El fandango, muchos se preguntarán –¨ ¿Qué bicho es ése? ¨ - bueno, según los sesudos de eso que llaman la sinhueso, que sin control de su empleo es más peligrosa que un hacha afilada, el fulano fandango es una combinación de un aire de danza de origen portugués, y genérica de antiguos bailes españoles de ritmo ternario y movimiento vivo, acompañado de guitarra y castañuelas. También papá fandango tiene un hijo que se llama fandanguillo que se baila en compás de tres por ocho, con cierta similitud al de su padre. En realidad, como me considero que no sé bailar, los expertos en estas artes saben a qué se refiere este argumento. Entre copleros y coplas te veas. Uno se copió del otro, pero a la larga, ambos disfrutan del espíritu en cuerpo y alma del ritmo o nota musical -como quiera interpretarse- No pretendo meterme en camisa de once varas, como reza un añejo refrán por ahí.
Lo que se avecina este 28 de julio no es más que un fandango electoral -invento que a mis vetustas neuronas se les ocurrió- donde se evidenciará la gran diversidad de colores partidistas que danzarán en una tarjeta de votación, diseñada por uno de los cinco poderes, el poder electoral; a través del Consejo Nacional Electoral, llamado así en nuestra legislación patria. Cada bailador electoral elegirá el candidato de su preferencia, y le pondrá el sabor marcando la opción que el o la sufragante pulsará en la maquinita de votos. Será un día de mucho colorido emocional. Estoy súper convencido que las urnas electorales se llenarán, como un gran salón de baile, depositando la confianza en cada candidato, el cual resultará ganador quien más bailadores electorales salgan a la pista. De esto no hay dudas, mis respetados y respetadas aporreahabientes. Que nadie se quede sentado.
El país entero se vestirá de múltiples esperanzas concentradas en las promesas de sus candidatos. Indiferentemente todos se precipitarán sobre el suyo. Como cada cabeza es un mundo, -solía decir mi difunta madre- ese día majestuoso, vestido de gala, se impondrá de nuevo la mayoría, como en todo acto legal y administrativo donde se cumplen procesos y procedimientos, como bien está dibujado en nuestras tradiciones políticas, así como el zapateo y el escobilleo en nuestro folclore nacional. Será prácticamente un debate, donde contrapuntea el bien y el mal; la razón y la sinrazón; todo dependerá del tino político de nuestro gran pueblo soberano. No se vale caerle a piedras al techo de la casa donde está efectuándose la celebración electoral. La ciudadanía quiere paz, bailando al ritmo de las cláusulas establecidas en este election sunday. Prepara tus alpargatas para ese Domingo criollo electoral.
Ya, para ir bajando la santa maría, el pueblo con su inconmensurable sapiencia y ojo de águila al momento de estampar su inequívoca decisión en la papeleta que le expide el aparato electoral, sabrá dar en el blanco de su elección, confiado en ese espíritu de fe que lleva por dentro en transcendental evento colectivo, que no es más que, el fiel cumplimiento de un hecho político que dimana de su inextricable soberanía. Cada color de semblanza partidista reflejará su intención de obtener la mayoría de los sufragios depositados en los féretros electorales, aunado que, en cada voto está representada el alma de Venezuela; y se sepultarán los comentarios agoreros que pulularán ese día, desde el amanecer hasta el ocaso de las horas de ese domingo festivo. Cada elector será consciente de sus genuinos actos; se arremangará los pantalones para asistir alegre a este gran fandango electoral.