Macabra guió a contraflecha los pasos ciegos de gente sin cabeza

Es un axioma que no se pueda corregir el pasado pero sí su relato. De recordar es a modo de ejemplo la otrora espantosa tragedia del incendio de la termoeléctrica de Tacoa perteneciente a la Electricidad de Caracas y en la que murió calcinado un enorme grupo de distinguidos periodistas venezolanos e íd de bomberos y policías, todos esforzados trabajadores; creo que alrededor de doscientos compatriotas fallecieron en esa tragedia que pudo ser evitada si no hubiese estado de por medio la corrupción, el ladronismo de la IV República en conchupancia con la familia Machado Zuloaga, progenie de Macabra Machado.

De esas turbias aguas provienen esos fangos; y como en el relato de la historia de "Pedro navaja", nadie investigó la culpabilidad de los Machado, todo quedó en la impunidad, la rancia oligarquía siguió como Pedro (navaja) por su casa hasta que llegó el Comandante Chávez y dispuso, al menos cuanto pudo, renacionalizar la usurpada por los Machado al entonces gobierno de la "guanábana", la Electricidad de Caracas", que había sido privatizada a precio irrisorio y de ahí el rencor de Macabra, heredera de esa casta explotadora y corrupta, plutócrata que a jurada contraflecha guía los pasos ciegos de gente sin cabeza.

Reitero, no se puede corregir lo pasado sino su relato. Poquito antes del año 1980 hubo otro resonante affaire, pero internacional, el presunto suicidio colectivo de una secta religiosa que se hacía llamar Iglesia del Pueblo, fundada en California (eso evoco), Estados Unidos, secta evangélica que se trasladó a Guyana y fundó ahí un pueblo y que presuntamente en una de sus locuras el pastor Jim Jones (creo que así se llamaba) decidió seguir a Dios y para lo cual habrían tomado un veneno que acabó con más de 900 personas, e inclusive niños, en un santiamén; pero hubo a la sazón otras opiniones que no prosperaron y se trataba presuntamente de un asesinato colectivo en vez de un suicidio colectivo dado lo cual, dicha secta dizque se hacía llamar socialista, también.

El lado oscuro de ese suceso lo desconozco, pero pienso que mucho no encaja en ese relato pavoroso. De lo que si estoy convencido, porque infiero, es de que el suicidio no es un acto de valor o de cobardía sino un acto de enajenación de la consciencia, o dicho de otra forma: el que se suicida o "suicida" a alguien, es porque está loco´e bolas, o de perinola, o de remate — valga a la carta—.

Macabra —puesto que ella pareciera estar enferma del hígado y para colmo, en consecuencia, nunca deja su bilis en casa—, a lo Jones o a lo Pedro Navaja es la cara visible del verdadero gran enemigo de Venezuela, y que desde detrás del telón maneja los hilos y la coima que la gestiona, es una ficha perfecta para corromper a un significativo sector de venezolanos que tienen la cabeza en otra parte, no sobre los hombros, gente sin cabeza y entre las cuales inclusive hay gente con grado universitario, lo que conduce a otra reflexión de fondo: discurrir acerca de las fronteras y las profundidades del chantaje que pretende frenar, acaso si no destruir al Estado Venezolano.

¿Cómo puede una persona que ha pasado por una universidad y ahí ha obtenido un grado, dar su pro a Urrutia, Monifato de Macabra?

Estimo que tal persona es débil, que porta un cerebro en desventaja, y cómo pudo graduarse de arquitecto, de médico, de maestro, de abogado, de ingeniero, de tal o de cual profesión? Acaso la universidad no lo enseñó a reflexionar, a tener noción de contexto? Qué se traen, es que les enseñaron egoísmos, odios hacia su propia patria? Está bien o está mal que menosprecien a Simón Bolivar, la grandeza humana, hombre de corazón de oro sagrado, hombre que sacrificó todo para que nosotros tuviésemos una patria digna y soberana?

Que no quieran a Chávez ni a Maduro, eso lo acepto perfectamente, pero que propongan una alternativa hoy a Maduro pero, dentro del cauce democrático establecido en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999; o es que son tan bolas frías que ni siquiera les importa el futuro de sus hijos y demás descendientes y se desbocan de manera irresponsable por el atajo criminal?, ¿cómo una persona universitaria puede actuar con tanta estupidez?

