El derecho de autodeterminación de los pueblos, más conocido como "derecho de autodeterminación", es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse libremente, SIN INJERENCIAS EXTERNAS, de acuerdo con el principio de equidad. En virtud de este derecho, son los pueblos, mediante mecanismos instituidos en cada uno de estos los que eligen libremente su presidente, de igual modo, instauran soberanamente su condición política y así mismo, proveen los procedimientos y estructuras para lograr su desarrollo económico y social. Se debe aclarar que la libre determinación está recogida en los Pactos Internacionales de Derecho Humanos.
De acuerdo con lo expresado en párrafo anterior, en ninguna parte del Derecho Internacional está contemplado la existencia de una organización internacional, llámese la OEA, la ONU que pueda actuar como juez ante un evento electoral. No están facultados para decidir sobre los resultados electorales de un país del orbe y mucho menos, que sea un gobierno extranjero o que un parlamento proceda como un agente y juez acreditado para reconocer o no los resultados de una elección presidencial. Este solo es de la incumbencia del organismo oficial encargado de llevar a cabo todo lo concerniente a la organización, planificación, escrutinio de una elección presidencial. Son aquellas dependencias los únicos organismos investidos legal y constitucionalmente para reconocer y promulgar al jefe estado que surge del cómputo de los sufragios.
Recién el 28 J del año en curso el pueblo acudió a las urnas para elegir al presidente que llevará las riendas del poder en Venezuela desde el 2025 hasta el 2031. Tal evento se realizó con las nomas establecidas por el CNE. Siendo este el único organismo vinculado con tal tipo de acontecimiento, al cual acudieron 10 candidatos. Aceptando con su concurrencia a las elecciones presidenciales las normas instituidas por el único organismo capacitado para esto, conforme con lo establecido por el Poder Electoral. Por lo tanto, solo el CNE es la única entidad reconocida por todos los candidatos para cuantificar, verificar los votos de las diversas mesas electorales del país, en las cuales había testigos de cada uno de los partidos. Queda entendido que las elecciones en Venezuela se hacen a través de máquinas electrónicas que dan un resultado que debe ser verificado, cuantificado y cotejado con el voto físico por los representantes de las mesas, lo cual impide la comisión de un fraude.
Es sorprendente que una vez que el CNE dio por ganador al candidato Nicolás Maduro, según los datos computados en las miles de actas, de inmediato la oposición venezolana, utilizando datos provenientes de una plataforma no oficial, donde se evidenció la comisión del delito de fraude, desconoce a Nicolás como ganador de la gesta electoral. De inmediato, previa investigación el organismo policial encargado de tales contravenciones presentó evidencias que demostraron que el candidato Edmundo González no resultó ganador de la gesta electoral y lo peor de todo, que los cómputos presentados ante los medios de comunicación y la redes sociales estaban colmados de irregularidades que evidenciaron la comisión de un fraude. A pesar de todas estas irregularidades, la oposición en boca de la goda María Corina proclamó al candidato de la oposición como presidente electo. Se repetía el mismo libreto de Guaidó, cuya única intención era desestabilizar el gobierno de Venezuela bajo la encomienda de actos violentos cometidos por los llamados "comanditos", los mercenarios del terror, financiados por los recalcitrantes más arteros de la derecha nacional e internacional. Nuevamente se patentizó que la participación de Edmundo González en la gesta electoral no tenía por objetivo el triunfo de su candidatura, ya que todas las encuestas lo daban como perdedor, sino como una acción que tenía como propósito sumergir al pueblo de venezolano en una ola de violencia, tal como lo hizo por 48 h, que por fortuna, nuevamente las fuerzas policiales, militares y el poder popular los derrotaron.
La prueba evidente de tal comportamiento de la oposición venezolana, sobre todo del partido que dirige la goda MCM, quien, sin evidencia alguna, declaró como ganador de la contienda a Edmundo González. De igual modo, sin tomar en cuenta la información basada en los datos recogidos por el CNE, el único poseedor de los escrutinios, la OEA, la ONU, el gobierno de EEUU, algunos gobiernos de países latinoamericanos y centroamericanos tutelados por USA, el parlamento europeo y ciertos cachorros del imperio se pronunciaron sobre el no reconocieron del presidente Maduro como candidato ganador. Era parte del libreto, la de no admitir el triunfo del candidato que no fuera el escogido por el Departamento de Estado, es decir el de la derecha entreguista y defensora de los intereses de las corporaciones explotadoras.
