Guyana

Comenzando el año 2024, muchos conflictos persistirán con Guyana. Necesitaremos un poco de esa luz en medio de firmes noches oscuras. Tímidos faros de un reciente infinito alumbrador de incertidumbres, hoy, juntos comienzan a acalorar buenas intenciones formadas hacia parte de una región comandada desde hace un siglo por los temibles reyes del petróleo.

Debemos aprender de las actuales y pasadas agresiones a países vecinos, hoy traspasadas a Venezuela. Entendimientos ideales como advertir el impulso de una cancillería energética con la cual lleguemos a estrategias para destacar la región, esto, mientras los encargados de su transformación logren empeñarse, aunque sea en una mínima cadena en su diversificación.

Para el contorno incluyendo a Estados Unidos y Canadá ahora más que nunca identifican al gobierno de Caracas como el propietario de ingentes recursos energéticos, y esto es suficiente para no tolerarse. Sus diversos episodios comprendidos con sus gobiernos en diversas circunstancias hicieron de los enemigos de Venezuela a las naciones más ayudadas en las tres últimas décadas, marcadamente desde 1999 en la similitud de sus más penosos enemigos. Hoy es Guyana, ayer lo fueron Colombia y Brasil y en un futuro quién sabe de qué otra nación vendrán más ataques.

El inmenso y valioso recurso petrolero siempre pondrá a Venezuela a las puertas de un conflicto internacional el cual no sólo la arrastraría, sino que también empujará consigo a otros países cercanos, pero esto también marcaría la incorporación de naciones lejanas. Trabajar por una petro-diplomacia permitirá acercarse antes que sumas a los Estados de las escaladas.

Un aspecto por revisar son los habilitadores como Petrocaribe, sin dejar de lado la posición de Barbados donde en el último trimestre del 2023 la Primer Ministra Mía Mottey manifestó su intención de pertenecer a este organismo.

Es importante, porque Barbados es una isla estratégica para EE.UU. y forma parte de una región clave desde finales de 1880, cuando un almirante de la armada Alfred Teller Mahan la colocó junto a Cuba y Venezuela como parte importante de su estrategia continental.

Por eso, Venezuela en tierra firme es la pieza más importante. Luego de estas islas en la región; Cuba y Barbados. Juntas conforman desde sus vértices un triángulo dominado desde los Pasajes de las Islas de Barlovento, el Pasaje de la Mona y el Paso de Yucatán. Entre otros recursos y sin meter lo militar, allí circula el 60% de las materias primas que van a mover los negocios europeos, aparte de ser los caminos navegables hacia la Costa Este de EE.UU. verdadero privilegio de puertos.

La obligación de fortalecer toda el área. debe tomar en cuenta liderazgos desde México, Brasil, Colombia, Bolivia, Cuba y que los mismos fortalezcan a Venezuela. Estas serían buenas expectativas.

Pero si apenas tomamos un ejemplo con otras de esas piezas allí está Trinidad y Tobago con quien tenemos que poner reglas claras. Beneficiarnos significa que Puerto Príncipe no siga pensando en seguir quedándose con buena parte del gasoducto Dragón Güiria, para ellos sería lo más fácil, sacar un ramal y ponerlo en dirección a su isla. La búsqueda de Venezuela debe ser licitar, un área de viejas aspiraciones energéticas. Activarla, hacerla producir ante la gran capacidad que tiene, negociar sus productos y obtener ganancias y sobre todo liderazgo.

La estrategia es que Venezuela propicie pronunciamientos de Chevron a quien la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad a finales del 2023 una solicitud de expansión y extensión de sus operaciones por quince años a partir del año 2026 hasta el 2041.

Este piso de recuperación e impulso debe llevar al gobierno venezolano a conformar un nuevo liderazgo ante la persistencia de las empresas mixtas PetroBoscan y PetroIndependencia, ambas en sociedad Venezuela—Estados Unidos. Toma y dame, así de sencillas son las relaciones internacionales donde no hay amigos, lo que existe son intereses. Para esa nueva visión de expansión petrolera también hay que convocar a Shell.

