El primer actor venezolano Rafael Briceño, siempre será recordado haciendo el personaje del temible dictador Juan Vicente Gómez; pero muy lejos de ser en la vida real, aquel quien mantuvo al país a punta de grillos, barrotes y torturas. Briceño acompañó las causas libertarias.
Iniciándose el periodo democrático hubo violencia armada con guerrillas, que mantenían en vilo la paz de la república. Esta situación llevó al gobierno a detener activistas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y Partido Comunista de Venezuela. Rafael Briceño fue un silente, pero activo militante de las luchas clandestinas que libraban aquellas organizaciones políticas.
Es 25 de diciembre de 1963, y el Partido Comunista de Venezuela, aprovechando que los carceleros cargaban la modorra de la fiesta pascuera, ejecuta la fuga de sus principales cuadros políticos y militares, de la Comandancia de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), presos en la Isla del Burro.
El héroe de la fuga fue Rafael Briceño, el actor de teatro y cine. Este tuvo el coraje de meterse en la boca del lobo. El día de visita logró pasar cédulas falsas, y de esa forma lograron la libertad varios presos políticos, quienes de seguro pasarían años secuestrados.