Es obvio que la elección presidencial es un problema local, restringido al país o nación donde se realiza el acto del sufragio, al cual acuden los connacionales con derecho al voto, de acuerdo con las normas establecidas por las instituciones creadas para tal fin. Sin embargo las elecciones presidenciales venezolanas, desde hace años, parece ser un evento de carácter internacional donde algunos presidentes, primeros ministros y parlamentarios de otras naciones siempre están dispuestos a opinar. Ya no solo esperan que su dictamen, tenga rango, valor y fuerza de ley a escala planetaria, además de esto, interviene descaradamente en los procesos y resultados electorales de otra nación. De esta forma, sin derecho alguno, reconocen o no los desenlaces de un proceso al cual acudieron millones de personas, quienes confían en los organismos que llevan a cabo tales eventos. Aquello de la AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS parece que es un eslogan para vender un producto llamado democracia, pero es susceptible de cumplirse, siempre y cuando no afecte intereses de terceros.
La injerencia del Reino de España, la de EEUU y el Parlamento Europeo raya en la imprudencia y de manera descarada se pronuncia sobre un acto que solo les incumbe a los venezolanos. Con qué derecho sus parlamentos discuten tópicos que no les corresponde. ¿Quiere decir que el resultado de una gesta electoral no depende del voto popular, sino de la aceptación o no de agentes extrajeres de los resultados electorales? En otros países se realizan elecciones, pero no estoy enterado que ningún organismo nacional vinculado con el proceso electoral está obligado a entregar a gobiernos foráneos las actas de los escrutinios para que el presidente elegido sea reconocido en otro país. ¿Acaso el reino de España y el Parlamento de la UE tienen alguna evidencia del fraude cometido por el CNE? Y si los tiene por qué no los presenta a los agentes policiales venezolanos encargados de tales irregularidades.
Los abusos del Reino de España y de EEUU ya son un problema de delincuencia internacional. En sus territorios están protegidos numerosos conspiradores, corruptos, asesinos, terroristas y malhechores quienes poseen prontuarios policiales de larga data. El mismo gobierno del Reino de España, al igual que el de EEUU estuvo comprometido en el golpe de estado contra el presidente Chávez. Actualmente la administración de Pedro Sánchez le concedió asilo al delincuente electoral Edmundo González y un representante de su administración cometió el dislate de afirmar que no fue una negociación entre los dos gobiernos. ¿Acaso un avión de la fuerza armada española que vino a buscar al asilado aterrizó en tierra venezolana sin autorización del gobierno de Nicolás? Un "régimen" que ellos se niegan a reconocer. Pero los desatinos de la monarquía española no paran. Recién, Edmundo González, el protegido por la realeza ibérica refrendó y publicó un documento donde agradeció al gobierno de Maduro su colaboración para lograr el asilo, así mismo, lo admite como presidente electo y de igual manera, reconoce los poderes sobre los que se sustenta la democracia participativa y protagónica de la República Bolivariana de Venezuela. Pero la sorpresa no deja de esperar. Después de aquellas loas al presidente Maduro, Edmundo aparece en los medios y en las redes sociales afirmando que dicho documento se firmó bajo la coacción de la vicepresidente de Venezuela. Solo una reflexión. Este documento se rubricó dentro de la embajada del Reino de España en presencia de funcionarios venezolanos y españoles. Quiere decir que el gobierno español se convirtió en "cómplice" en un acto de coacción, dado que tal pliego fue signado en presencia de un funcionario español y en territorio español, como es la embajada. Definitivamente, el gobierno de Pedro Sánchez no sabe y no puede disimular su complicidad en los actos terroristas y desestabilizadores de la derecha venezolana dirigida por la goda MCM.
El reino de España, el parlamento europeo y el gobierno de EEUU parece no recordar ni comprender que Venezuela es un país independiente y soberano que rompió su brazo tutelar desde hace más de 200 años, además, no tiene por qué rendirle cuenta de sus actos a ninguna otra nación, por muy poderosa que sea. Quizás por esto Arturo Umberto Illía, ex presidente argentino sentenció: "La no intervención, la autodeterminación como expresión de la libre voluntad de los pueblos, excluye beligerancias inconsistentes y reñidas con el total respeto que mantenemos a la soberanía de las naciones." Lee que algo queda.
Enoc Sánchez