Solos —Venezuela— por la próxima década, a década y media no vamos a poder. Tuvimos toda la oportunidad y la utilizaron en transferencias gigantescas de millones de dólares que fueron a atascar paraísos fiscales incluyendo a EE.UU., Europa, Panamá y hasta Protectorados.

La misma Chevron quien goza de ampliación en sus negocios hasta el 2041 también licíta parte de campos en disputa con Guyana. Son operadoras políticas siempre jugando a sus intereses siendo la peor de ellas ExxonMobil. Un juego de poder propicio para la estrategia del sector petrolero venezolano para recuperarse; después se hará lo que deba realizarse quel no es desconocer el análisis y trayectoria que hubo en estas últimas dos décadas y media.

Valorar el privilegio geológico guyanés donde todos los alrededores cercanos a la zona Este venezolana —Delta Amacuro y Sucre— son confluencias de inmensas cantidades de crudos correspondientes a valiosas denominaciones. Cerca se encuentra la Faja Petrolífera del Orinoco, —Guárico, Anzoátegui y Monagas— cuyos crudos en su mayoría no son todos extra pesados.

En áreas dominadas por PetroDelta en la zona del Salto se han explotado crudos cuyo valor asciende a 16° API. Igual pasa en la misma zona con Indovenezolana, allí vuelve a repetirse lo anterior calidad API, todo de forma natural. También se consiguen en zonas de Oritupano, Kariña, Membra crudos livianos ubicados en el municipio Freites del estado Anzoátegui. Son arenas de excelente calidad para su perforación.

Gran parte de estas son las mismas zonas que inspiraron a Miguel Otero Silva en su novela del petróleo Oficina N° 1. Aquellas narraciones en las cuales se exhiben los detalles que marcaron profundamente las primeras consecuencias tras este modelo.

Geológicamente esta es una zona de gran cercanía hacia un área lenticular y las mismas naturalmente se han replicado. Los campos Oficina son de la misma época geológica de Naricual, ubicado al Norte del estado Monagas, es mucho más limpio, compacto con más continuidad de arena. Ambos son de la misma edad geológica.

Este campo es tan sorprendente que hacia áreas de Capure—Pedernales hay pozos, al igual que en Monagas, exactamente en la zona de Boquerón,en donde sacan artesanalmente un condensado con las mismas características al de Quiriquire, allí vehículos y motos circulan con este combustible sin mayores consecuencias.

Estos condensados llegan a 70% de nafta, los clasifican como muy limpios. Lo mismo sucede con Pedernales—Capure , son utilizados para generar electricidad, abastecer motobombas, plantas eléctricas y generadores portátiles.

Incluso, las presentaciones comerciales que se adquieren en el mercado y sirven para mejorar el octanaje, son vertidas en estos tanques para obtener una mejor calidad. En áreas de estados como Monagas es normal. Por cuarenta litros de combustible extraído ilegalmente cobran 5 dólares.

Pedernales—Capure es una zona muy rica en recursos de óptima calidad una vez son procesados. Estas zonas en un principio las dominaba la BP, posteriormente pasó a manos de Perenco. Otro que aprovechó el área fue la petrolera BP quien extrajo mucho crudo de esta zona. Sin embargo, las áreas de gran potencial están ubicadas en Pedernales y Capure más Güiria. Recursos los cuales hacia finales de 1800 fueron transportados por el Río San Juan del estado Monagas.

Para llegar al Río San Juan existió un ferrocarril perteneciente a la célebre Concesión Bermúdez, salía cargado con crudo del conocido Lago de Guanoco, hoy llamado el Pantano de Oriente. De este tipo de lago de petróleo a flor de piel existen cinco en el mundo, uno de ellos está en Venezuela, otro en Trinidad y Tobago, dos más en Estados Unidos del parque Yellowstone.

Como es sabido, desde Monagas salieron provenientes de este lago miles de barriles contentivos de crudo rumbo a Estados Unidos. Su asfalto sirvió de materia prima para cubrir extensas redes de carreteras. Güiria también lo fue en el pasado, una potencia petrolera pues el crudo de Caripito, Quiriquire y Jusepín salía por estas zonas. Unos por el río San Juan y otros hacia el Orinoco.

