El madurismo nos trata como niños pendejos, fáciles de engañar. Ahora se aparece con ese referéndum, una campaña desesperada por distraer la atención nacional del desastre que ha causado, que amenaza con borrar al país, destruirlo todo.
El problema principal nuestro no es el Esequibo, es el país que se disuelve en manos del madurismo, y esto no es sólo una frase, la destrucción es alarmante, pocas veces se ha visto un desastre de esta magnitud en un país en época de paz. Aquí la destrucción es total, este madurismo acabó con la educación a todos los niveles, desde el maternal hasta la universidad. Arrasó el salario, el empleo, la economía no existe, destruyó el futuro, no hay esperanza para los jóvenes, no se les ofrece nada, acabó con el sentido de Patria, de pertenencia a la sociedad. Ahora el venezolano deambula en el planeta dando lástima y produciendo miedo. Hay que decirlo de una vez, no se trata de un mal gobierno, ni de una dictadura, nos enfrentamos a algo peor, a un virus político que amenaza a todo y a todos.
Este referéndum hipócrita que propone el gobierno no es el referéndum que necesitamos. La urgencia de hoy es salir del virus, miraflores, que regrese el gobierno a las manos de los patriotas, los que de verdad defienden a la Patria, los que procuran el bienestar de adentro, cuidan el territorio, las fronteras, pero de verdad, verdad. No como el madurismo, que destruye la calidad de vida del venezolano, que entrega el petróleo, entrega las tierras, hace pacto, tiene conversaciones secretas con los gringos y después sale con la payasada de un antiimperialismo que no se le cree ni en su casa.
El 3 de diciembre habrá dos referéndums, uno hipócrita en las máquinas de votación, sin entusiasmo, obligado, y otro del rechazo al madurismo en el silencio de las calles desiertas. El gobierno, es de esperarse, abultará las cifras, pondrá todo su gran poder mediático para crear la imagen de multitud votando. Pero el silencio de las calles solitarias, inmunes a la algarabía artificial, reprobará al madurismo, los asustará, la soledad de ellos será inocultable. Y al compararla con aquellas siete avenidas de Chávez, entenderá el mundo dónde está el corazón de este pueblo.
El 3 de diciembre será el referéndum bufo del madurismo, y también será el referéndum revocatorio del madurismo, ese que va sin la aprobación del cne, el directo del sentimiento nacional.
Después de ese veredicto popular, el madurismo estará viviendo sus últimos días, el pánico los envolverá, será el comienzo de una estampida interna. El pueblo, paciente, debe prepararse para la resistencia a los pataleos del madurismo, apoyar a su verdadera dirección, evitar caer en las manos de los mismos pero con otro antifaz. Se debe volver a Chávez, a aquellos días cuando el pueblo se manifestaba en la calle y era escuchado, y había un gobierno que defendía a la Patria, de verdad verdad, en las fronteras, en el territorio, pero también en la economía, en bienestar de la gente, no la entregaba a los imperios, eran los días de la PDVSA del pueblo, la ROJA ROJITA, a la que tanto le teme el madurismo.
El 3 de diciembre nos vemos en el silencio atronador de la calle, defendiendo a la Patria, adentro y afuera.
¡CHÁVEZ, PATRIA!
