La útil Venezuela

A cuatro meses de las elecciones de Estados Unidos y con una amenaza de recesión global, Venezuela hizo elecciones presidenciales que lejos de resolver la crisis política interna, más bien se complicó más. Pero lo que ocurre internamente entre los venezolanos, es un asunto que va en una dirección, mientras el mundo lleva otra. Es por eso que al final, el Departamento de Estado dice que las elecciones las ganó Edmundo González, pero no lo reconocen como presidente legítimo.

Como se informó en entregas anteriores, el tema básico es el dólar. En esto se involucra el petróleo y por eso Venezuela entra en el conflicto, incluyendo su situación interna. Pero, además, las corporaciones energéticas basadas en los hidrocarburos, se enfrentan a las corporaciones tecnológicas y las que promueven las "energías verdes". Es inevitable que Venezuela esté fuera de ese huracán global, debido a que posee las reservas petroleras más grandes del mundo.

Para Washington, el asunto interno, el electoral, es un tema de forma, por eso delega en Brasil, México y Colombia, que busquen un arreglo entre gobierno y oposición.

Sin embargo, lo que sucedió el pasado 28 de julio, para Washington, es tal vez lo que tenían previsto. Nicolás Maduro ha sorteado durante más de 10 años una ola de crisis que hubiesen desalojado del poder a cualquier presidente. Protestas, hiperinflación, desabastecimiento de alimentos, crisis social, emigración, colapso de servicios públicos, enfrentamientos internos. Todo ello le ha valido una serie de acusaciones en el plano internacional, con delitos que se le imputan que van desde el narcotráfico, violación de Derechos Humanos, ejercicio del poder de manera ilegítima, corrupción y hasta precio por su captura. Ahora se suma una más, como la del fraude electoral que reclama el sector opositor.

Esta nueva situación se convierte en una carta adicional para la Casa Blanca, para mantener la relación energética bajo ciertas condiciones. Permiten la coacción en cuanto a los intereses que actualmente los norteamericanos persiguen: un flujo constante de petróleo.

La amenaza de una recesión fuerte en Estados Unidos, con réplicas en el mundo, aumenta sus probabilidades. Se pudo ver una muestra el pasado fin de semana, con la estrepitosa caída del dólar frente al yen japonés, una vez que el Banco Central de Japón puso fin a las tasas de interés de negativas. Washington comenzó, en enero de 2022, una política agresiva de aumento de tasas de interés y desde julio de 2023, el precio del dinero se mantiene en 5,50 %. El propósito era el de reducir la inflación, pero esto también tuvo impacto en el precio del petróleo, lo que lo hizo caer desde 130 dólares, precio que alcanzó por la guerra entre Ucrania y Rusia. Mantener el crudo por debajo de 80 dólares, tiene como propósito frenar la revalorización del rublo ruso, que en vez de desplomarse comenzó a revalorizarse, una vez que Vladímir Putin deja de comerciar petróleo en dólares y euros y cambia a oro y yuanes.

Al mismo tiempo que la Casa Blanca logra mantener a raya el aumento del precio de la gasolina, que tiene claramente fines electorales, se produce un crecimiento económico. La mano de obra barata que llegó a Estados Unidos, con los migrantes, aportó al PIB. Pero esa situación no es sostenible en el tiempo. Las tasas altas producen demanda de dólares y caída del valor de los activos de riesgo, lo mismo que le ocurre al precio del petróleo. La reciente acción de Japón es una alerta, así que la Reserva Federal, para evitar que la economía estadounidense tenga una caída fuerte tendrá que hacer recortes de tasas de interés. Pero esa medida al debilitar el dólar, puede hacer que el petróleo vuelva a aumentar. Entonces, aquí es la parte en que Venezuela es útil, independientemente de lo que haya pasado con sus elecciones internamente.

La única manera de que Washington evite la recesión fuerte y estalle antes de las elecciones presidenciales, es recortando las tasas. Pero ¿Cómo recortar las tasas y evitar el regalo a Putin para que el petróleo aumente? Sencillo. Aumentando el bombeo petrolero, donde hay más abundancia, para compensar con volumen. De eso se trata el arreglo que Washington persigue y que Lula, Petro y López Obrador, intentan.

MARKETING Y POLÍTICA: María Machado demostró ser una gran activista, con grandes habilidades comunicacionales y una excelente capacidad para motivar. Pudo empatizar con un gran número de venezolanos, con el que se conectó emocionalmente con el discurso de la situación de los emigrantes y sus familiares, con una efectiva campaña de marketing que le permitió explotar un sentimiento y que le llevó a decir lo que muchos querían oír. Aunque los aciertos en marketing, no necesariamente son aciertos políticos. Le faltó eso, la política, buscar un acuerdo con todos sus contrincantes, internos y fuera de su grupo, para lograr materializar una transición negociada y acordada antes del evento electoral. Una cosa es ser un activista y otra un político.

SECRETOS: La situación de Nicolás Maduro en Occidente luce complicada. En el pragmatismo norteamericano no preocupa en el fondo si los resultados electorales, que dan un bando y los que dan el otro, son los reales. Hay un evento que les preocupa más y que en medio de la enorme presión, tal vez fue un error de Maduro desde el punto de vista de mantener negociaciones. La publicación de un acuerdo secreto en su cuenta de Twitter, para la Casa Blanca, es más grave que lo que ocurra con la democracia en Venezuela, es decir, el acuerdo de Qatar. Hay que recordar lo que vivieron Julian Assange y Edward Snowden, por publicar secretos norteamericanos.



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Alex Vallenilla


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