Lamentablemente, como nación productora nos hemos enfrentado a la pérdida de mucha información y datos, tanto de reservas aún no certificadas como del secreto petrolero y gasífero. Entre otros países son manejadas por Estados Unidos desde los tiempos de las transnacionales y posteriormente con la operadora Intesa, quien realizó trabajos hasta el año 2002 luego de su debut en unria petrolera la cual paralizó al país. golpe de Estado y de un prolongado paro en contra de la indust

Incluso los trabajos de sísmica (2023) para descubrir nuevos yacimientos de hidrocarburos mediante exploración, igual han sido tomados por empresas de Estados Unidos. Es lamentable, pero en el país del petróleo donde muchas actividades se hubiesen desatado, nunca hubo una compañía venezolana con buena sísmica. Existió un consorcio venezolano chino, pero no fue exitoso. En Pariagüan la empresa petrolera de las denominadas mixtas la PetroJunin, incluso hasta dejaron pozos con dinamita sin explotar.

Las empresas que han realizado sísmica en Venezuela han sido extranjeras y sobre todo de EE.UU. Por eso para ellos ha sido costumbre haberse quedado con toda la información. Por eso para cualquier conclusión de pozos exploratorios, entran las empresas de servicios petroleros Weatherford, Schlumberger, Halliburton, Baker.

Estas cuatro empresas han hecho todos los trabajos exploratorios de envergadura, segmentación, completación de pozos, riesgos, registros eléctricos, estos últimos los entregan interpretados igual que la sísmica.

La interpretación ha venido de parte de las transnacionales hacia la industria petrolera nacional. Ante eso, nosotros mismos necesitamos prepararnos hasta llegar a tener nuestras propias empresas confiables sobre todo en lo que respecta a la data.

Así, como —actualmente— la data del barco inglés que está tomando toda la sísmica e información de las costas del caribe venezolano sobre nuestras aguas, después va a una base de datos extranjera y en Venezuela seguimos sin contar con estas valiosas técnicas.

ExxonMobil tuvo participación en PetroSucre y en La Faja. Con ellos hay litigios internacionales. Ahora demandan a Venezuela. Son terribles, son los mismos que hicieron el desastre en Ecuador con contaminaciones ambientales, tapaban los residuos petroleros metiendo hasta tierra.

Cómo salieron de Venezuela ahora no están siendo renovados sus contratos, por eso ahora tienen instalada su venganza desde Guyana. Y tratarán de hacer los peores daños. Por eso hay que convocar a otra de sus pares, negociar y juntos fijen contundentemente posición en contra de la ExxonMobil.

Por eso una de sus principales características es ser empresas mercenarias capaces de aplicar cualquier cosa en contra de la política petrolera venezolana. Verdaderas operadoras políticas actuantes bajo cualquier pretexto que les permitan lograr sus objetivos. Son petroleras muy violentas y se manejan con la activación de conflictos entre las partes afectadas. Ya esto no es nuevo para ellas. Como si esto fuera poco, a gran parte de profesionales se los llevaron, mientras otros fueron hasta sus puertas a pedir trabajo.

En Cardón IV (gasoducto entre Falcón y Zulia) con ENI de Italia y REPSOL de España trabajaron venezolanos, técnicos, ingenieros, todos excelentes, profesionalizados en áreas específicas, todo lo que le hrían tener ha fallado.

Ahora le toca a Venezuela acelerar sus pasos ingenieriles y debe instalar lo más rápido posible un Jackup. Esta es una unidad móvil para extraer petróleo en alta mar. Es trasladada, le hace falta al país y de lo que adolecen allá y aquí, ahora los tienen ellos; han sido formados por Venezuela y su industria petrolera a costos gigantescos. Pero con un inmenso detalle, la conciencia nacional que todos deben su nombre, una plataforma marítima con el fin de perforar a partir de 525 pies, es decir después de 160 metros, identificando previamente mediante equipos sónicos exactamente el sitio donde debe comenzar la perforación.

