Después de dar vueltas y vueltas sobre la situación del proceso revolucionario venezolano; tomando como fuentes las opiniones de escritores críticos, expuestas principalmente en el sitio digital aporrea.org, me doy cuenta que al proceso revolucionario venezolano le hace falta un análisis teórico con mucho rigor intelectual.
Me he acercado, influenciado por los escritores críticos, a estudiar con más entusiasmo que con rigurosidad teórica, la situación del gobierno encabezado por Maduro, algunos discursos de dirigentes del gobierno, la situación de una de las principales fuentes de riqueza del Estado la producción de hidrocarburos y su expresión administrativa PDVSA; también he revisado con poca rigurosidad el papel del ejército durante el ejercicio gubernamental de Nicolás Maduro y he llegado a hacer algunas valoraciones superficiales sobre el papel actual del Psuv.
Contrastando la información oficial y los discursos de los dirigentes del Psuv y del gobierno con los datos y análisis de los chavistas críticos del gobierno y del discurso oficial, he logrado derivar algunas conclusiones de carácter, económico, político, militar, ideológico y partidista.
En primer lugar, es a través de los autores leídos y por mucha información proveniente de otras fuentes que me he permitido construir una reflexión viva de la etapa difícil que atraviesa el proceso revolucionario en Venezuela.
Entre certezas e incertidumbres de maduristas conservadores y progresistas y chavistas radicales y revolucionarios críticos; veo el proceso revolucionario venezolano con mayor fidelidad y más vida.
He notado los tropiezos del proceso revolucionario post Chávez, que ha conducido al re aparecimiento de problemas serios resueltos en buena forma por el gobierno de Chávez. Problemas graves como la corrupción, la miseria, el desempleo, los bajos salarios, la escasez de vivienda digna, los malos servicios públicos, el abandono de la salud y la educación del pueblo, la migración exagerada y la mala administración de PDVSA.
En cada caso, también he visto los intentos del gobierno por rectificar el daño; sin embargo, la manera de rectificar la problemática, la buscó el gobierno de Maduro cambiando la dirección del camino, es decir renunciando al socialismo.
Es en este momento de búsqueda reelectoral de Maduro, que se ha puesto frente a frente a los chavistas radicales, los pro socialistas y a los maduristas, quienes, de acuerdo a los chavistas radicales, son los que han traicionado el proyecto socialista sostenido por Chávez.
Después de 2013 el pacifismo baladí y el colaboracionismo con la burguesía nacional y las transnacionales del petróleo cobró fuerza en la política económica del gobierno de Maduro.
Mientras Rafael Ramírez desde el exilio y Toby Valderrama, Marcos Luna y otros levantan la voz semi clandestina para oponer a la traición de Maduro, el renacimiento del plan socialista de gobierno dejado por Chávez.
En los discursos de Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez y otros del gobierno, plantean no abandonar la lucha por un nuevo orden económico, ¿Cuál será? Así le dan un contenido distinto a lo claramente planteado por Chávez: el socialismo.
De hecho, las exigencias por la vuelta al proyecto socialista de Chávez y el movimiento oculto dentro del Psuv y abierto en la población que sufre los efectos negativos de la política económica del gobierno de Maduro, muestran la transitoriedad del momento de Maduro.
Desde la posición de los chavistas críticos, una línea política que sea ajena e indiferente a los intereses del pueblo empobrecido, no es una línea política revolucionaria y un gobierno que actúe de la misma manera debe ser derribado.
Ojo con esto; si los líderes del Psuv y los revolucionarios que aún existen en el partido, valoran críticamente el desastre provocado a la revolución por las políticas actuales del gobierno, podrían convertir el fracaso en una experiencia transitoria y enriquecedora.
De ganar las elecciones, tienen todavía, la oportunidad para volver a la línea correcta en lo fundamental, el socialismo.
De ahí, hacer el reencuentro con los chavistas radicales, con los socialistas, los comunistas, los progresistas y los revolucionarios en general y reconocer no solo la transitoriedad del gobierno de Maduro, sino también, que la lucha definitiva va en proceso diario y aceptar con flexibilidad y modestia, que se ha vuelto a abrir la necesidad del cambio de conciencia revolucionaria y la posibilidad de rehacer un cambio esencial en la orientación del gobierno.
Cuando eso se logre, podemos hablar de una revolución en la revolución. De otra manera, al no poderse liberar del pasado el proceso presente, la lucha entre chavistas radicales y chavistas traidores al chavismo, no tendrá un desenlace pacífico.