Hay brisas que cuando empiezan a soplar no hay quien ni que pueda pararlas y la brisa bolivariana es el mejor ejemplo. El pueblo bolivariano de Venezuela está plagado de cicatrices físicas y emocionales asestadas por el imperial chupasangre y descaminado enemigo; pero nosotros defenderemos nuestra patria hasta la victoria y más, proseguiremos indefinidamente con la vista clara y remando con la brisa a sotavento; y aunque a Macabra eso le pique, que se rasque.

Es de suponer que el pensamiento lógico obligue al individuo a ser preciso ante la presencia del fenómeno causa-efecto y que a todas luces emane de ese correlato una expresión racional; supongo que el pensamiento lógico es esencial para investigar en la ciencia e inclusive en la no ciencia, en el campo de lo meramente empírico en el que los sudabolas pateamos; mas, contemplar a encopetados pata en el aire que se vitoquean de ser grados universitarios, pero que piensan y obran como animales,

eso da pena ajena; los hay, me consta, esos son quienes votaron al Urrutia a pedido de Macabra; y aunque no pudieron ni podrán, preocupa que sean tan bobos; y no es que votasen a Maduro, no que no, sino que bien han podido y sí podrán forjar una alternativa decente, racional, pero con esa pata´hinchá, ¡que va qué va!

Y he ahí entonces cuando estimo que hay una diferencia significativa entre el voto escuálido y el voto bolivariano y esa diferencia es la calidad del voto. Mientras el voto escuálido esta precedido, impregnado por la coba del dogma de una pretendida auto superioridad; en cambio, el voto popular está, grosso modo, despojado de dogma alguno, así somos los pata en el suelo.

La persona que pierde su identidad pierde al unísono también su autonomía; esa persona no se gobierna sino que la gobiernan; tal así Macabra parece ser prototipo de la persona esgaritá, esmingada, descaminada, que anda a la machimberga como un carrito chocón a contraflecha, como una veleta sin viento; luego, cómo puede una persona así ser inspiración para alguien?; pues, lo es; hay gente sin cabeza que la sigue y ese es el tema y mucho está detrás de Macabra; primero, una estrategia internacional masiva y la mar sigilosa tendente a despersonalizar al pueblo, hacerlo vulnerable a esa máquina de guerra que es la avalancha de bulos, a la hipnosis colectiva; y segundo y más, al uso de la violencia indiscriminada, a usar al pueblo y en particular a niños y a jovencitos como carne de cañón, a ser manipulados, al chantaje, al latrocinio de nuestra Guayana Esequiba, a inducir el consumo de drogas como pago —ésto básicamente contra varones; y mientras, obligar a las jovencitas guarimberas a ganarse el pan plus, con el sudor de su entrepiernas— y pare de saber perversidades ya sobradamente investigadas tanto por el pueblo como por organismos competentes formales.

Políticamente Macabra —es visible— ha pretendido ser mucho pero ha terminado por no ser nada; ella es un bagazo político pero, ojos, bagazo y tal no deja de ser un ingrediente para la fogata y el enemigo no escrupula para usarla en ese menester.

Ya es hora de que Macabra se mire al espejo y compruebe su ostensible aspecto, asuma dejar de ser joven y no vuelva a pelear con Gallo Pinto para que éste maluco no le deje marcas de sus patas en la cara; ¡oh, qué pena! Pero no obstante Macabra puede apelar al tratamiento de la Dra Aslam —Ana Aslam— que rejuvenece a las mujeres no jóvenes y las pone como a unas carajitas.

Qué fedo "Te le ven" las pata(da)s de gallo, es verdad; pero —oh— el ceño fruncido es peor "Ve ne vision"; no obstante algo bueno hay que decir de ella y es que todavía tiene un buen lejos, al menos.

A una "flor" jipata y sin perfume pero que despide un tufo, y para colmo camina por atajos y da patadas a las piedras, hay que tratar de curarla porque tiene que estar mal de la perola; pero si se comprueba que es incurable, entonces hay que internarla definitivamente para que no pretenda suicidarse ni "suicidar" a otros sin cabezas.

oceanoatlanticoguillermo@gmail.com



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Guillermo Guzmán


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