Dentro de la plataforma continental marítima de Venezuela, debería estar el mencionado equipo ingenieril a instalarse en el área limítrofe a Guyana. Debe colocarse justo a pocas millas de las áreas en litigio y extraer lo que soberanamente nuestro país tiene el derecho.

La zona y el conflicto tendría resolución tras la instalación de una plataforma que cumpla especificaciones técnicas que permitan levantar estas operaciones. Venezuela debe percibir que se encuentra en un área la cual es el epicentro de recursos ocultos muy valiosos para el actual mercado mundial de la energía y a estos recursos hay que inventarialos, saber que hay y en qué cantidad.

También forman parte de este paisaje las abundantes reservas de oro —de las más grandes del planeta—, más bauxita, diamantes, litio y coltán que deben estar bajo el control del gobierno venezolano. Sobre estos recursos recae el desarrollo del término geoestratégico, por tanto, deben tomarse en su total e inmediato control y explotarlas.

Seguir permitiendo que la mayoría de estos recursos incluyendo el petróleo sigan siendo tomados por mafias internacionales significa una pérdida importante de soberanía. La soberanía de un país son sus recursos y estos no pueden abandonarse ni quedarse a la deriva de grupos internacionales de hampones.

Condescender a que estos carteles delincuenciales actúen, es exponer a un nuevo peligro todas estas áreas. Ya organizaciones criminales poseen dominio en algunos de estos espacios vulnerando soberanía venezolana, desplazándose sin control hasta que pronto decidan quien transita y bajo qué condiciones lo harán.

Estos son apenas parte de los recursos que pertenecen a Venezuela y están ubicados en medio de una zona estratégica, donde el gobierno de Georgetown con todos sus movimientos va advirtiendo el deseo de tomar todas las líneas superiores a las ya confiscadas.

Guyana no sólo pretende quedarse con las aguas que hoy usurpan sobre el Esequibo, también acomete con su agresiva diplomacia militar lanzar una línea que restrinja a Venezuela su salida hacia el Océano Atlántico. Siendo esta la línea de aguas jurisdiccionales donde se encuentran los bloques que Guyana ha licitado.

Estas acciones hay que evitarlas, de no ser así Venezuela sería llevada de forma inmediata a un enfrentamiento fuera de lo diplomático y detrás de este estaría Estados Unidos. Por eso Guyana ha abierto las puertas a grupos de delincuencia internacional al exponer nuestras reservas como de ellos, invitando al saqueo y recibir simples dádivas, pero con el solo fin de perjudicar a su vecino.

En el descanso de la salida hacia el Atlántico representa para Venezuela la importancia estratégica de su mar territorial. A esto se corresponden dos aspectos muy delicados. El primero se viene desarrollando con la explotación ilegal de recursos minerales, la segunda es más peligrosa, y es que Guyana hará todos sus esfuerzos porque esta zona se encuentra custodiada por un nuevo Comando Sur, acción ya anunciada desde EE.UU.

Es lo mismo que los comandos unificados del Africom, que rodean toda África y los portaaviones estacionados en Bahréin para controlar a los países árabes. Solo con esta acción EE.UU. tiene para sí setenta y siete países, cincuenta y cinco de África y veintidós árabes. Representados en dos regiones de casi dos mil millones de habitantes, más el control sobre otros países asiáticos.

La ley venezolana que regula la importancia de sus millas náuticas está amenazada. Lo mismo se repite en sus áreas terrestres. Ya bandas de guyaneses y de otros extranjeros amparados por los distintos gobiernos que encabezan Georgetown han saqueado tribus y asesinado brutalmente a indígenas que habitan hacia el Orinoco para controlar estas zonas y quedarse con oro y diamantes.

Mientras, embarcaciones que navegaban sobre aguas venezolanas asaltaban para quitarles sus motores, provisiones de combustible y comida. En el puerto de Palúa en San Félix llegaban embarcaciones de Guyana para abastecerse de gasoil y gasolina venezolana. Para que la logística no fallara, la operadora política ExxonMobil les puso una planta portátil de producir gasolina para que sus hostilidades en contra de Venezuela no descansaran.

