Decíamos ayer que la priorización de los intereses de los capitalistas es el norte que guía toda la acción de los países capitalistas e imperialistas. En esta priorización de los intereses capitalistas han establecido asociaciones con países que no asumen el modo político burgués que es el parlamentario, entre ellos encontramos una amplia gama de naciones como son las monarquías europeas, las del Oriente y las del Medio Oriente.
Este crecimiento se ha dado bajo la premisa de la explotación de los trabajadores como productores y de la población en general como consumidores todo lo cual ha traído los males modernos ampliamente conocidos y comentados como son la desigualdad económica generado por la concentración de riqueza en manos de pocos, la explotación laboral con prácticas laborales injustas, explotadoras y súper explotadoras con bajos salarios y malas condiciones de trabajo para el resto de la población que es un 80 % de los habitantes. Este mundo moderno sin futuro con el interés capitalista priorizado, es una de las causas que impele los cambios y debe llevar a la sociedad socialista, donde la riqueza social se haga social de verdad y no individual como ahora.
Al venezolano que nunca le han gustado las desigualdades ha estado luchando denodadamente contra este sistema capitalista que concentra la riqueza en una elite y nos deja a la mayoría de los venezolanos sin el disfrute de las riquezas que se generan en el país. Después llegaría Hugo Chávez con su mensaje de unidad revolucionaria y aquí estamos luchando contra el interés superior de los capitalistas.
En el ámbito social, la priorización del capital sobre la ética promueve la cultura del consumismo, donde el valor de una persona se mide por su riqueza y posesiones materiales en lugar de sus contribuciones morales o éticas fomentando una sociedad polarizada y desigual, en la que los ricos se vuelven más ricos y los pobres se quedan atrás, aumentando así la desigualdad económica y social.
Esta priorización de los intereses capitalistas lleva a prácticas comerciales cuestionables, priorizando las ganancias sobre el bienestar de los empleados y recurren a la negación de toda legislación laboral, inmigración descontrolada, pagos bajos y condiciones de trabajo peligrosas y ultra explotadoras.
Cuando los intereses capitalistas se colocan por encima de lo moral, la familia y la ética, puede haber un impacto negativo profundo en la cohesión convirtiéndose en un elemento adicional de opresión y de humillación para las clases no capitalistas.
Los intereses superiores de los capitalistas están centrados en la maximización de beneficios y la acumulación de capital por lo que los intereses menores o secundarios, que incluyen las preocupaciones de trabajadores, comunidades, la cultura, el medio ambiente, quedan relegados. El no tomar en cuenta estos intereses es una fuente de contradicciones que las fuerzas progresistas y socialistas deben estudiar para impulsarlas como energía generadora de cambios sociales y revolucionarios. Estudiar.
Priorizar el capital sobre la sociedad y la moral lleva a desintegrar los valores personales y sociales, ignorando el bienestar de las personas, reduciendo la compasión y los sentimientos hacia la sociedad. Claro te sientes más identificado con los intereses y valores de la clase capitalista. Hoy estamos viendo esta priorización del capital sobre la moral, la familia, en los Estados Unidos con los casos de depredación sexual y personal, de Epstein y Diddy los cuales establecieron imperios de corrupción y delitos en la elite de la sociedad norteamericana. Son dos casos pero según los medios, hay muchos más sin descubrir.
También con la droga como negocio desvirtúan, adulteran, falsean los valores tradicionales familiares de los Estados Unidos trayendo grandes desgracias a familias, las personas y las instituciones de ese país. Ha desfigurado tanto la moral y la ética en los Estados Unidos que consideran cínicamente que al legalizarla, no es que han acabado con el problema, sino que ¡reducirán la criminalidad! El lema será: Delinque pero legalmente. Otra muestra de esta adulteración de valores lo refleja el hecho es que consideran los efectos fiscales del comercio de drogas.
En este mundo de prioridades capitalistas, Venezuela no encaja y no solo por el mensaje socialista ni porque las empresas norteamericanas no tengan los espacios que antes se le daba, sino que el modo de vida que muy, muy lentamente va surgiendo en el país, es lejano del modo de vida norteamericano donde la comunidad, lo colectivo, el socialismo, un estado diligente con las comunidades, estado empresario, no está considerado. Tampoco está considerado que un chofer de autobús y un capitán, apoyados por un siquiatra estén en la dirección del país. Les resulta chocante.