Era una mañana fresca, el calendario indicaba el día 6 de febrero de 1928. Los estudiantes desde muy tempranas horas, habían empezado a concentrarse en la plazoleta de la Universidad Central de Venezuela. De allí entre consignas y arengas solidarias, arranca la marcha con motivo de la denominada "Semana del Estudiante" hacia el Panteón Nacional, convocada por Raúl Leoni, estudiante del quinto año de Derecho y Presidente de la Federación de Estudiantes de Venezuela.
La hermosa Beatriz Arreaza I, Reina del Carnaval Estudiantil, con gestos emocionados coloca una ofrenda floral, ante la tumba de los restos de Simón Bolívar. De súbito, un estudiante improvisa un discurso con vibrante voz que cautiva al auditorio. El orador se llama Jóvito Villalba, quien dirigiéndose al Libertador dice:
"Habla, ¡oh! Padre, ante la universidad, porque sólo en la universidad, donde se refugió la patria hace años, puede oírse otra vez tu admonición rebelde de San Jacinto. En este sitio, cuando Beatriz I de Venezuela, te haya ofrendado la suave ternura de estas flores, dinos el secreto de tu orgullo".
Pío Tamayo, toma la palabra y en la coronación de Beatriz I, lee un poema juzgado como subversivo por las autoridades gomecistas; Allí mismo intervienen los estudiantes de derecho, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Joaquín Gabaldón Márquez, y sus discursos son estimados como inconvenientes por los cuerpos de seguridad. Además, Guillermo Prince Lara, termina rompiendo una lápida en honor a Juan Vicente Gómez; ante estos hechos el Gobierno decide poner fin a los actos conmemorativos, convertidos en una verdadera rebelión estudiantil.
Después de los actos de la "Semana del Estudiante", Miguel, Otero Silva, Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Guillermo Prince Lara y Pío Tamayo, fueron arrestados por la policía y en un acto de solidaridad sin precedentes en nuestra vida republicana, 200 estudiantes se entregarán a la policía, argumentando que deseaban correr la misma suerte de sus compañeros presos en el Cuartel de El Cuño; entrando así, de esta manera a la historia como la Generación del 28.