Hasta Tucupita —capital de Delta Amacuro— entraba está gasolina premium producida por la ExxonMobil, era de un color azulado casi verdoso. En Barrancas del Orinoco traficaban con este combustible. Es una alerta, pues la operatividad en la distribución venezolana no debe abandonar ningún área del territorio venezolano.

Por eso hay una inmensidad de factores en juego y en riesgo. Debe estudiarse desde la planeación geopolítica, todas las proximidades y ubicación tanto en lo militar, importancia geopolítica y estratégica a nivel operacional. El Estado venezolano debe comenzar a evaluar las nuevas ofertas, debe exponer para invitar a la producción sobre la Plataforma Deltana donde siempre han existido empresas interesadas.

Si quieren negociar con Venezuela perfecto, pero deben ser aliados y no es que después de los contratos se conviertan en enemigos. No sólo cuando necesitan de ayuda venezolana es que participen, pero luego cambian el nivel de compromiso.

Permitir que a espaldas a los compromisos e intereses de Venezuela compañías petroleras internacionales practiquen un doble juego no es una mera cuestión que deba tolerarse. Hay que recordar el año 2017 cuando Trinidad y Tobago pedían gas a Venezuela a cambio de apoyo en la OEA y luego la posición adoptada en contra y sumados a las sanciones impuestas desde Europa y EE.UU.

El reciente contrato que acaba de firmarse (2013) el cual tenía más de seis años, demuestra que en Trinidad y Tobago jamás descansaron hasta conseguirlo. Así lo solicitaban en cada escenario sus embajadores. Incluso hubo una votación en ese entonces contra Venezuela donde Trinidad y Tobago se abstuvo de votar. Ese fue un mensaje, aunque después fue crudamente beligerante en contra. En Puerto España sabían muy bien la estrategia planteada para conseguir el gas propiedad de su vecino.

Frente al conflicto con Guyana tenemos que ser más estratégicos ya que en la primera línea se presenta una situación muy neurálgica. Este es momento de instalar una semi sumergible y ubicarla en los campos venezolanos, pues en base a leyes internacionales el descubrimiento de primeros yacimientos hace guardar y conservar el derecho a explotar.

Para finales del año 2023 Guyana está produciendo al día 890.000 barriles de petróleo de una excelente calidad API, exactamente de 35°. Entonces, qué puede seguir esperando Venezuela. Acaso debe repetirse lo mismo que sucedió frente a Trinidad y Tobago, donde después de treinta años consumiéndonos por debajo extrayendo gas y petróleo fue que se resolvió establecer contratos directos. Esto no puede estar pasándonos nuevamente.

Otro antecedente lo tenemos en las zonas de Apure, donde se divide el río Arauca con sus límites en Colombia. Ecopetrol produce 600.000 barriles al día. Venezuela está buscando un taladro de perforación para completar un pozo que se dejó a unos nueve mil pies de profundidad y que aún no se ha terminado.

Nos permitiría tener la realidad de las gigantescas cifras de petróleo que se presume son de grandes riquezas en todas estas áreas y no seguir repitiéndo los mismos antecedentes con Trinidad y Tobago, ahora también con Colombia, quienes por décadas han consumido por debajo nuestro petróleo.

En la parte colombiana, Ecopetrol se desarrolló, mientras Venezuela no avanzó en sus zonas de Apure. Esto demuestra varios momentos; no se ha evolucionado como se debería, por eso en todas las zonas internacionales de Venezuela bien sean terrestres o marítimas deben imprimirse criterios geopolíticos netamente estratégicos en inversión, desarrollo y contrataciones, esas deben ser la seguridad y defensa de la nación a partir de las grandes riquezas petroleras.

Una plataforma venezolana es necesaria en estos límites, ya que Guyana cuenta con toda la información donde están las principales reservas en las áreas de Mejillones, Río Caribe y Patao.

