La Venezuela del sainete y la congoja

En la historia contemporánea de Venezuela, después de la muerte de Chávez, hay una serie de acontecimientos que provocaron acelerados cambios regresivos en la vida política de los venezolanos.

Se desarrollaron en un breve lapso de 10 años, tres sucesos que dirigieron la vida política interna de Venezuela y la proyectaron como cinema hacia el exterior; estos eventos entremetidos son: la llegada de Maduro y su gobierno al poder, con influencias chavistas; el segundo momento, es el triunfo electoral de la oligarquía y la constitución de un gobierno paralelo, este instante trajo consigo a la Asamblea Nacional y a Juan Guaidó. La última fase, el de la Constituyente y la consolidación del programa de gobierno anti chavista; se destaca por el desplazamiento del gobierno paralelo, el establecimiento de una política negociadora con la oligarquía y el imperialismo; pero fundamentalmente se matiza por la escandalosa derrota del proyecto socialista.

Como puede verse, bajo el impulso inmediato de los acontecimientos reelectorales del presidente Maduro, en curso, el momento demanda claridad teórica en las definiciones políticas.

Hay dos puntos de vista que tratan el caso Maduro: los que inculpan a Maduro como el autor de la debacle del proyecto socialista y los que a la vez lo juzgan como promotor de una serie de auto golpes de Estado, para sostenerse en el poder.

En ambos casos se ve que, lo que está sucediendo en Venezuela es obra de un solo individuo: Maduro.

Con este enfoque lo que se promueve es la exaltación personal de este presidente; en vez de reducirlo a un simple traidor a Chávez, lo convierten en un individuo con poderes cuasi sobrenaturales. Y en otro plano, si es capaz de realizar el auto golpe de Estado, se convertirá en el héroe de la democracia y salvador de Venezuela de las garras del fascismo de la oposición.

Yo creo que tal planteamiento está histórica y lógicamente defectuoso. Pues, nos ha conducido a crear un madurismo, en lucha contra la oposición de derecha e izquierda. Así, este madurismo se libera del conflicto fundamental de clases entre ricos y pobres, esconde o reduce tal conflicto histórico a una lucha entre oficialismo y oposición.

Esa falla, no nos permite ver que la gran fuerza de las masas trabajadoras está retenida y silenciada todavía, dentro de un falso chavismo, y que en nombre del socialismo mantiene bajo represión gubernamental, subsumidos y violados los derechos fundamentales de los trabajadores y del pueblo en general.

De tal manera, el equipo gubernamental aliado a Fedecámaras, han logrado reducir y mantener la lucha de clases dentro de un conflicto electoral constante que, a pesar de la magnitud del daño provocado en las condiciones materiales de vida de la población venezolana, problemas ya referidos en artículos anteriores, la mayoría no manifiesta publica y masivamente su descontento.

Parece que la gente olvida o se hace del ojo pacho, mientras los nuevos ricos, la oligarquía tradicional y las transnacionales del petróleo viven a costa de la explotación de los trabajadores y de la vida útil de la inmensa población empobrecida de venezolanos.

Pero, es en esos contornos que se ha movido la lucha de clases en Venezuela y ha encontrado sus expresiones. Washington, las transnacionales del petróleo, el gobierno actual y la oligarquía tradicional pulverizaron el proyecto socialista de Chávez y del pueblo venezolano y reinstalaron, en corto plazo, el dominio de la burguesía y sus nuevos ricos.

Esas circunstancias produjeron y convirtieron en héroe internacional y guía de un pueblo pacifista y sumiso, a ese flojo y falso obrero; que de cualquier manera ganará la reelección; aunque se salga de Nariño la espada de Bolívar.

Se puede agregar también, que los pobres, sorprendidos por el daño repentino a sus condiciones materiales de vida, que se produjo en una década de acontecimientos realizados en nombre del socialismo y de reformas democráticas y pacifistas; están comenzando ahora, a tomar conciencia y a organizar la lucha contra ese sistema que recientemente se ha restablecido.

Ya hay escritores, investigadores y críticos que han golpeado con sus armas teóricas el culto al madurismo; ojalá la gran masa trabajadora seguidora de Chávez vuelva a ser la base activa de un nuevo movimiento revolucionario; y dé, el golpe definitivo que derrumbe el régimen y revierta el proceso capitalista.



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Memo Fernández


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