías Medina Angarita, por poquito y se le queda fría la inauguración, que realizó el 23 de agosto de 1945 a la plaza de la República; ya que fue derrocado por un golpe militar el 18 de octubre de ese mismo año, aupado por Rómulo Betancourt.
Medina Angarita hizo que, en el obelisco, emblema central de la plaza, se le rindiera tributo al país; dejando grabado no sólo el Escudo Nacional, sino el de la capital y todas las entidades federales, en honor a los estados que conforman hoy la República Bolivariana de Venezuela.
La plaza de La República posee ocho entradas que convergen en dirección hacia su obelisco de casi cincuenta metros de altura, el cual está rodeado por una fuente y diversas bancas de granito, para el deleite de sus visitantes y de los niños.
Sobre esta plaza se encuentran dieciséis faroles y un anfiteatro tipo concha acústica. Por no dejar, debajo de esta estructura, nos encontramos con una escalera de tres metros de profundidad, que te lleva a un pasadizo secreto lleno de misterios del Maracaibo de la época. Pa’ que vos sepáis.