Todo lo que hay en Plataforma Deltana, más todo lo que cuenta en el Golfo de Paria, y como está constituido en Cacures y Pedernales señalan que estas son las áreas a desarrollar. Ya se cuenta con la sísmica en los bloques Guarapiche I y Guarapiche II, más toda la sísmica realizada en los pantanos venezolanos.

Y ahora, con el barco contratado con los ingleses seguro también van a querer quedarse con toda la información que logre recabarse en nuestras aguas; mar territorial más aguas jurisdiccionales.

La pelea debe comenzar, debemos entrar, ya que si Venezuela descubrió grandes yacimientos de petróleo todo le indica que va a tener grandes oportunidades, pero esto debe hacerse en el sitio.

Uno de los máximos reconocimientos de Venezuela es toda la tradición resumida en tres siglos de explotación petrolera, y en el mercado mundial vale, y más si proviene de un país con esta tradición. Es el momento de buscar aliados.

Lo primero que debemos analizar y estudiar es el alto nivel estratégico, geopolítico, financiero más lo económico de toda esta zona. Cabe preguntarse con quién les resultaría mejor a las trasnacionales trabajar, si con Guyana o con Venezuela.

Si Guyana llega a alcanzar en la planificación de un tiempo ingenieril una producción de tres millones de barriles diarios, le cobraría una gran importancia, mientras que Venezuela se las vería muy mal en todo el escenario productor nacional y colocador internacional.

El petróleo que saca Guyana tiene características muy comerciales. Es de 35° API, bajo en contenido de azufre, bajo en contenido de agua y sedimento casi a cero. Es un crudo muy parecido a los petróleos marcadores como el WTI, incluso al mismo Brend el cual corresponde a óptima calidad.

Si Venezuela se quedase solo con la producción de la Faja Petrolífera del Orinoco, que contiene altos contenidos de azufre, agua y sedimento, va a cerrar mercados y se compromete mucho más en el tema de inversión.

Guyana puede convertirse en una potencia petrolera justo acá a nuestro lado y con nuestros crudos, haría desaparecer a Venezuela como un buen país productor. Todo en una zona en la que hemos participado por décadas en el primer puesto.

La tradición de lucha por nuevos mercados da un puesto privilegiado en el planeta y si a esto le sumamos las enormes riquezas, dan un imponente primer lugar donde muchos saben de las primeras actividades de extracción, es algo no contabilizado ni publicado antes.

Como antecedente tenemos a Caño Guanoco y Caño San Juan, han sido sitios de extracción de crudo. Existe un criterio preciso para Venezuela y su industria petrolera de no esperar, debe buscar alianzas después de todo para el levantamiento de producción, debe utilizar entre otras a Chevron.

Se corresponde ampliar las alianzas con algunas transnacionales, y colocados al lado de ellas enfrentar a Guyana. Esto no nos estima de trampas por parte de estas compañías quiénes nunca han reportado con exactitud todo lo que se han llevado, experiencia que nunca han dejado de hacer, pero debe apelarse a las más amplias y antiguas experiencias.

Aun cuando mundialmente hay muchos sitios con grandes reservas, Venezuela igual las tiene en otras áreas como los excelentes crudos estimados en reservas cercanas a doscientos mil millones de barriles, más de las actuales, ubicadas en el estado Apure, una segunda Faja, esto sin contabilizar los crudos del estado Sucre en el denominado Pantano de Oriente. Sumando y certificando estaríamos por encima de un billón de barriles de crudo.

Hacia Barracuda en el Golfo de Venezuela, estado Falcón, también hay crudos de muy buenas características. Pero para esto debemos buscar a Rosneft, Repsol, Petrobras, ENI, CNPCC, Chevron, Shell, incluso apoyo con Trinidad y Tobago, porque no puede ser que sean nuestros aliados solo para buscar obtener por firmas y contratos nuestros hidrocarburos, no, es que con ellos debemos hacer alianzas para los problemas que Venezuela está enfrentando y desarrollar la necesaria experiencia gasífera tan urgente para Venezuela.

Hay que entrar en las exigencias del nuevo campo global de los recursos energéticos. Solos no se podrá, solos sería arruinarse y separarse definitivamente del campo productor. Si Venezuela termina de liderar su petróleo tendría una excelente combinación en las exigentes relaciones internacionales que el planeta desajusta y ajusta en este delicado momento.

Hasta ahora en el área de disputa con Guyana, no se ha perforado verdaderamente ―como debe hacerse― y llegar a identificar ingenierilmente bajo la denominación de pozos profundos la cantidad de petróleo que descansa en este triángulo. Si esto se hace permitiría identificar aproximadamente el conjunto de reservas existentes. Pero lo que sí se sabe es que en la mayoría de estas áreas su grado API es superior a 35°.

En perforaciones apenas se ha llegado a 14.000 pies. Pero en recomendaciones de especialistas pueden hacerse pozos exploratorios profundos. Ya Brasil hizo un descubrimiento el cual resultó bastante grande a 18.000 pies. A Venezuela hacer lo mismo no le cuesta.

Cercano a estas áreas está el proyecto Mariscal Sucre, donde laboran las empresas mixtas PetroSucre y PetroWuarao. Juntas han tenido nociones y conocimientos muy claros de cuánto hay depositado: reservas de gas seco, reservas de gas asociado, crudo mediano, crudo liviano, crudo pesado, condensados. Esta es la matriz en escalas de productos existentes.

En el Golfo de Paria adscrita PetroSucre, han descubierto inventarios extendidos, incluso hacia otras zonas designadas a PetroWuarao tanto en Pedernales como en Capures. Estas empresas tienen información de lo registrado.

Por otra parte, se corresponde a convenios de Estado firmados recientemente con Trinidad y Tobago, se observan debilidades geopolíticas pues esta nación que bebe de nuestros recursos guarda una reacción nula en lo que Venezuela reclama frente a Guyana.

Pero si Guyana llegara a triunfar en todo lo que está pretendiendo, otro perdedor sería la misma Trinidad Y Tobago pues las pocas reservas con las que cuenta en sus áreas marítimas igual les serían despojadas.

Queda claro que Trinidad y Tobago busca solaparse hacia Venezuela como lo hace en Campo Dragón, buscan su conveniencia antes que enfrentarse a Guyana. Prefieren ser sumisos a Estados Unidos como actor principal que en paralelo, da órdenes al gobierno de Georgetown que va convirtiéndose en su mandadero oficial en toda la zona.

Mientras, Venezuela da batalla, Trinidad y Tobago no participa ni se involucra y eso que está aprovechando el gas venezolano, pero gana con su política agazapada. En el negocio del petróleo los mayores beneficiarios actúan escondidos. Ya lo hizo durante más de treinta años absorbiendo por debajo de nuestras reservas. Ante esto qué debemos hacer. Muy sencillo, tenemos que aliarnos con transnacionales petroleras que después de tener sus contratos nos van a defender sin permitir las apetencias de Guyana. Hay que dar licencias para que exploren al lado de las plataformas de la ExxonMobil.

La pieza clave en el triángulo de mayores riquezas es la zona Este de Venezuela. Es allí donde debe tenerse más precisión y protección al resguardo de intereses por parte de transnacionales representadas por Venezuela.

Quien quiera beneficiarse de estos recursos entonces debe trabajar con Venezuela y apoyarla en la consolidación del Delta con enormes riquezas. Los responsables de administrar estos recursos deben ir a su defensa, pero en conjunto. Para explorar y desarrollar estas zonas de enormes riquezas ubicadas en Patao, Mejillones, Río Caribe y Manatí, Venezuela debe ser el Estado más agresivo.

Las transnacionales deben manifestarse abiertamente como lo han hecho en otros contratos, pues con algunos países se los han exigido, pero en este caso, que su contratante es Venezuela, es imposible pensar que estén en contra de nosotros. Es el momento de decir quién está o no con Venezuela y eso tendrá sus beneficios.

Hasta más pronto…



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Miguel Jaimes Niño

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

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